jueves, 29 de diciembre de 2011

España: un país arruinado por sus dirigentes

El descontento social en España está más que justificado. Un país con más de cinco millones de parados y desamparados, un país con una clase dirigente que ha estado derrochando el dinero público, con muchas personalidades en el banquillo de los acusados; un país que congela el salario mínimo interprofesional pero no duda en regalar Ipad y Iphone a cada diputado; un país con dirigentes que sólo se mueven por intereses electorales. ¡Un país arruinado por sus dirigentes!

Con lo que está cayendo, me provoca risa oír un político afirmar que llega al ministerio con la voluntad de servir al pueblo. “Con las ganas de chupar. ¡No te jodes!”, siempre se oye una voz cabreada expresando lo que muchos no se atreven a confesar públicamente.

En muchos países de Europa, los gobiernos no sirven al pueblo sino a intereses de agencias ocultas. ¿Cómo podemos creer que el gobierno de Portugal sirve a los portugueses cuando les obliga a pagar 5 euros cada vez que van al médico de cabecera, y 20 euros para ser atendidos en Urgencias? ¿Cómo podemos creer que el gobierno de Rajoy sirve a los españoles si sólo está recortando nuestros derechos económicos? Ni una triste medida positiva.

lunes, 19 de diciembre de 2011

La ocupación de Irak (2003-2011)


Han pasado nueve años desde aquel “NO A LA GUERRA” que ningún dirigente occidental quiso oír para evitar el desmembramiento del pueblo iraquí. Nos manifestamos para evitar una guerra montada sobre el orgullo de un hijo que quería terminar lo que su padre no había terminado (matar a Sadam Hussein). La excusa perfecta era que el régimen de Sadam tenía armas de destrucción masiva (como si no las tuvieran otros países supuestamente democráticos) y que el pueblo iraquí estaba oprimido por el sanguinario Hussein. Las cifras más generosas hablan de unos cuatro mil soldados norteamericanos que perdieron la vida durante este regalito de Bush a su padre. Por supuesto que los muertos iraquíes no cuentan: ¿desde cuándo los pobres cuentan? A nosotros los civilizados nos conmueven más el cáncer que han desarrollado varios soldados que lucharon en Irak; los niños que nacen sin brazos en Faluya, las mujeres que están pariendo auténticos monstruos, el sufrimiento del pueblo iraquí y demás desgracias no son más que daños colaterales, el precio que pagamos para que nuestros hijos puedan pasear libremente por nuestras avenidas comerciales. No creo que ni Bush, ni Blair, ni Aznar tengan problemas de sueño ligados a la decisión que tomaron en las islas portuguesas de Las Azores.

La invasión occidental se inició el 20 de marzo 2003; la superioridad militar occidental llevó a la rápida derrota de las fuerzas iraquíes, el derrocamiento del Presidente Sadam Hussein, su captura el 13 de diciembre de 2003 y su ejecución el 30 de diciembre de 2006. El 1 de mayo de 2003 el Presidente George W. Bush declaró el fin de los principales combates. ¿Víctimas? Entre 150.000 y un millón de muertos. ¿Motivo de la guerra? Ninguno. No había armas de destrucción masiva. No fue una Operación Libertad Iraquí. Fue una ocupación militar occidental para dar satisfacción a Bush padre, y de paso, saquear los pozos de petróleo. A muchos no nos resulta fácil situar “el eje del mal” en el mapa mundial. ¿Consecuencias? Ninguna. “No pierdo la esperanza de que Bush sea juzgado en La Haya”, me comentaba una amiga el otro día. “La administración norteamericana preferiría una tercera guerra mundial antes de entregar Bush a los jueces”, le contesté.

martes, 13 de diciembre de 2011

Los mercados, ¿quiénes son?

