sábado, 19 de enero de 2019

Ni nde utumye ugenda tutabonanye?

Amaherezo y’ubuzima ku isi tuzi ko ari ugusubira mu maboko y’Umugaba, ariko rero uyo umwana agiye ataranamenya uko isi iteye, akagenda akiri umumalayika, abamuhagurukije jugu jugu baba biyahuye mu muriro utazima. Ubuzima butangwa na nyirabwo, kandi niba nta muntu ubyivanzemo, nyirabwo niwe ubugenera igihe. Ubwawe babukwambuye utaramenya uko isi iteye. Ababukwambuye wowe ubasabire, umuvumo ni njyewe uwubateye kuko batumye ugenda utanansezeyeho.

ANGE VALENTIN IMPANO DUSHIMIRIMANA
yavutse ku wa 13/05/2009, atabaruka ku wa gatatu 16/01/2019, misa imusezeraho isomwa ku wa kane 17/01/2019.

Me dijeron que un día antes fuiste a pasar la noche con tu abuela (mi hermana), y que el lunes empezaste el segundo semestre con mucha ilusión. Pero ese mismo lunes las fuerzas empezaron a flaquear. El martes te llevaron al Hospital, y el miércoles tu padre me llamó roto de dolor: tú, Ange, su hijo mayor, acababas de reunirte con tu bisabuelo (mi padre). Estoy seguro que no querías dejar a tu única hermana pequeña Amina sin tu protección. Estoy seguro que querías estar más tiempo con tus padres Jean Claude y Odette. Estoy seguro que te habría gustado seguir cuidando a tu bisabuela. Ella, mi madre, me dijo te habías convertido en sus ojos, en sus manos, en sus sueños. Tú eras su hombre.

Abatumye ugenda tutabonanye barakarwara urudakira. Naho abagukundaga bose basigarane amahoro kandi uzajye ubereka inzira igendwa kuko ugiye uri umutagatifu. Njye nakubonye mu mafoto, twarebaniye no kuri telefoni. Ariko nari mfite ibyishimo byo kuzaguhobera, none dore umwanzi atumye ugenda utanansezeyeho. Unsuhurize sogokuruza wawe, mwembi mudusabire kuri Rurema: umunsi umwe tuzabonana.

domingo, 13 de enero de 2019

KUNYWANA O COMUNIÓN DE SANGRE EN LA CULTURA BANTU


KUNYWANA O COMUNIÓN DE SANGRE EN LA CULTURA BANTU (estudio)

 

 

0. BIBLIOGRAFÍA


 

BIGIRUMWAMI Alexis, Imihango y’imigenzo niy’imizirilizo mu Rwanda (cérémonies relatives aux usages et aux interdits au Rwanada)I-II (Nyundo, 1964 y 1968); BOURGEOIS, R., “Le pacte de sang au Bushi (Echihango ou okunywana)” en Bulletin des Juridictions Indigènes, núm. XXVII 2 (Elisabethville 1959) 33-36; DANET Henriette-MESSI METOGO Eloi, “Le devenir de la théologie catholique en Afrique francophone depuis Vatican II” en la revista Annales de l’École théologique Saint-Cyprien, núm. 4 (1999) 109-143; KAGAME Alexis, Les organisations socio-familiales de l’ancien Rwanda (Bruxelles 1954); MULAGO Vicente, “Le pacte du sang et la communion alimentaire, pierres d’attente de la communion eucharistique” en AA.VV., Les prêtres noires s’interrogent (Les Éditions du Cerf, 2º ed., Paris 1967) 171-187; MULAGO Vicente, Simbolismo religioso africano (BAC, núm. 407, Madrid 1979) 69-80.

 

1. Origen

En el siglo XVIII encontramos un poema de Nyabiguma titulado Umwami azira kubeshya (el rey no debe traicionar), dedicado al rey Cyilima II de Rwanda, que resume la doctrina sobre "kunywana" (pacto o comunión de sangre) en Ruanda. Nyabiguma pretende aleccionar al rey Kimenyi por haber actuado contra el pacto de sangre, un pacto de sangre que aparece como una institución social en Ruanda. Es de suponer que ya formaba parte de las relaciones sociofamiliares en Ruanda desde mucho tiempo. De hecho, rwandeses, burundeses y bashi consideran esta institución como autóctona. Ya existía mucho antes de que llegaran los traficantes árabes. Aunque con la evangelización cristiana entró en crisis, permanece aún en la zona de Los Grandes Lagos.

 

2. Vocablo kunywana

Kunywana, en kinyarwanda, la lengua de Rwanda, que se traduciría al castellano con el verbo “con-beber” o beber uno del otro, significa consumación del pacto de sangre, alianza de sangre o comunión de sangre. Se trata de una institución a través de la cual dos personas de familias o clanes distintos intercambian la sangre y de esta forma  sellan una hermandad o fraternidad y pasan a ser hermanas de sangre.

 

3. Contratantes

Kunywana se practica, no solamente entre los vivos, sino también entre vivos y muertos (espíritus). Puede llevarse a cabo entre dos varones de distintas familias o clanes, entre dos jefes de provincias, o entre un individuo y el gran jefe de los espíritus, Lyangombe. A fecha de hoy no consta que se realizara entre mujeres.

