martes, 26 de agosto de 2008

Parece que la agonía sigue, ¿no?

Jueves 21 de agosto

En la reunión de hoy se han acordado despedir a 120 trabajadores, 16 de ellos pertenecientes a estructuras (supervisores, coordinadores y formadores). La indemnización se ha fijado en 25 días por año trabajado. Los criterios para elaborar la lista de los despedidos son antigüedad (un 60%), estar en un departamento que se queda (30%) y la carga familiar (10%). Supuestamente sumarán los puntos con rigor. Se da opción a que la gente, incluso los indefinidos, pida marcharse voluntariamente acogiéndose a los beneficios negociados. Se supone que mañana retirarán los preavisos de despido.

Viernes 22 de agosto

En las puertas que llevan a las distinta salas donde trabajamos nos encontramos con un comunicado de la empresa que deja sin efecto las cartas de despido que hemos recibidos, hace ya 15 días. Se nos informa que se procederá a una regulación de empleo siguiendo lo acordado en las negociaciones. Ya en nuestros puestos de trabajo se nos entrega una carta personal que anula la anterior, la firmamos y nos quedamos con una copia. A ver si la pesadilla termina cuanto antes. Los responsables de los despidos tienen todo un fin de semana para elaborar la lista y acabar cuanto antes con esta agonía laboral.

Sábado 23 de agosto

Hoy no ha habido muchos movimientos en la plataforma. En total no llegamos a 20 agentes que estamos repartidos en distintos departamentos. El departamento que cierra mañana sigue recibiendo las pocas llamadas se nos envían cuando no hay nadie que las atienda en las plataformas que seguirán funcionando con normalidad. El ambiente es extraño. Nadie está animado, ni siquiera los indefinidos que supuestamente no serán despedidos. Antes de marcharnos, intercambiamos despedidas de ánimo y nos damos un par de besos por si ya no hay un mañana en la plataforma.

Domingo 24 de agosto

Los compañeros se han manifestado en la Plaza Mayor. No han acudido muchos. Algunos han ido sus familias. Hay niños vestidos con la camiseta de la manifestación con el lema: “Soy uno de 402”. Una compañera trajo una pancarta con su correspondiente mensaje. La prensa local se hace presente unos minutos, tiempo suficiente para realizar un par de fotos y algunas entrevistas. El despido de 455 trabajadores, aunque rebajados a 120, no parece que importe a los salmantinos. Mientras tanto, en la plataforma todo sigue igual. Pocos agentes, pocas llamadas, pocas esperanzas de no ser despedido. Bueno, en realidad todo da igual. Lo que todo el mundo quiere es acabar con esta tortura psicológica cuanto antes y que los responsables publiquen la maldita lista de una vez por todas. A las 12 de la noche desaparece el departamento llamado Front Global. Los agentes de este departamento que finalizan su turno a las 2 de la madrugada se marchan con nosotros a las 12 de la noche.

Lunes 25 de agosto

Supuestamente hoy era el día para que todos supiéramos quienes se quedan de los 455, y los 120 que se marchan. Los compañeros que están en el departamento que anoche cerró son reunidos en una sala de formación todo el tiempo, para que no molesten a los que siguen trabajando. Si no lo veo no me lo creo. Un monumento para el responsable que tuvo esta genial idea de encarcelar a los trabajadores en una sala de formación y no fue capaz de darles día libre. Los dirigentes de la empresa no son capaces de sacar la lista de los despedidos, ni son capaces de hablar directamente con sus trabajadores para informarles de la situación. El procedimiento que se utiliza para atender a los clientes desde el call center es el mismo que se pone en práctica para despedir a los trabajadores. Algún día alguien tendrá que explicar porqué pone gente ineficaz en puestos de responsabilidad. No quiero pensar que haya sido por trapicheos sentimentales o familiares. El caso es que por un dirigente ineficaz los trabajadores están sometidos a una presión psicológica que no era necesaria. Hacia las 10 de la noche los sindicatos anuncian que tienen la lista de los despedidos y que la van revisar antes de que se oficialice mañana. A las 12 de la noche, antes de marcharnos de plataformas, alguien consigue hablar con un sindicalista y nos va informando del estado de cada uno de nosotros. La indignación es tal que no tenemos ganas de despedirnos. Los que se queden no podrán despedirse con un “hasta mañana” cuando finalicen su turno. Todos queremos pronunciar un “hasta nunca Q”. Algunos ya lo han pronunciado, otros tendremos que esperar un tiempo. Pero como dice un compañero en vasco, “estamos jodidos, pues”.

