martes, 15 de noviembre de 2011

Los consejos de Nyogosenge (tía paterna) en la tradición rwandesa

La primera vez que mi madre pasó dos semanas fuera de casa fue durante la boda de mi primo mayor. Según la tradición rwandesa, “la tía paterna” debe acompañar a su sobrino durante los primeros días de su matrimonio para asesorarle y ayudarle a conseguir la procreación. Ya antes de construir su casa, mi primo mantenía una estrecha relación con mi madre, igual que hicieron sus hermanos menores. Cuando surgía un “malentendido” entre padre e hijo, mi primo acudía a mi madre para que mediara entre los dos. Cuando quiso construir su casa (señal inequívoca de que quería casarse), se lo contró primero a mi madre. Y cuando tuvo su casa lista, a la primera persona que invitó para inaugurarla fue mi madre, o sea, “su tía paterna”. No es que hubiera algo fuera de lo común entre mi madre y mi primo: los dos seguían la costumbre rwandesa.

La “tía paterna” (Nyogosenge) es una figura fundamental en la sociedad rwandesa porque es la única autorizada para acceder a la intimidad de sus sobrinos sin violentarla. De hecho normalmente en la noche matrimonial y en las dos semanas posteriores, ella hace vida compartida con los recién casados. Les enseña cómo estrenarse en el arte amatorio, y corrige la inexperiencia de los casados en esta tarea casi sagrada en tanto en cuanto la procreación es la participación directa en la tarea divina de crear.

Para entender bien esta función de sexóloga que ejerce activamente “la tía paterna” tenemos que desplazarnos al mundo tradicional en el que se llegaba virgen al matrimonio, o al menos eso se intentaba y se conseguía porque conservar la virginidad hasta los 16 años (edad de casarse) es más factible que pretender conservarla hasta los 20 años (una edad muy tarde para casarse). Como los jóvenes novios se casaban sin conocerse bien (en el doble sentido de este verbo conocer), alguien tenía que encargarse de iniciarles adecuadamente en el sexo. Los padres no podían porque es un tema muy incómodo (ver nota 1). Los amigos no tienen suficiente experiencia como para aconsejarles. Quien no forma parte de la familia, aunque sea un experto reconocido, no debe entrar en los asuntos personales y familiares porque no es de su incumbencia (ver nota 2). “La tía paterna” es la única persona con experiencia que la sociedad rwandesa otorga oficialmente la carta blanca en las relaciones con sus sobrinos (chicos y chicas). Suele ser la mayor de las tías, normalmente felizmente casada, con hijos. Si es menopáusica, mejor todavía porque así se descarta que por exceso de profesionalismo acabe teniendo un hijo con su sobrino (ver nota 3). Esta posibilidad existe porque en caso de necesidad profesional, “la tía paterna” duerme con los recién casados, asiste al acto de consumar el matrimonio, y si es necesario intervenir activamente lo debe hacer. Es su función. Es su obligación. Es su ayuda para ordenar las relaciones sexuales de sus sobrinos.

Normalmente los recién casados tenían dos semanas para dedicarse a conocerse y a disfrutar de su amor (una especie de luna de miel). Varias chicas, preferentemente amigas de la novia, permanecían en el domicilio conyugal durante casi dos semanas para atender todas las tareas de hogar al mando de “la tía paterna”. Probablemente esta tradición se ha ido “civilizando”. Pero recuerdo perfectamente las relaciones de mi madre con sus sobrinos, sobre todo en las vísperas de sus matrimonios. Ella era la primera en conocer las amistades femeninas de sus sobrinos; los aconsejaba y cuando veía la posibilidad de que naciera una relación matrimonial se encargaba de comunicarlo a los padres. Entonces los padres nombraban un representante legal (umuranga) para encargarse de pedir la mano, negociar la dote, unir las familias y ser testigo oficial de la alianza matrimonial.
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Nota 1: La intimidad entre los familiares se respeta con cuidado. Puedes dormir con tu hermana en la misma habitación durante 15 años y no haberla visto desnuda jamás. Si se está cambiando de ropa, tú miras al suelo. Una mirada indiscreta hacia sus pechos, por ejemplo, podría romper las relaciones familiares y quien rompe tales relaciones se autocondena al aislamiento social (igicibwa).

Nota 2: Los extraños no deben conocer los secretos más íntimos de una familia de la que no forman parte. De hecho la función de un psicólogo académico en la sociedad rwandesa suele ser estéril porque la consigna es que los secretos familiares son simplemente familiares y no se debe contar a nadie más. Hablamos de una cultura cerrada, “hermética” en palabras del Doctor Dominique Habiyakare (experta en la familia rwandesa: http://mividaenmarcha.blogspot.com/2011/05/dominique-habiyakare.html).

Nota 3: El incesto, fruto de una relación entre “la tía paterna” y su sobrino es el único que no provoca repugnancia. Hay muchos dichos que confirman la posibilidad de estas relaciones y la paternidad de los hijos de una “tía paterna” con sobrinos casados. Es más: que algún hijo de “la tía paterna” se parezca demasiado al sobrino, es normal porque al fin al cabo son familiares (así se justifica socialmente, con un poco de picardía).

