domingo, 24 de enero de 2010

El hundimiento de Adolf Hitler

He vuelto a ver la película “El hundimiento” que intenta describir los últimos días de Hitler (1889-1945). Desde hace tiempo me intereso por la historia del hombre que paso de la insignificancia a poner de rodillas a todo un continente. La lectura de su biografía redactada por el catedrático Ian Kershaw es una delicia. Intenta comprender cómo un pueblo culto en todos los niveles fue capaz de seguir generosamente la melodía destructora de un hombre que carecía de toda cultura.

La biografía de Hitler indica que en sus primeros treinta años fue un don nadie, un marginado social, un bicho raro que estaba obsesionado con Schopenhauer. En los siguientes veintiséis años de su vida se convirtió en el hombre más poderoso y más temido por los Generales de los ejércitos occidentales. Pero, ¿qué es lo que provocó esta infeliz metamorfosis? ¿Por qué los dirigentes alemanes cerraron los ojos ante las agitaciones de Hitler que iban en aumento? ¿Pueden surgir otros Hitler en nuestra sociedad sin que hagamos nada para evitarlo? Recordemos que los intelectuales alemanes, los religiosos, los oficiales y los hombres de negocios subestimaron la capacidad destructora de Hitler y le dejaron crecer libremente. Cuando se dieron cuenta del desastre ya estaban de rodillas, a punto de ser fusilados. Se calcula que unos seis millones de judíos perecieron por el simple hecho de ser judíos.

Más papista que el Papa, Hitler defendía una raza que no era suya. Él era austriaco. La nacionalidad alemana la tuvo en 1932. Pero los auténticos alemanes siguieron sus ideas y ejecutaron sus órdenes sin rechistar. Querían un salvador y apareció Hitler. No recuerdo en qué película dice el presidente norteamericano que “si el pueblo bebe arena no es porque le falta agua: es porque no sabe distinguir”. Tampoco recuerdo en qué libro el personaje dice cruelmente: “si el pueblo no tiene conciencia, le vamos a dar conciencia”. Muchos dirigentes hablan en nombre del pueblo, hacen encuestas a medida de sus deseos y se convierten en el brazo ejecutor de los supuestos sueños de sus compatriotas.

Hitler mantuvo durante cuatro años bajo su dominio a casi todo el continente. Ejecutó uno de los peores genocidios que conocemos. Hundió su país desarrollado en una derrota militar humillante. Finalmente se pegó un tiro cuando la tierra que supuestamente defendía estaba reducida a escombros. No tuvo valor para mirar la cara de sus enemigos. Su infinito egoísmo hizo que muchos de sus allegados se suicidaran con él.

Cada vez que nace un mesías al que no le importa agitar los sentimientos más oscuros de sus paisanos con tal de llegar al poder veo el rostro de Hitler. Veo sus generales obedeciendo órdenes absurdas que no compartían. Veo al pueblo manipulado que en fila camina hacia el matadero pensando que está entrando en el paraíso. Por desgracia, al final la promesa de un orgasmo popular se convierte en el mayor pecado que un ser humano puede cometer: negar existencia a su semejante. Viendo la película “El hundimiento” reafirmo lo que dije en mi entrada anterior: nunca animaré a los agitadores de las pasiones bajas porque siempre traen desgracias. Y a veces los daños colaterales llegan hasta sus propias puertas como en el caso de Hitler.

jueves, 21 de enero de 2010

Pescar en aguas revueltas

Voy a dejar la problemática de Haiti de un lado para seguir reflexionando sobre el empadronamiento de los inmigrantes en el ayuntamiento de Vic.

1. El Ayuntamiento de Vic. Por lo que estoy oyendo y viendo en los medios de comunicación, algunos políticos españoles quieren pescar en aguas revueltas de la xenofobia. El ayuntamiento de Vic dice ahora que no tiene ningún inconveniente en empadronar a los inmigrantes, que lo único que quería era consultar al gobierno acerca si un inmigrante sin visado puede ser empadronado. Me parece un insulto a la inteligencia: hay cauces más adecuados para que gobierno y ayuntamiento se comuniquen sin airar sus dudas legales en los medios de comunicación, sobre todo sin dar bofetadas a los más débiles. Ahora que la abogacía del Estado se ha expresado, José María (alcalde de Vic) va a recurrir a la Comisión Europea. Para que no se diga que no quiere cumplir las leyes.