Martes 26 de agosto

Hoy no es un buen día para estar en la plataforma. Prefiero que alguien me cuente la situación. No quiero ver a mis compañeros llorando. La indignación es absoluta. Me cago en ....

jueves, 21 de agosto de 2008

La carrera continúa


Martes 19 de agosto


Las negociaciones siguen igual. Ayer no hubo ningún acuerdo. Esperemos que mañana tengamos suerte. Aquí os pongo una foto de los negociadores.

Miércoles 20 de agosto

Según los negociadores, la cosa está así:

“La empresa en el día de hoy ha dado como cifra definitiva de afectados por el despido, si entráramos a la negociación 120 compañeros (106 agentes,+14 de estructura).

Con esta cifra, hemos iniciado una negociación, que continuaremos a lo largo del dia de mañana, a las 9h en la plataforma.

Dentro de la negociación la empresa ha propuesto:

-Bajas incentivadas dentro del proyecto de home (del cual excluyen el personal que se encuentra en retenciones y empresas). Desde el Comité hemos indicado que a los compañeros de estos departamentos, amenos a un porcentaje X, se les debe dar también la opción a presentar la baja voluntaria si así lo desean

-Para llevar a cabo la selección de los afectados, una media ponderada en la que se tuviera en cuenta la pertenencia a un servicio, la valoración del desempeño y la antigüedad. Criterios que no aceptamos desde el Comité, y sobre lo que mañana continuaremos discutiendo.

-Indemnización de 20 días por año trabajado tanto a los compañeros que voluntariamente dejaran el servicio, así como a los que forzosamente se vieran obligados a abandonarlo. No aceptamos esta indemnización, y solicitamos un mínimo de 33 días. Continuaremos negociando en el día de mañana.

Desde el Comité también hemos solicitado que se contemple la posibilidad de traslado voluntario a otras plataformas de las que Qualytel tiene ubicadas en otras provincias, así como que se contemple la creación de una bolsa de empleo con los compañeros que se vieran obligados a dejar la empresa. Estas cuestiones, indican que pueden contemplarlas, con matices, y mañana continuaremos hablando al respecto

A las 17 horas nos volveremos a reunir ante el Serla, institución a la que le trasladaremos si en la reunión que hemos celebrado por la mañana hemos llegado a un acuerdo, o al menos a perfilar el esquema del mismo, o si por el contrario, se rompe la negociación y el Comité hubiera decidido llegar a otras medidas”.

Jueves 21 de agosto

Hay una reunión esta tarde. Veremos si tenemos resultados definitivos.

martes, 19 de agosto de 2008

Lunes 18 de agosto 2008

NOTA DE PRENSA

Salamanca 18/08/08

La empresa en la reunión que ha mantenido con las distintas Secciones Sindicales a nivel estatal con representación en la empresa, CCOO; CGT; UGT ha realizado el siguiente planteamiento:

Negociación global con las siguientes consideraciones:

Ø Nº de personas afectadas por el despido en Salamanca 167, 120 en Sevilla

Ø Bajas voluntarias incentivadas, en Salamanca para el servicio de home exclusivamente

Ø Indemnizaciones por encima de los 8 días de salario por año trabajado.

Si la parte Social no entra a negociar dentro de los parámetros marcados por la empresa, continuaran con el mantenimiento de la finalización de la obra en los dos centros de trabajo, en Salamanca (425 despedidos) y Sevilla (240) respectivamente.

Desde la representación de los trabajadores, se propuso entrar en la negociación para fijar la indemnización de las bajas voluntarias incentivadas, en 33 días de salario por año trabajado. Propuesta que la empresa ha rechazado.


Siendo así las cosas, se levanto la Mesa de negociación, quedando emplazada para continuar el tema de Salamanca, mañana a las 17 horas en el Serla en Valladolid.

A lo largo del día de hoy y mañana por la mañana, los representantes del Comité de empresa, llevaran a cabo asambleas con los compañeros del servicio de home, para valorar las distintas propuestas. El resultado de esas asambleas será la posición que defenderemos los representantes de los trabajadores mañana.

Comité de empresa de Qualytel teleservices Salamanca

sábado, 16 de agosto de 2008

La cuenta atrás


Aquel caluroso viernes ocho de agosto no fue un día normal. Sabía que por la mañana los responsables de la empresa habían convocado al comité de empresa para analizar la situación laboral de los trabajadores. Los que llevamos un tiempo en la plataforma sabemos que cada vez que se reúnen los responsables es para dar malas noticias. Y mala noticia es la que me dio un compañero, cuando al salir de mi coche, y antes de saludarme, me suelta:


- Te has enterado, ¿no?

