domingo, 24 de mayo de 2009

El mito de Sísifo


Muchas noches me duermo meditando El mito de Sísifo (Albert Camus, Alianza Editorial, 1999). Este libro de bolsillo que no llega a 200 páginas fue publicado en 1942, con el trasfondo de las dos guerras mundiales y el desencanto socio-existencial.

A Albert Camus se le suele incluir en los pensadores existencialistas, en la misma línea que nuestro Miguel de Unamuno, Jean Paul Sastre, Gabriel Marcel, Karl Jaspers o Soren Kirkegaard. André Gide, un profesor francés de filosofía dice que El mito de Sísifo es un libro de vida que todo ser que piensa debe leer. Es que “juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía” (p. 13).

De hecho, Sísifo mientras cumple su condena, un día sí y otro sí, juzga que todo está bien y que “una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir” (p. 14). Reconoce, como el gran Don Juan, que “si bastara con amar, las cosas serían demasiado sencillas” (93). Sísifo y Don Juan no están tristes porque saben lo que hay y no esperan nada (“los tristes tienen dos razones para estarlo, ignoran o esperan” (p. 94).

Sísifo fue condenado por los dioses a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con cierta razón, que “no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza” (p. 155). Para Camus, la condena de Sísifo es un “suplicio indecible en el cual todo ser se dedica a no rematar nada” (p. 156). Es terrible saber que “la noche no tiene fin” (p. 160) pero la “lucha por llegar a las cumbres basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo feliz” (p. 160).

El mito de Sísifo, ¡he aquí un texto que nos enseña que no es triste pensar sobre la vida y la muerte! No es triste ni “coñazo” pensar sobre de dónde venimos, hacía dónde vamos y qué hacemos en este mundo. Jean Jacques Goldman, un cantante francés, dice en “On ira”, que no hay que vivir como si un día no nos llegará la muerte. Es curioso cómo la referencia de la muerte hace renacer la semilla de la sencillez y bondad. Cuando uno vive como un dios inmortal le importa poco lo que pueda pasar a su alrededor. Un día la muerte llama a su puerta y le recuerda la caducidad de su vida y le brinda una oportunidad pensar sobre su vida. De repente “un hijo de puta” se convierte en la encarnación de la generosidad y dedica el resto de su vida a ser “buena gente”. Si quieres oír mi reflexión sobre la vida y la muerte, visita mi video en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=tQOaOx4fUg0&feature=channel_page) o busca “vida y muerte segun ayu”.

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