martes, 25 de junio de 2013

¿A quién beneficia la pobreza en África?


Todo el mundo medianamente formado puede contestar acertadamente a esta pregunta. No es difícil saber a quiénes benefician los conflictos armados en África, a qué país pertenecen las empresas multinacionales que están detrás de los señores de la guerra en Congo y a qué mercados internacionales acaba la materia prima saqueada en Sudán, Congo, Guinea Ecuatorial, Gabón o Angola. Todo el mundo sabe que los dos piratas somalíes encarcelados por la Audiencia Nacional no son los que estuvieron negociando el rescate de los españoles en Londres. Pero quien se pudre en la cárcel es el mismo, ayer y hoy: el pobre engañado por traficantes blancos y negros que viven lujosamente en Londres y se permiten contratar un bufete de abogados para negociar el rescate de los marineros españoles. Si no lo queremos ver no será por falta de datos.

 

La moda de los dirigentes africanos

Los dirigentes negroafricanos autonombrados democráticos han encontrado una nueva forma de perpetuarse en el poder a través de su prole. En Gabón, en 2009 Ali Bongo sucedió a su padre Omar Obongo (1967-2009) tras su fallecimiento en Barcelona. En Congo-Kinshasa, tras el asesinato de Laurent-Désiré Kabila (1997-2001), su hijo Joseph Kabila se coronó jefe de estado en 2001. Los medios de comunicación locales hablan de otros mandamases africanos que están empujando sus hijos hacia el sillón presidencial: Teodorín Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial, está esperando la muerte de su padre Teodoro Obiang Nguema (1979) para reemplazarle; José Eduardo do Santos (Angola, 1979) está preparando a su hijo José Filomeno de Sousa dos Santos para sucederle, igual que hace Yoweri Museveni (Uganda, 1986) con su hijo Muhoozi Kainerugaba, Paul Biya (Camerún, 1982) con su hijo Franck Biya o Paul Kagame (Rwanda, 1994) con su hijo Yvan Cyomoro. Le fils du président est, de fait, le président même. Mentalidad cancerígena que se está expandiendo en los palacios presidenciales africanos.

La perversión de la política occidental para África Negra

La política occidental para África Negra se sigue basando en dos principios básicos: “dividir para vencer” (principio heredado del colonialismo) y “la estabilidad de las instituciones estatales depende de un líder fuerte, independientemente de su ideología” (principio heredado del neocolonialismo). François Hollande y Barack Obama están intentando, con escaso éxito, imponer un criterio diferente: “la estabilidad de un país se debe a las instituciones estatales fuertes y duraderas, independientemente del dirigente de turno”. Tanzania, Ghana, Senegal, Kenia o Sudáfrica pueden ser ejemplos a seguir. No es casualidad que en su primer viaje a África Obama eligiera Ghana, y que en su segundo viaje eligiera Senegal, Tanzania y Sudáfrica (descarta visitar la tierra de su padre porque el actual presidente de Kenya está siendo investigado por crimen contra la humanidad por jueces y fiscales del lujoso, marioneta y parcial Tribunal Internacional de La Haya, según se desprende del libro de la antigua fiscal de dicho tribunal, Carla del Ponte).

 

“SOS, SOS, les voleurs de la République”

Alpha Blondy, cantante de Costa de Marfil, no cesa de denunciar los ladrones de la República que están en los palacios presidenciales. Afortunadamente no está solo en esta heroica tarea. Varias organizaciones internacionales se han propuesto llevar a los tribunales los bienes mal adquiridos por parte de los mandamases africanos y su entorno sanguijuela (Biens mal acquis). Los valientes jueces de Francia y  Bélgica han comenzado a poner freno a los bailes de mafiosos africanos que saquean las arcas de sus países para comprar coches de lujo y palacios en Occidente mientras los niños abandonan las escuelas por falta de becas.  El pueblo europeo debe saber que la connivencia de sus dirigentes con los ladrones africanos es, también, un crimen contra la humanidad. El pueblo europeo que adora los diamantes debe ser consciente que tal vez esa preciosa piedra lleva ingredientes de sangre de niños congoleños o liberianos. Nos guste o no, el saqueo del continente africano cuenta con la complicidad de los dirigentes occidentales, elegidos democráticamente. Y es vergonzoso.