- No. ¿Qué pasa?, le dije, queriendo evitar inconscientemente la mala información.

- Nos han echado a los que estamos por obra y servicio. Nos mandan a la puta calle, recalcó, por si no me daba cuenta de las consecuencias de la decisión de la empresa.

A partir de ese momento, y con la llegada de más compañeros, una especie de incertidumbre empezó a recorrer toda la plataforma. Los compañeros que estaban de vacaciones, los que descansaban ese día y los que estaban de excedencia habían recibido ya, por la mañana, un burofax informándoles que sus servicios ya no eran necesarios para la empresa.

A la puerta del edificio estaban un par de compañeros entregando una hoja con más información. Y dentro nos esperaba una supervisora para darnos la mala noticia. Nos dijo que a media tarde nos reuniría la responsable de área para hacernos firmar la carta de despido. Dijo que lo sentía mucho, y que si algún día hubiera que contar con alguien, seríamos los primeros. Dijo que entendía que no era un día normal para trabajar como veníamos haciéndolo, poro que esperaba de nosotros una actitud profesional.

A eso de las seis nos convocaron a los de mi departamento para firmar el despido. La responsable de área no pudo o no quiso darnos detalles sobre nuestro despido, y se limitó a decirnos que son los sindicatos quienes podían darnos más detalles. Repitió que a ella le había tocado cerrar un par de plataformas y que entendía perfectamente nuestro sentir, pero que así era la vida. Firmamos nuestros despidos y volvimos a nuestros puestos de trabajo.

En nuestro primer día de despido, hicimos lo que pudimos. Nervios, cabreos y lágrimas se reflejaban en algunos rostros. Otros tenían un ataque de risa de nervios. Otros estaban callados.

Día segundo: el fin de semana me tocaba descansar. Así que el sábado por la mañana me reuní con un par de compañeros para tomar una caña, intercambiar pareceres y animarnos mutuamente. Por la tarde estuve con otra compañera, haciendo esfuerzo para olvidarnos de la mala noticia. Recibí un par de llamadas de unos amigos que se había enterado del asunto.

Día tercero (domingo): por la mañana asimilé toda la información y por la tarde me paseé por la ciudad, en compañía de unos amigos.

Día cuarto (lunes): todos los trabajadores habíamos asimilado la noticia. Los sindicatos estaban negociando con la empresa, sin éxito. Como indemnización: 8 días por año trabajado.

Día 5 (martes): los medios de comunicación se hacen presente en la plataforma. Nos concentramos por la mañana, unos 200 trabajadores, para reflejar nuestro malestar pedir una indemnización más digna. Por la plataforma pasan el inspector de trabajo, los negociadores de la empresa y los sindicatos. Ante la falta de acuerdo, se citan el viernes por la mañana, en un hotel céntrico, para pedir ayuda al organismo de mediación de la junta.

Día 6 (miércoles): algunos compañeros tenían vacaciones a partir del día siguiente. Así que han de despedirse hoy de todos nosotros. Muchos no logran contener sus lágrimas. A otros les puede la rabia. Pero hay que seguir trabajando como de costumbre.

Día 7 (jueves): el comité de empresa y los negociadores se reúnen con los mediadores de la Junta. Nos hacemos presentes con pancarta, pitos y gritos. Los medios de comunicación nos acompañan un par de minutos. Por la tarde, los sindicatos nos informan que las negociaciones avanzan lento, pero que podría conseguirse algo más que 8 días de indemnización por año trabajado. En cualquier caso, la empresa había citado a todos los sindicatos a Madrid para una reunión urgente. El despido de más de 200 compañeros en otra plataforma era inminente.

Día 8 (viernes): festivo. La mayoría de los compañeros descansamos. Unos se marchan unos días de vacaciones fuera de Salamanca, otros nos reunimos con los colegas para compartir una caña.

Día 9 (sábado): descanso.

