jueves, 27 de noviembre de 2014

Tres años con el Presidente Mariano Rajoy

El panorama político-económico español no es actualmente más esperanzador que cuando el presidente Rajoy ganó las elecciones generales en 2011. Reconozco que el presidente Rajoy improvisa menos que Zapatero, sobre todo desde que mandó callar a sus ministros. Ya no tenemos las perlas de Fátima, Wert, Gallardón o Mato que se enteraba de los casos del Ébola en España a través de los medios de comunicación.
Las cajas de ahorro que estaban en bancarrota fueron rescatadas por el dinero público y los resultados macroeconómicos parecen estar en positivo. Las empresas que ayer despedían parte de su personal han decidido aumentarles el sueldo a sus ejecutivos mientras negocian la bajada del sueldo a quienes se salvaron de los famosos ERE. Aunque las manifestaciones populares son prácticamente inexistentes, motivos no faltan. Los desahucios siguen aumentando. Es más: creo que nos hemos acostumbrado a que nos la metan doblada: los inmigrantes que perdieron sus derechos sanitarios no dicen nada; los estudiantes que pagan más becas sólo piensan en salir de España; los jueces que criticaron las tasas del ministro Gallardón las están aplicando; los sanitarios que se enfrentaron a la desgraciada ministra Ana Mato (desgraciada porque ha sido destituida) se van incorporando a los hospitales privatizados; en fin… cada vez el gobierno de Rajoy nos cobran más por unos servicios vergonzosos. Y la corrupción ha sido elevada a la categoría de “marca España” porque afecta a empresarios, políticos y familia real. Da la sensación de que estamos en la jungla, y que el que no trinca es un imbécil.

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿Mismos perros con los mismos collares?

Uno de los ideólogos de la derecha norteamericana, el catedrático Francis Fukuyama, sostiene que la historia de la humanidad ha llegado a su fin porque la caída del comunismo y el triunfo mundial del liberalismo político y de la economía del mercado han traído como consecuencia el que ya no exista espacio para nuevas grandes batallas ideológicas. Esto se evidencia en el colapso y agotamiento de ideologías alternativas a la democracia liberal occidental. No hay luchas en torno a grandes asuntos, y en consecuencia, no se necesitamos de generales ni estadísticas: sólo nos queda la actividad económica. Incluso las élites de la supuesta China comunista son más capitalistas que los ejecutivos de Wall Street. Los mismos chinos que tienen sus tiendas en nuestros barrios viven sólo para la producción del capital.
 
Partidos políticos
Nos guste o no la tesis principal de Fukuyama, la realidad es que hoy por hoy no hay ningún sistema consistente que pueda competir con el capitalismo. Los militantes socialistas son igual de capitalistas que los militantes liberales. En España, por ejemplo, es muy difícil distinguir un socialista de un conservador popular: visten la misma marca de ropa, frecuentan los mismos bares, compran en los mismos grandes almacenes y hasta ven los mismos programas televisivos. Lleven coleta o barba, cuando alcanzan el poder, hacen la misma política: rescatar bancos y huir de los empobrecidos. El mismísimo Felipe González ha estado cobrando de los grandes multinacionales, igual que José María Aznar. Personalmente no logro encontrar diferencia entre ambos dirigentes.
 
La prensa española
Me da la sensación de que solamente la Cadena Ser intenta mantener su línea editorial y sus periodistas principales se indignan por aquello que nos indignan a todos. Pero francamente yo no veo diferencias entre El País, El Mundo y La Razón. Los editoriales del periódico El País no difieren de su competidor, La razón: defienden lo mismo y casi con el mismo ímpetu de independencia que, todo el mundo sabe que es pura mentira porque el capital de ambos periódicos provienen del mismo caballero que controla El mundo. ¿Qué diferencia hay entre Antena 3 y Telecinco? Veo señores y señoras contando sus vidas en ambas cadenas; veo los mismos tertulianos en ambas televisiones y veo las mismas noticias a la misma hora. ¡Caramba, vaya uniformidad! Las noticias que nos indignan rara vez aparecen en estos medios. 
 
Católico y ateo
Salvo pocas excepciones, en Madrid no noto diferencia entre un católico y un ateo. Los dos últimos ministros del interior (Rubalcaba y Fernández) defienden exactamente lo mismo, a pesar de que uno es de misa dominical y el otro es ateo. Ambos han defendido la valla de Melilla con la misma pasión, y han negado los controles policiales basados en perfiles raciales sin pestañear. Ateo y cristiano trincan lo trincable y mienten con los mismos argumentos. Desconozco la postura de los obispos españoles sobre los grandes temas que nos preocupan y me pregunto porqué cierran sus iglesias mientras hay gente que duermen en la calle. Yo creo que el cabreo de Jesucristo debe ser monumental. Para tener lo que tenemos, no era necesario pasar por la cruz. Y lo más inquietante, si cabe, es pensar que la historia de la iglesia católica ha alcanzado su fin y que este no sólo es el mejor mundo posible; es el único posible.
 