lunes, 17 de junio de 2013

Homenaje al Capitán Mbaye Diagne

CAPITÁN MBAYE DIAGNE
Al día siguiente del atentado mortal de los Presidentes rwandés (Habyarimana) y burundés (Ntaryamira) en el avión Falcón-50, la Primera Ministra rwandesa (Uwilingiyimana) y su marido fueron asesinados en su refugio (en las instalaciones de la ONU protegidas por los famosos Cascos Azules) por los elementos de la Guardia Presidencial. Se sabe que los cinco hijos de la Primera Ministra fueron salvados de una muerte segura por un Casco Azul senegalés, el Capitán Mbaye Diagne (según cuenta su entonces jefe, el General canadiense Romeo Dallaire y numerosos testimonios). Tal vez éste fue el primer acto heroico del Capitán Mbaye, pero no fue el único. Tras esconder los hijos de la Primera Ministra en el Hotel de Mil Colinas, y más tarde conseguir evacuarlos a Suiza, Mbaye se dedicó a salvar la vida de los tutsi amenazados por los milicianos enloquecidos que no tenían más objetivo que ejecutar a quienes consideraban cómplices de los combatientes tutsi de FPR. Se habla de más de 600 vidas salvadas por el Capitán Mbaye.

El General Dallaire dice que Mbaye era el más fuerte de todos: «il était le plus courageux de tous». Por la noche, recorría las calles de Kigali rescatando civiles amenazados que llevaban al Estadio Amahoro (paz) bajo protección de los pocos Cascos Azules que quedaban en Rwanda. El 31 de mayo de 1994, cuando las matanzas se contaban por diez mil muertos al día, el Capitán Mbaye murió bajo los disparos de FPR, justamente cuando se encontraban en un check-point de los militares gubernamentales intentando negociar el intercambio de prisioneros, uno más de los que había conseguido. Irónicamente, el salvador de los civiles tutsi cayó bajo las balas de los combatientes tutsi, en su vehículo de los Cascos Azules. El especialista en las negociaciones desapareció en Rwanda, lejos de su tierra natal, abandonado por la Comunidad internacional, igual que todos los rwandeses.

Quienes conocieron al Capitán Mbaye sostienen que la comunidad internacional ignoró completamente la entrega heroica de este soldado senegalés simplemente porque no era blanco (según afirma el escritor Boubacar Boris Diop). «Comme le dit à juste titre le journaliste Mark Doyle, je n'ose imaginer ce que le monde aurait dit de lui si ce héros avait été blanc». En 2010, una asociación en su memoria fue fundada para que su memoria no fuera olvidada. Dirigida por su viuda Yacine Mar Diop, la Association du Capitaine Mbaye Diagne pour la Culture de la Paix, cuenta en sus miembros con los hijos del Capitán (Cheikh y Coumba), sus antiguos compañeros militares como el coronel Babacar Faye o Mark Doyle (periodista de la BBC que cubrió las matanzas).

En julio de 2010, su viuda y sus dos hijos recibieron la Medalla Umurinzi (protector) de manos del Presidente rwandés, que señaló que el pueblo rwandés estará siempre en deuda con el Capitán Mbaye por haber mostrado al mundo entero el sentido de Ubuntu africano: «Pour votre bravoure et votre sacrifice pendant le génocide du 1994, et pour montrer au monde la vraie signification de l’Ubuntu africain, le peuple rwandais vous sera toujours endetté». En 2011, en la conmemoración de 17 años del fracaso de la humanidad en Rwanda, la entonces Secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton le rindió un homenaje póstumo (a pesar de que su marido, entonces Presidente de EE.UU, puso todo tipo de trabas para que la comunidad internacional interviniera en Rwanda).

Recordemos que las matanzas de más de un millón de rwandeses comenzaron con el atentado mortal del Presidente Habyarimana el día 6 de abril 1994, la ejecución de la Primera Ministra el día 7 de abril, la huida precipitada de 780 Cascos Azules belgas el 16 de abril (después de perder 10 de los suyos) y la resolución 912 del Consejo de Seguridad de la ONU que redujo vergonzosamente el número de los dichosos Cascos Azules (de 2500 a 270), abandonando así el pueblo rwandés en manos de los uniformados y milicianos con las ganas locas de matar. El éxito de la “solución final” es incuestionable: más de un millón de muertos en cien días, más de dos millones de refugiados rwandeses en los países limítrofes (Rwanda contaba con seis millones de habitantes) y un país reducido a escombros. La mayoría de los los rwandeses estamos vivos porque fuimos salvados por alguien, llámese el Capitán Mbaye o Paul Rusesabagina.

Algunas fuentes:
http://www.jeuneafrique.com/Article/ARTJAWEB20130614114231/senegal-tutsis-hutus-fprmbaye-ndiaye-le-heros-senegalais-du-genocide-rwandais.html

https://www.facebook.com/pages/Association-du-Capitaine-Mbaye-Diagne-Nekkinu-J%C3%A0mm/193623944006365

http://www.rnanews.com/grandslacs-sante/4947-les-etats-unis-honorent-un-capitaine-senegalais-qui-a-sauve-600-tutsi-

http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/ghosts/video/capt.html