Nota 4: Quien quiera ampliar el conocimiento sobre el tema puede consultar un librito en la lengua rwandesa de Ismaël Komayombi (Impanuro za nyogosenge mu muryango mu kwigisha umuco umwali ugiye kurushinga): consejos familiares de la tía paterna para los novios):cfr. Impanuro za nyogosenge mu muryango mu kwigisha umuco umwali ugiye kurushinga - Ismaël Komayombi - Google Libros o Impanuro za nyogosenge mu muryango mu kwigisha umuco umwali ugiye kurushinga / umwanditsi w'igitabo, Komayombi Ismail. - Franklin (upenn.edu)

jueves, 3 de noviembre de 2011

La ablación del clítoris

1.-Hace un tiempo tuve una discusión con unos amigos acerca de la ablación de clítoris. Ya en la Facultad, un profesor nos había escandalizado con las fotos hechas por una amiga suya periodista en una aldea africana. Sangre, cara de dolor, un cristal de una botella y trozos de piel. Un horror. Durante el debate, algunos compañeros se dirigían a mi con indignación con la intención de saber porqué cometíamos esas barbaridades en África. No me creyeron cuando les dije que la ablación del clítoris no es una tradición generalizada. No me atreví a comentarles que en países como Rwanda o Burundi lo que se hace es justo lo contrario: el agrandamiento del clítoris y de los labios vaginales (Gukuna). Me atrevo a escribir sobre este tema, animada por la lectura de un trabajo de Bénédicte Lucas (Aproximación antropológica a la práctica de la ablación o mutilación genital femenina). Recomiendo este artículo a todos los interesados sobre el tema, sobre todo a aquellos que suelen hablar de oídas.
 
 

2.- Bénédicte Lucas afirma que no se sabe con seguridad cuando y cómo comenzó la ablación del clítoris. "Se supone que nació en Egipto hace unos 4000 años -lo que queda avalado por algunas momias encontradas con este tipo de intervención realizada- y se fue extendiendo por las sociedades tribales de muchos países africanos". Actualmente, esta práctica se realiza en niñas de entre 12 y 14 años de países africanos como Benin, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Egipto, Etiopía, Eritrea, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Kenia, Liberia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Tanzania, Togo, Uganda, Yibuti. Parece que se practica también en algunas poblaciones de Asia y América: India, Indonesia, Malasia, Pakistán, Sri Lanka, Brasil, Colombia, México, Perú y Australia. Otros estudios relatan también casos en Oriente Medio (Yemen y Omán).

 
3.-Mientras en algunos pueblos africanos se practica la ablación del clítoris, en otros lugares del mismo continente se mima tanto al clítoris y a los labios vaginales que las pre-adolescentes se juntan semanalmente para realizar ejercicios que hacen que esas partes femeninas adquieran dimensiones voluminosas. Se llama “Gukuna”. En Internet se encuentra mucho material sobre este tema, pero la casi totalidad de los escritos está en la lengua ruandesa (http://www.igitondo.com/spip.php?article1458).

 
4.-Cuando era pequeño, recuerdo haber visto a mis hermanas y a sus amigas durante esta tarea. Normalmente se juntaban los sábados por la mañana en el “urubohero” (talleres de manualidades) para hacer por ejemplo cestas. A mediodía, después de comer, se escondían en las plantaciones de plátanos, de café, de sorgo o de mandiocas para masajear esa parte descubierta recientemente por Occidente. Las “malas lenguas” pueden pensar en una especie de orgía lésbica. Pero no es verdad. No se trataba de masturbarse, sino de masajear el clítoris y los labios vaginales para conseguir buenas medidas (http://gukunaneza.blogspot.com/2009/04/gukuna-muri-iki-gihe.html ).

 
5.-A través de “Gukuna” se consigue el agrandamiento del clítoris y de los labios vaginales. Monseñor Aloys Bigirumwami cuenta en su libro sobre las tradiciones rwandesas que “gukuna” se realiza por las niñas de entre 10 y 13 años, y que normalmente son introducidas en esta tradición por sus madres, sus tías y sus hermanas mayores. Se suele decir que una mujer con un clítoris pequeño (injuma) no sabe cuidarse y se caracteriza por el mal humor y por estar siempre estresada (agira umwaga). En cambio, una mujer que tiene un clítoris considerable (urweso) es muy tolerante (agira impuhwe). Tal vez por eso las cuñadas se dedicaban a explorar a la futura esposa de su hermano para saber qué tipo de persona introducía en su familia.
 
 
6.-Se cree que una mujer que ha pasado por “Gukuna” disfruta mejor durante el coito y que, sobre todo, hace disfrutar a su pareja consiguiendo la eyaculación femenina (kunyaza). El Dr. Bizimana sostiene que “kunyaza” es una técnica sexual tradicional empleada en Rwanda y en Burundi (Bizimana, N. (2010), Another way for lovemaking in Africa: Kunyaza, a traditional sexual technique for triggering female orgasm at heterosexual encounters. Sexologies 19, 157—162). Actualmente reparte curso en Occidente para enseñar esa técnica que da placer tanto a hombres como a mujeres (cfr. http://kunyaza.blogspot.com/, o http://www.hablemosdeamor.nl/kunyaza-el-gran-orgasmo-femenino-de-%C3%A1frica  o http://www.seduquere.com/espanol/web/kunyazaunapotentetecnicasexualafricana.asp).

 
7.-Para terminar, quisiera mencionar una leyenda que oía de pequeño. Se contaba que si mientras una mujer estaba haciendo pis y su clítoris tocaba el suelo, eso provocaba la muerte de su marido. Por eso algunas mujeres tenían una especie de urinario (uruganzu) para evitar ese contacto fatal. Yo creo que esa leyenda se incluye en el repertorio de leyendas conocidas casi en todos los pueblos negroafricanos de “vagina dentada”, una vagina que puede atrapar y seccionar el pene.
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Dí­a Internacional de la Tolerancia Cero a la ablación del clí­toris: 06 de febrero.
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