jueves, 12 de junio de 2014

¿Quién se beneficia de los dictadores africanos?

1.-A estas alturas, todo el mundo sabe que ningún dirigente africano se mantiene en el poder sin la continua y necesaria bendición occidental. Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra y Estados Unidos de América hacen y deshacen el contiene africano a su antojo. Mientras apadrinan a sus dictadores, acosan y derriban a buenos dirigentes como Thomas Sankara o Patrice Lumumba. Son tan hipócritas que no dudan en acudir al funeral de quien dejaron pudrirse en la cárcel durante más de un cuarto de siglo (Mandela). Incluso montan tribunales para juzgar a quienes no les caen bien, como el actual presidente de Kenia, pero desayunan con los empresarios europeos que están saqueando los recursos económicos de Congo, Angola, Libia o Guinea. “Hipócritas, hablo de los hipócritas” (canta Alpha Blondy).
 
2.-El continente africano es autosuficiente. Muchos países africanos disponen de recursos económicos más que suficientes para, incluso, compartirlos con otros países que tienen poco o sufren de las calamidades atmosféricas. Sudáfrica, Angola, Congo, Tanzania, Kenia, Guinea, Nigeria, Argelia o Libia no necesitan la ayuda de nadie. Al contrario: si Europa dejara de saquearlos podrían atender a sus ciudadanos y acoger generosamente a los jóvenes inmigrantes negros que se pudren en las montañas marroquíes cercanas a la frontera española. Desgraciadamente, la política de dividir para vencer iniciado por el alemán Bismarck no ha cambiado (algunos de los negros arrinconados en la frontera de España con Marruecos quisieran bailar sobre la tumba de un tipo que trajo la maldición a su continente repartiéndolo como quien reparte unos trozos de pan).
 
3.-En 1884, los dirigentes europeos reunidos en torno al tal Bismarck decidieron saquear las riquezas del continente africano porque la compra venta de esclavos negros ya no era rentable para sus economías. Cogieron un mapa africano cualquiera y lo dividieron a su antojo. Bélgica que estaba en bancarrota pidió una tierra más rica y más amplia: Congo. Una vez que la economía europea se estabilizó, los dirigentes europeos decidieron dar independencia parcial a los mismos países que habían invadido: así nació el nuevo neocolonialismo en los años sesenta. Hoy día, nada se cambia en África sin la bendición de la Unión Europea. Por consiguiente, si existen dictadores en África es porque son los mejores garantes de los intereses occidentales. Dicho de otra forma, los dirigentes europeos prefieren apoyar a los saqueadores de la republica antes de apoyar a los demócratas.
 
4.-El africanista Donato Ndongo-Bidyogo sostiene que desde hace siglos Francia considera al continente africano como su natural zona de expansión. Por su parte, Estados Unidos que, durante década descuidó su política africana, ha descubierto, con el final de la guerra fría, la importancia estratégica y económica de África (África del Sur, Gambia, Ghana, Liberia, Nigeria, Sierra Leona, Somalia, Ruanda, Uganda están bajo su completa influencia). Mientras París y Washington se repartieron así las zonas de influencia, no hubo conflicto. Pero los intentos americanos de penetrar en Angola, en Congo Brazzaville, en la República Democrática del Congo, en Guinea Ecuatorial, en Ruanda, y en Senegal alarmaron a los franceses que no tardaron en mover sus peones en la zona para frenar a los estadounidenses. Por eso tanto París como Washington son contrarios de la democratización de los países africanos, porque no podrían seguir saqueando impunemente a sus pretendidos protegidos. Como la democracia es fundamentalmente control social y este es un lenguaje que París y Washington no quieren oír hablar, prefieren apoyar a dictadores como De Santos, Paul Biya, Joseph Kabila, Paul Kagame, Yoweri Museveni, Teodor Ngema y otros. En sus análisis, Donato Ndongo-Bidyogo sentencia que “quizá no sea políticamente correcto decirlo así, pero lo que percibimos los africanos es que son los dictadores actuales los que mejor aseguran los intereses de Occidente, y por ello los imponen y mantienen”. Cuando estos dictadores intentan mover sus sillones aparecen una multitud de aspirantes amenazando su estabilidad. Si son buenos alumnos, su poder será eterno (Cfr. NDONGO-BIDYOGO (Revista Mundo Negro, mayo-junio 2003) 38-44.
 
5.-Podemos concluir que generalmente en los conflictos armados en África no sólo operan "los malos y corruptos" dirigentes africanos, sino también importantes compañías multinacionales aparentemente respetables. Los “señores de la guerra” no son seres irracionales y salvajes movidos por odios ancestrales. Son actores racionales y fríamente calculadores que funcionan con una lógica neoliberal: obtener el máximo beneficio económico posible al mínimo coste económico. Por eso no existen “conflictos armados africanos” sino “conflictos armados en África” ya que los actores principales de esos conflictos no son sólo africanos sino occidentales, sobre todo norteamericanos y franceses. Por tanto, es incorrecto hablar de “guerras africanas” como si estas guerras fueran provocadas y alimentadas sólo por los africanos. Se trata, en muchos casos, de guerras entre empresas francesas y norteamericanas, que llevan el choque de sus intereses a los escenarios africanos: en referencia a la guerra que sigue arrasando a los congoleños, Monseñor Jean-Anatole Kalala Kaseba, obispo de Kamina (República Democrática del Congo) afirma: “creemos que los que han creado esta situación pueden ponerle fin, especialmente los americanos” (Declaración a la revista Mundo Negro).

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