2. Españoles e inmigrantes compartimos el presente y el futuro. Hoy por hoy, españoles e inmigrantes estamos “condenados” a construir juntos el futuro de España. Le pese a quien le pese, le guste o no le guste a los”españolistas” o “catalanistas”. Es impensable imaginar un país que no cuente con la mano de los inmigrantes. Además hay inmigrantes en todos los países. El fenómeno de la inmigración lleva consigo una problemática integradora no fácil para ningún gobierno. Estoy pensando la problemática de los inmigrantes (refugiados) rwandeses en Burundi, en Uganda, en Congo, en Tanzania o en Camerún, por no citar que países africanos. Pero la solución no puede venir a través de la caza del inmigrante, por mucho que intentemos disimularlo a través de los términos “legales” o “ilegales”.

3. La mayoría de los inmigrantes no somos delincuentes ni enfermos terminales. En varias emisoras he oído llamadas de españoles e inmigrantes hablando de las lucubraciones del alcalde de Vic. Es la primera vez que oigo participaciones activas y equilibradas de los inmigrantes. Sospecho que van perdiendo miedo y que empiezan a considerar España como parte de su futuro. Están dispuestos a defender los sueños alcanzados porque son conscientes de que nadie les ha regalado nada más que una oportunidad. Cuando oigo los dirigentes de Vic, de CIU y Alicia Camacho pienso en inmigrantes vegetativos, sondados por todos los sitios, saturando los servicios sanitarios (pocos depende de los ayuntamientos) y pariendo como conejos. No obstante, la inmigración que viene de África Negra suele ser una inmigración joven, sin pareja y en buen estado físico. Si piensa en la reagrupación familiar es para atraer una pareja que no encuentra aquí o un hermano para que le ayude a sostener económicamente su familia. Puede que otros tipos de inmigración alcance a matrimonios y la reagrupación alcance a los padres que quiera aprovechar de los servicios sanitarios. Pero no creo que sea la mayoría.

4. Los inmigrantes tenemos derechos y deberes. No podemos imponer nuestro imaginario a un pueblo que generosamente nos integra para construir juntos su futuro. No podemos convertirnos en “misioneros integristas” de nuestras religiones. Podemos ofrecer nuestro imaginario a quienes conviven con nosotros sin intención de imponerlo. Vería mal que un católico español me impusiera su religión, o que un inmigrante musulmán impusiera su religión a los españoles. Los inmigrantes tenemos la obligación de respetar la cultura de aquel que nos recibe en su seno. Si no nos gusta la forma de vivir de los españoles, agradezcamos su hospitalidad y marchemos en busca de una tierra prometida.

5. No exageremos en nuestras opiniones. He oído políticos hablando del empadronamiento sin tener ni idea de lo que dice la ley. Siento vergüenza ajena. Entiendo que un ciudadano no tiene porqué saber lo que dicen las normas, pero que no lo sepa un dirigente refleja en manos de quien estamos. La “Ley Orgánica 2/2009, de 11 de diciembre, de reforma de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social” dice que “los extranjeros residentes, empadronados en un municipio, tienen todos los derechos establecidos por tal concepto en la legislación de bases de régimen local, pudiendo ser oídos en los asuntos que les afecten de acuerdo con lo que disponga la normativa de aplicación” (Art. 6). Esta ley fue aprobada por el gobierno de Zapatero. La “Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local” en su Art. 16 (artículo modificado por la Ley Orgánica 14/2003, de 20 de noviembre) dice que un extranjero que no sea de la Unión Europea y que no tenga la tarjeta de residencia en España podrá empadronarse presentando “el pasaporte en vigor expedido por las autoridades del país de procedencia”. Esta ley aprobada por el gobierno popular del que formó parte Rajoy y Aguirre no dice nada del “visado en vigor”. Ahora se sabe que el Partido Popular no enmendó esta parte del empadronamiento cuando se tramitó “Ley Orgánica 2/2009, de 11 de diciembre). A penas un mes después quiere que se cambie.