Día 10 (domingo): descanso.

domingo, 10 de agosto de 2008

Nos vamos al paro

Me parece que somos más de 400 trabajadores quienes nos vamos al paro. Por ahora. Porque el futuro de otros compañeros penden de un hilo. Llevábamos más de tres años atendiendo a los clientes de adsl desde el a veces ruidoso y poco discreto call center, pues de este sofisticado invento te escuchas a ti mismo, al cliente y a tus compañeros de al lado. Y desde el mismo aparato te escuchan tus jefes, los que están en la misma sala que tú y los que están a miles de kilómetros. Pero no importaba. Intentábamos seguir a rajatabla los procedimientos oficiales, y en la mayoría de las veces dejábamos a nuestros clientes satisfechos. Algunos te daban las gracias antes de colgar la llamada; otros (aunque pocos) te llamaban de todo. La empresa nos pagaba (puntualmente) para atender a todo tipo de clientes, sin perder los buenos modales. Al final, cuando ya empiezas a sintonizar con los compañeros de trabajo, con tus jefes directos y con los clientes, alguien te convoca a una reunión urgente y te entrega una carta de despido. Los días que te quedan, menos de quince, se te presentan bastante arduos. Pero somos profesionales y seremos como los violinistas de la película Titanic (así me dijo un compañero): nos hundiremos haciendo lo mejor posible nuestro curro: resolver las incidencias de adsl desde nuestro call.

domingo, 3 de agosto de 2008

Lección de amistad


La amistad es como el aire que respiramos: da vida cuando existe, asfixia cuando escasea y mata cuando desaparece. Es libre, fiel, dulce, frágil y escaso como el aire. No tiene calificativos, no necesita de glosas ni de alabanzas. Es el patrimonio exclusivo de los amigos. No es comprensible si no está encarnada, y cuando lo está, los espectadores no saben ni pueden apreciar sus bailes cariñosamente emergentes en dos corazones que se unen por arte de magia.

La amistad es espontánea como el aire que respiramos. Cuando se le canaliza, ahoga a sus dueños sin quererlo. A veces sorprende con sus delicados detalles. Al unir a dos personas, a menudo se permite guiar sus sentimientos, muy a pesar de sus buenas intenciones. Sorprende para probar su esencia, sorprende para cuestionar su fortaleza, sorprende para enamorar. Se bloquea cuando los amigos optan por el olvido de sus desconciertos, o cuando huyen de su espejo, o cuando simplemente no se sienten capaces de superar algún que otro tropiezo inherente a la debilidad humana.

El camino de la amistad no es ni vertical ni horizontal. Es una cadena de escalones que hay que subir sin trampas ni prisas. Cada escalón tiene su función. Si no está integrado en el conjunto, rompe la armonía y al final provoca el derrumbe de toda la infraestructura.

La amistad es finita. Deseamos prolongarla en el tiempo como el aire que respiramos, pero su decaimiento resulta inevitable. Es que la amistad no está por encima del tiempo ni al margen del espacio. Por eso necesita una atención especial, sobre todo cuando se enfrenta a una lejanía espacio-temporal.

La amistad es como una joya sin precio pero amenazada por los compradores, los ladrones y los envidiosos. Todo descuido suele ser una auténtica amenaza a su pervivencia. Aunque tiene muchos pretendientes, no se vende ni se compra. Es un regalo de los dioses. Pretender forzar una amistad es como plantar un árbol sin raíces profundas en el desierto: al poco tiempo se seca.

El templo de la amistad son dos corazones que se descubren hermanados, hacen voto de fidelidad y vigilan la puerta de entrada con vigor. No todo el mundo merece asomarse a su templo, y mucho menos pretender profanarlo. Los enemigos de la amistad son abundantes. Por eso hay que protegerla. Los objetos de valor se guardan en la caja fuerte, se los visita todos los días, y si es necesario, se contrata guardias de seguridad para garantizar su integridad. Así es como ha de ser preservada la amistad.

Ninguna amistad se parece a la otra, ningún amigo es comparable a los demás. La amistad es irrepetible. Es un cuaderno con hojas blancas en las que los amigos van escribiendo sus historias, hasta llegar a sintetizarlas en la portada. Cada secreto, cada ilusión, cada pensamiento, cada suspiro, cada mirada, cada abrazo, cada acaricia, todo lo que los amigos hacen acaban afectando la esencia de su amistad.

La única lección de la amistad llega cuando dos amigos superan las primeras barreras. Del paraíso pasan al mundo real, donde el cuerpo cuenta tanto como el espíritu, donde la existencia consiste en un sinfín de fracasos y de éxitos, y sobre todo de autosuperación, integración y reconciliación. Los amigos lo son a pesar de las trampas de sus cuerpos, siguen jugando a pesar de los goles encajados por sorpresa, y aquello que parecía ser el final de un bonito paseo se convierte, a cada paso que dan, en el principio de una travesía en un océano llamado Amistad.