sábado, 20 de diciembre de 2014

Mi pasaporte


Mi pasaporte son los besos de una mujer
reconstruyendo mi pasado;
mi locura, el amor prohibido
en los lugares místicos;
mi sueño, el secreto de mis amantes.

 
Cruzaste los mares sin pensarlo,
ganaste las batallas sin trampas
y yo te soñé tanto que te hice real;
así, has vuelto donde fuiste mujer
y me has recordado que te sigo amando.

 
Ahora que el tiempo está de nuestra parte
revélame los secretos de antaño,
las riberas que no pude averiguar
lo que vi y sigo imaginando
el coto privado de los amantes.

 
¿Verdad que vivir soñando nuestra historia
es recordar que los amores tardíos
apenas regresan a sus comarcas?
Cuando ya no te alcancen mis besos
convéncete que todo acaba llegando:
el hombre que amaste es tan real como tú.

 

 
ã Elie, 2014

domingo, 14 de diciembre de 2014

Groserías para terminar este año 2014


Imagen que circula por Twitter
El españolito termina el año 2014 tal como lo empezó: pegado al televisor, echando pestes por su boca cada vez que sale un político, pero entregando su voto al que le está hundiendo en la miseria. Siempre que haya futbol y Jorge Javier siga con su programa en Telecinco, todo va bien. Al españolito le trae sin cuidado cuánto gana Mariano Rajoy o Pedro Sánchez: sólo quiere saber qué tipo de braguitas llevó Isabel Pantoja cuando entró en la cárcel (con todos mis respetos hacia Isabel Pantoja y sus bragas). De modo que el españolito acaba el año tal como lo empezó: dejándosela meter doblada.

Los más afortunados terminan este año 2014 cómo lo empezaron: sólo pagando las facturas mensuales. Para los asalariados, es muy probable que el espejismo de los brotes verdes les haya empujado a darse unos pocos caprichos para que el agobio en el curro tenga, al menos, un sentido. Incluso algunos siguen pagando los caprichos de los futbolistas millonarios que no saben qué hacer con la pasta. No deja de ser curioso que un mileurista les pague caprichos a un Messi o a un Ronaldo. Será, tal vez, que el ocio es terapéutico para el españolito de a pié.

Los que saben trincar siguen trincando y no pisan la cárcel. Los más listos del reino se suben el sueldo mientras nos lo rebajan a nosotros (el gobernador del Banco de España, por ejemplo). Incluso he oído a ministros indignados porque el presidente del gobierno cobra menos que sus secretarios. ¡Habráse visto! Hay quienes tienen tres sueldos pagados por los ciudadanos, y les parece que siguen cobrando poco mientras se resisten a abrir los comedores sociales para los niños malnutridos. Esta es nuestra España actual: no me extraña que algunos catalanes se quieran pirar porque el cachondeo de nuestros políticos merece un monumento. Dicen que la crisis es cosa del pasado, cuando el españolito las siguen pasando putas para llegar al final del mes. Pero este mismo españolito se lo merece porque sale a aplaudir cada vez que el político de turno vomita una ocurrencia. Incluso a veces castiga al profesor que defraudó administrativamente unos diez mil euros mientras aplaude al millonariamente indemnizado por hundir Caja Madrid.

Españolito, sigue entretenido con el futbol y con Sálvame y verás cómo el año que viene vas a tragar todo lo que te metan en la boca: llegan las elecciones generales y tu voto es tu condena. Yo te entiendo. Pensarás que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer: así te enseñaron los señoritos para cortarte las alas, para que te conformes con lo que tienes, para que agarres un solo palomo mientras los 99 cagan sobre tu cabeza. Debería soltar esa triste paloma y perseguir a los que están volando como hacen los más listos del reino. Porque, en cualquier caso, ¿a estas alturas tienes algo qué perder? No entregues tu trasero, digo tu voto, sin antes cobrar. Si bien sabes que las promesas de tu ex pareja ahora mantienen las ilusiones de tu compadre, ¿con qué ingenuidad te tragas las promesas del que te está ahogando en tus propios vómitos? Vamos, hombre. Deja de echar pestes delante del televisor y sale a la puta calle para despedir a quienes te están chupando la poca sangre que te queda.

sábado, 6 de diciembre de 2014

El silencio de Rajoy


Imagen enviada por Whatsapp
1.-El gobierno de Mariano Rajoy ha ido desmontando, poco a poco, los pilares del estado del bienestar que teníamos en España: sanidad pública, enseñanza pública, justicia para todos, libertad de manifestación sin acoso policial, televisión pública, etc. Lo miremos por donde lo miremos, el estado del bienestar no es más que algo residual que será totalmente aniquilado si Mariano Rajoy sale reelegido. Tal vez es lo que quiere el españolito. Si es así, bendita sea la llegada de Rajoy.

 2.-Muchos españoles desconocen qué piensa su presidente sobre los grandes temas sociales: ecología, aborto, terrorismo internacional, inmigración, dependencia, educación, sanidad, discapacidad, seguridad ciudadana, independencia territorial, corrupción, etc. Sí que sabemos que con su “ley mordaza” nos ha restringido derechos a la libre manifestación y la intimidad individual ya no existe: “papa-estado quiere saberlo todo de nosotros”. ¿Cómo? Utilizando el CNI para espiarnos; acudiendo a la policía nacional para aplastar las manifestaciones a través de múltiples expedientes sancionadores; utilizando a los fiscales para pedir penas descomunales; “puteando” a los jueces que no ejecuten el seguidismo; obligando a los fiscales a presentar querellas sin fundamentos jurídicos.

3.- Como jefe de un ejecutivo, el presidente Rajoy tiene un perfil mediocre. No es comparable a un Felipe González, ni a un José María Aznar, ni siquiera a un José Luis Zapatero que fue fulminado por la crisis económica. Los ministros de Rajoy, a excepción de los salpicados por los escándalos de corrupción, no tienen rostro. Incluso el mediático Wert está desaparecido. Yo no soy capaz de reconocer a varios ministros por la calle, a pesar de que yo soy consumidor habitual de los medios de comunicación. Aunque reconociera a Ana Pastor o a Montoro, no sería por formar parte del gobierno Rajoy, sino más bien en referencia al gobierno de José María Aznar. Francamente no sé si Rajoy tendrá valor para presentarse otra vez a las elecciones legislativas. Pero si lo hace y sale reelegido, muchos pediremos un monumento para el masoquismo del españolito.

4.-Todos los planes político-económicos del presidente Rajoy para sacarnos de la crisis económica han sido un fiasco. Probablemente pensó, ingenuamente, que rescatando cajas de ahorro, bancos y grandes empresas recibiría, a cambio, la creación de puestos de empleos para bajar el alto índice de paro en nuestro país. Las cajas de ahorro, bancos y grandes empresas aprovecharon la inyección millonaria para indemnizar millonariamente a sus ejecutivos, y con el resto, taparon sus socavones. Pero no crearon ningún puesto de empleo. Más bien cerraron las oficinas, y aprovecharon la reforma laboral para despedir a más empleados pero con una indemnización miserable. O sea, lo de siempre: los arriban han salido ganando a costa de la caja común.