Sindicato y patronal
¿Y qué decir de los sindicatos y patronales? Mismos perros con mismos collares. Sindicatos y patronales almuerzan en la misma mesa y se emborrachan en los mismos bares nocturnos. No resulta fácil distinguir quién es de derecha y quién es de izquierda porque el mercado ha globalizado hasta los mismos vicios. El asturiano enarbolaba la bandera sindicalista en los encuentros del PSOE mientras acumulaba fortunas con procedencia sin aclarar. Igual que la familia del catalán, por mucho que amenace con agitar el árbol para que caigan más manzanas podridas. El patrón de los empresarios españoles que nos acusaba de vivir por encima de nuestras posibilidades resultó ser un auténtico estafador. Lo kafkiano del asunto es que incluso estando en la cárcel sigue viviendo de nuestro esfuerzo. El patrón de los empresarios locales, que acusaba al Estado de derrochar recursos atendiendo a los parados, tenía contratos millonarios con el estado. Las grandes empresas españolas tienen contratos millonarios con el Estado, o sea, con los ciudadanos españoles, y no dudan en acusarnos de vivir de las mamandurrias. Un comisario europeo gana más al mes que todo lo que gana un mileurista español al año. Lo gracioso del asunto es que ese comisario quiere que el estado español nos rebaje más el sueldo. ¿Por qué la propuesta de bajarnos el sueldo viene siempre de aquellos que ganan más que nosotros y que lo primero que hicieron al llegar al sillón de mando fue subirse el sueldo? La del FMI dice que los mileuristas ganan mucho pero ella no es capaz de bajarse ni un euro. No hay huevos para aplicarse el cuento. A veces pienso que tenemos lo que nos merecemos: da igual que me esté jodiendo por todos los lados porque yo sólo quiero saber qué tipo de bragas La Pantoja llevará en su maleta cuando entre en el trullo.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Diplomáticos negroafricanos en Madrid


Alpha Blondy tiene una canción (Les imbéciles) en la que advierte que “les ennemis de l’Afrique ce sont les africains”. Los enemigos de los africanos son los propios africanos. Dictadores que se consideran “padres de la nación” pero que en la práctica son auténticos chupa-sangres, herederos del colonialismo sin complejos, auténticos depredadores en medio de un pueblo analfabeto y sumiso que siempre responde al jefe con “ndiyo Bwana” (buena idea, jefe). Todo el mundo que conozca medianamente la realidad africana podría elaborar una lista aceptable de supuestos jefes de estado que no son más que sanguijuelas. La dramática pregunta que nos hacemos es que si los propios africanos no respetan a sus compatriotas, ¿podemos exigir respeto por parte del mundo occidental?

 

Si los mismos diplomáticos negroafricanos en Madrid no se preocupan por sus compatriotas manteros, ¿podemos exigir a la policía nacional que no llame a nadie “negra de mierda” como hace poco fue insultada Consuelo Cruz? Si el embajador senegalés en Madrid no visita a sus compatriotas retenidos en el CIE de Aluche, ¿podemos criticar a la policía nacional por repatriar a los senegaleses sin haber comido ni bebido nada como hace pocos días sucedió en el CIE de Aluche? Si los diplomáticos negroafricanos desprecian a sus compatriotas, es normal que los “sin papeles” retenidos en el CIE de Aluche pasen 18 horas sin comer ni beber simplemente porque un iluminado creyó detectar un caso de Ébola en ese Mini-Guantánamo madrileño. Menos mal que algunos jueces españoles respetan escrupulosamente las leyes españolas. Personalmente no tengo esa sensación hacia algunos supuestos garantes de los derechos fundamentales, aunque estén superprotegidos por un católico de misa dominical. El descojone del Dios cristiano debe ser impresionante.

 

Si el embajador nigeriano en Madrid no se interesa por las jovencitas de su país condenadas a la prostitución a la intemperie en Casa de Campo, es normal que otro nigeriano agonice durante varias horas en el Aeropuerto de Barajas hasta su muerte. Total, un “sin papel” menos que le sirve al gobierno de Rajoy para luchar contra “el efecto llamada”. Un espectáculo que gusta a los de allá y a los de aquí. ¡Qué pena!

 

Por ignorancia, por irresponsabilidad, por corrupción o por complejo de inferioridad, los diplomáticos negroafricanos son invisibles en Madrid. No pintan nada en el escenario de política internacional. Ni rueda de prensa, ni coloquios interculturales, ni notas diplomáticas ni celebraciones de eventos nacionales. Tienen a su disposición la Casa de África, el antiguo CIDAF de los Padres Blancos y Mundo Negro de los religiosos Combonianos. Pueden negociar diplomáticamente con el grifo del Gas o del Petróleo, los Minerales, la Pesca y otros bienes que África dispone y que son muy deseados en Occidente. Rusia hace el mismo chantaje diplomático y nadie se escandaliza. Marruecos hace lo mismo con la Pesca y nadie se escandaliza. Si España expulsa violentamente a los marroquíes, al día siguiente los pescadores españoles serán expulsados de las aguas marroquíes.  “Yo te doy a cambio de”, ésta es la base de las relaciones diplomáticas que desgraciadamente los negroafricanos parecen ignorar. Entonces, ¿qué demonio hacen los diplomáticos africanos en Madrid? ¿Malgastar los fondos de la República? Podrían aprender de la diplomacia brasileña, cubana o boliviana. Pero no hay huevos. Y cuando los haya, seré el primero en quitarme el sombrero y exigiré al músico de Costa de Marfil que cambien las letras de su canción. Pero hoy por hoy, Alpha Bondy tiene razón: los enemigos de los africanos son los propios africanos.