6. El empadronamiento no da derecho a los papeles. El Art. 18 de la Ley 7/1985, modificada por la Ley 57/2003, del 16 de diciembre (todavía el PP estaba gobernando) dice que “la inscripción de los extranjeros en el padrón municipal no constituirá prueba de su residencia legal en España ni les atribuirá ningún derecho que no les confiera la legislación vigente, especialmente en materia de derechos y libertades de los extranjeros en España”.

7. Es necesario tener los papeles en regla para poder vivir en cualquier país. No conozco ningún país que no exija legalidad a los extranjeros que viven en su territorio. Esta exigencia implica la expulsión de todo aquel que no tenga los papeles en regla. Ecuador, Senegal, Rumania o Marruecos exigen legalidad a los extranjeros que quiera residir en su país. Nadie debe escandalizarse de la expulsión de los extranjeros ilegales. Otra cosa es que la administración considere que por motivos humanitarios o de otro tipo concederá la residencia a quienes no tenga papeles legales. Que no cabe más inmigrantes en España (o en Cataluña como dice la dirigente del PP, Alicia Camacho) no lo duda nadie. ¡Vaya novedad, Sra. Camacho! Si los que estamos aquí no tenemos trabajo y llevamos muchos años fincados aquí y sentimos España como nuestro hogar, los que vengan en este momento de crisis a penas sobrevivirá. Entiendo que en este momento España no es un sueño para el inmigrante que venga buscando trabajo. Pero entiendo que el que venga por motivos políticos o persecuciones de cualquier tipo encontrará siempre un hueco entre nosotros. Aunque parezca mentira, España es un país solidario. Conozco españoles que apoyan a los inmigrantes. Conozco inmigrantes que votan. Así que puede que el voto radical de un lado se vea equilibrado por un voto de los inmigrantes.

8. ¡Ojo con lo que decimos! Aunque vengan un Hitler acompañado por mil Jean Marie Lepen, habrá siempre inmigrantes en España. El partido político que quiera pescar en estas aguas revueltas puede ganar las elecciones pero se le complicará la gestión de este fenómeno inmigratorio. Incluso pude hundirse en estas agua revueltas. El que con niños se acuesta se levanta envuelto en cagadas. No voy a animar a los agitadores de las pasiones bajas porque siempre traen desgracias. Y a veces los daños colaterales llegan hasta sus puertas.

sábado, 16 de enero de 2010

Preguntintas (a Dios)

Hace tiempo una amiga me regaló parte del texto de esta canción de Yupanqui (Preguntitas). Más tarde logré encontrar la canción en sí, que no es más que reflejo de la imagen que mucha gente tiene de Dios, probablemente porque algunos de sus defensores corren el riesgo de ser más falsos que Judas.

Ayuntamiento de Vic

Oigo en los medios de comunicación que el ayuntamiento de Vic no quiere empadronar a los inmigrantes porque sobran. Tiene razón un amigo mío que me dijo que el boom de los inmigrantes en la España de ayer no fue por generosidad sino porque algunos empresarios buscan manos de obra baratas y ahora que no hay negocios hay que darles una patada en el trasero para que se vaya.

Uno de los dirigentes de CIU, socio en la administración de ese ayuntamiento, dice que su legal alcalde quiere cumplir la nueva ley de la inmigración aprobada por las cortes españolas (cfr. entrevista en el programa La Ventana de la Cadena Ser del martes 12 de enero 2009). Me parece bien que un ayuntamiento “catalanista” cumpla una ley “españolista”. Supongo que cumplirá igual las resoluciones del Tribunal Constitucional acerca del Estatuto catalán.