Oigo en los medios de comunicación que los dirigentes europeos tienen que tomar medidas para tranquilizar los mercados y las agencias de calificación. Pero, ¿quiénes son los responsables de esos mercados y de esas agencias que están obligando a nuestros dirigentes a ejecutar recortazos que nos están asfixiando? Necesitamos poner nombres a quienes depende nuestro destino. Pero ningún dirigente ha sido tan valiente como para darnos nombres de los responsables de los mercados. Yo creo que a muchos nos gustaría visitar los despachos de quienes ya no se conforman con nuestro sudor y necesitan desesperadamente beber de nuestra sangre fresca.

Hemos sacado los dirigentes socialistas de sus palacios presidenciales en toda Europa con la esperanza de que la derecha, aliada natural de los patronos, se beneficiaría de la comprensión de los suyos, pero la generosidad del patrón es escasa. El patrón que hace favores o que respeta la legalidad no es patrón. Es indignante que las primeras medidas de un dirigente sea recortar los derechos de sus conciudadanos para satisfacer la sed de los mercados. Lo que no sabe dicho dirigente (lo cual es preocupante) es que la sed de los mercados es insaciable. El que tiene dinero necesita tener más (a veces a cualquier precio).

Yo veo a la oposición española perdida en sus lamentaciones y no se alinea con los ciudadanos que necesitan alguien que les defienda. El PSOE ofrece  actualmente una bebida light que nos sirve para nada. Se pierde en los buenos modales y se olvida de defender los derechos de los ciudadanos. Los mismos dirigentes sindicalistas hablan mucho pero hacen poco. Sus propuestas no son creíbles. Ahora bien, si ya saben que sus propuestas no son creíbles, ¿por qué siguen en sus treces? Yo creo que en las últimas elecciones locales y nacionales, los ciudadanos han enviado un mensaje muy claro a sus dirigentes. Se equivocan quienes piensan que el pueblo es un rebaño. El cabreo latente en todos los sectores de la sociedad occidental es un secreto a voces. Sospecho que de seguir así las cosas, una chispa (que suele ser una bobada) iniciará un camino que pasará por encima de los mercados y agencias de calificación. Los mercados han impuestos sus gobiernos en Italia y en Grecia ante el asombro de los ciudadanos. ¿No habría que corregir este error? ¿Hay algo más noble que la soberanía de un pueblo? Entonces, ¿por qué los italianos y los griegos asisten pasivamente a este ataque a su soberanía? ¿De verdad tenemos lo que merecemos?

martes, 6 de diciembre de 2011

Un continente a la deriva

Hay quienes defienden que el viejo continente camina a la deriva, y que su autodestrucción viene de tiempo atrás, y que el hundimiento económico ha sido simplemente la gota que ha colmado el vaso. Pero, ¿cómo hemos llegado a esta situación? Primero expulsaron la Divinidad de su vida cotidiana. Como pasando de Dios no pasó nada, se decidió pasar de la incómoda Razón y de todas sus hermanastras (Ética, Filosofía, Antropología). Fue entonces cuando apareció el Capital y desde la periferia fue conquistando todos los pueblos occidentales. Incluso los mismos Estados que se consideraban comunistas sucumbieron en sus encantos. Hoy día, quien regula nuestras relaciones interpersonales no son ni las instituciones religiosas, ni las instituciones académicas sino las especulaciones mercantiles. La soberanía del pueblo está en manos de las agencias de calificación y de los inversores bursátiles. En estas circunstancias, los dirigentes políticos no son más que simples servidores de los intereses de los especuladores capitalistas.
Libertad, igualdad, fraternidad, justicia, el pluralismo político, los derechos humanos, el estado de bienestar..., valores vaciados de contenido. Si el fundamento de nuestra vida es el Capital, es normal que estructuremos toda nuestra existencia en torno al Dinero. Resulta lógico repugnar el altruismo, la generosidad y todo aquello que no genere beneficios económicos. Menos mal que todavía hay quienes resisten a los encantos capitalistas y siguen pensando que merece la pena compartir, ayudar, incluso morir un poco para que otros vivan mejor.