Es deseable que el alcalde José María cumpla todas las normativas españolas. Los mandamás de Vic dicen que sus resoluciones no son racistas (“por Dios”, decía o juraba ese dirigente de CIU en la Cadena Ser). La verdad es que conozco poca gente que confiesa ser racista. De todas formas me da igual lo que confiese. Los hechos no mienten. Tampoco los italianos que han estado cazando al inmigrante negro son racistas. Me parece que Egipto es él único país que ha apuntado en esa dirección. Bueno, el periódico vaticano (Osservatore romano) también apunta en esa dirección. Sería saludable que este debate no parará.

sábado, 9 de enero de 2010

Las religiones

La presencia de símbolos religiosos se intensifican en la época de Navidad y Semana Santa. A veces suelen ser símbolos vacíos de contenidos que pasan delante de nuestros ojos sin dejar rastros. También ocurre con las homilías de curas, obispos y predicadores. La mayoría de las veces hablan sin transmitir ningún mensaje. Me decía alguien que nadie entiende lo que dicen porque ni ellos mismos se creen lo que predican. Es cierto que es más fácil entender el mensaje de L. Boff o J. Sobrino que las encíclicas papales o escritos de O. de Cardedal. Es lo que ocurre cuando se enfoca la teología en términos filosóficos.

Muchos confunden el mensaje de Cristo con creencias de sus discípulos o pseudo-discípulos. Oigo gentes discutiendo sobre temas religiosos sin tener en cuenta el mensaje bíblico. Uno que haya leído los cuatro evangelios que contienen las enseñanzas de Jesús puede rechazarlas. El amor, el perdón, la felicidad, la solidaridad, el sacrificio por lo que queremos son valores incuestionables. Lo que no compartimos es el fariseísmo, la intolerancia, el fanatismo, el querer someter a los supuestos infieles y condenar a quienes no piensan como los otros. Cuando un creyente vive en la práctica como un no creyente es porque uno de los dos miente. Ir al templo, rezar varias veces al día y confesar públicamente sus creencias no reflejan nada si no van acompañadas por valores de reconciliación, amor, solidaridad. Decía Jesús que “por sus obras los reconoceréis”. Y un antiguo profesor mío decía: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Mientras las palabras se las lleva el viento, obras son amores.

Los muertos de Irak

Este verano pasado hablaba del futuro de los pueblos con un amigo mío que venía de Yaoundé para ultimar los preparativos de su tesis doctoral. Mi amigo defendía que sólo el amor puede salvar tanta violencia que se refleja en este mundo. Estuvimos hablando un buen rato del sueño del legendario Bob Marley en su canción One love: un solo amor, un solo corazón, un solo mundo, un solo Señor.
Hasta ahora la violencia ha guiado triunfalmente el destino de casi todos los pueblos (un filósofo antiguo decía que la guerra es el padre de todas las cosas). Conquistas, sumisión, control de fronteras, fábrica de armas, etc. Todos los pueblos invierten gran cantidad de dinero para preparar las guerras, a excepción de Costa Rica.
Con la caída de las Torres Gemelas, muchos profetizaron el choque de las civilizaciones. Otros empezaron a soñar con la alianza de las civilizaciones. Intentaron evitar la guerra de Irak con las manifestaciones pacíficas en todas las ciudades mundiales. Pero Bush y sus amiguetes desoyeron sus peticiones. Empezaron una guerra absurda que no fueron capaces de ganar. Bush, Blair, Aznar y Barroso abandonaron sus gobiernos sin dejar receta a sus sucesores. Se les recordarán por sus prisas para empezar una guerra sin sentido.
Bush fue sustituido por un premio nobel de la paz, Aznar por un defensor de la alianza de las civilizaciones, y Blair no esperó terminar ni siquiera su mandato. El resultado es evidente para todos: Estados Unidos y sus socios occidentales han sido incapaces de pacificar pueblos que ellos mismos sacrificaron en nombre de la seguridad mundial. Se dice que se sabe cuándo se empieza la guerra pero nunca cuándo se acaba. Por supuestos que mueren civiles inocentes. Por supuestos que mueren soldados defendiendo causas que no comparten. Por supuesto que quienes provocan la guerra rara vez sufren sus consecuencias. Estoy seguro de que Bush, Blair, Aznar y Barroso viven mejor que cuando dieron orden de atacar al pueblo de Irak. Murió Sadam Hussein pero la sangre sigue chorreando.

Los actos del doctor Pourbais en Congo

François Kabasele-Lumbala , teólogo y obispo congoleño, cuenta cómo asistió a la humillación de los negros en su poblado, prácticamente en l...