 

4. Proceso del rito de comunión de sangre[1]

En el día y lugar convenidos, los dos contratantes, acompañados de sus testigos, toman asiento sobre una estera (ikirago). El que dirige la ceremonia realiza una pequeña incisión en el pecho de cada uno (al lado del corazón o sobre el lado derecho del estómago). La sangre es recogida sobre una hoja de una planta “eritrina” (umuko). Normalmente se mete la hoja en la boca y se traga la gota de sangre (rwandeses-burundeses). También se puede meter la hoja entera en una cantidad de leche y tomarla íntegramente (hamitas). O también se puede meter la hoja en un recipiente de cerveza de plátanos y beber toda la cantidad (Bashi). Lo más importante es que los dos amigos beban simultáneamente la sangre, uno del otro.

 

Durante este rito, uno de los testigos describe los deberes que surgen de este rito y los castigos  de que se hará merecedor el que se atreva a cometer una infidelidad. Después vienen las promesas recíprocas. Los dos contratantes se acuestan juntos sobre una estera y se dicen: “el día en que nosotros nos encontremos juntos no teniendo sino una sola estera, dormiremos sobre esta única estera nosotros dos”.

 

Las promesas concluyen con un abrazo entre los dos amigos. El pacto de sangre se culmina con la donación de una vaca por parte de uno de los contrayentes a su hermano de sangre. Normalmente, el beneficiado regala, a su vez, un toro o algunas cabras.

 

5. Sentido de este rito

Kunywana simboliza la fraternidad, la entrega mutua. Es la mejor garantía de paz y de mutua comprensión; es una donación gratuita, una manera de entrar en la familia del otro como la que nace de la sangre paterna.

 

La comunión de sangre no es un símbolo de algo que yo doy a mi amigo, sino que es una parte de mí mismo, una parte de mi principio vital que yo le ofrezco[2]. En definitiva, kunywana es el don por excelencia, ya que se trata del don de sí mismo, fusión al otro, entrega y recepción en la familia de su amigo. Ciertamente no es idéntica a la unión natural que es más perfecta, pero la imita y se esfuerza en meter al amigo en la corriente vital que une a los miembros de una familia, infundiéndole el principio de donde parte todo parentesco, toda fraternidad: la sangre[3].

 

7. Consecuencias de Kunywana

En general podemos decir que de Kunywana surge una mutua donación en fidelidad permanente. No se permite rehusar algo a su hermano de pacto. Quien atenta contra los lazos que nacen de kunywana se hace merecedor de una maldición, en caso no grave, de un castigo.

 

Con este pacto surge una comunión de bienes y de intereses. Los dos amigos no se comprometen solamente ellos mismos, sino también todas sus familias: esposas, hijos, padres, etc. El hermano de sangre es considerado como alter ego de su amigo. Las dos familias a las cuales pertenecen los contratantes quedan ligadas para siempre.

 

8. Fidelidad al lazo

El compromiso que nace del kunywana es inviolable e irrevocable. Ni siquiera el rey que era omnipotente en su reino podía anularlo. El lazo que se adquiere es, en sí mismo, perpetuo y se transmite de padres a hijos, a menos que haya desaparecido con todas las obligaciones consecuentes.

 

La violación de esta alianza conlleva sanciones “inmanentes” y automáticas: lepra, pérdida de todos los bienes, muerte sin descendencia, etc. No obstante, aunque el pacto de sangre liga a toda la familia, la infidelidad cae sólo sobre la persona que se hace culpable[4].

 

9. Kunywana y la consagración religiosa

Kunywana es uno de los elementos que podría tensar la fidelidad religiosa en África. En este sentido, sería un rito que vendría a añadirse al rito de la profesión religiosa, tal vez inmediatamente después de la lectura de la fórmula de profesión y antes de la firma.

 

También podría realizarse en el mismo momento de la comunión, como se ha hecho durante un tiempo en la República Democrática del Congo. En efecto, en la liturgia de la consagración de las vírgenes, las congoleñas introducen el pacto de sangre para fortalecer su compromiso desde lo que en su imaginario es inteligible: la comunión de sangre. Es un rito bastante sencillo: la futura religiosa pone una gota de su sangre sobre la hostia sagrada o en el cáliz y comulga, no antes de haber pronunciado una fórmula conveniente, con insistencia en la maldición en caso de infidelidad[5].

 

En otros sitios, al terminar la monición, la candidata se pincha la punta de un dedo para obtener una gota de sangre que será recogida en un paño blanco. Este paño será colocado junto a la piedra sagrada del altar, donde permanecerá definitivamente como símbolo de la ofrenda cotidiana de su vida al servicio de la gloria de Dios y de los hombres. En el momento de la comunión culmina el pacto de amistad entre la religiosa y Cristo[6].

 

10. Kunywana y la celebración eucarística

Antes de una breve reflexión, veamos algunos ejemplos que ilustran lo que estamos describiendo. A principio de los años 1990, un obispo camerunés tuvo que escribir una carta pastoral para interdecir un rito que consistía en lo siguiente: algunos sacerdotes ponían la sangre del macho cabrío en una jofaina llena de agua, metían la cruz y rociaban con esa mezcla a los fieles en forma de bendición-purificación. Después celebraban la eucaristía. Pero no quedaba prácticamente ningún feligrés, pues se juzgaba suficiente el rito anterior. En otros casos, el sacerdote mezclaba la sangre del macho cabrío con el vino en el cáliz antes de la consagración[7].

 

Para los cristianos, el sacramento de la eucaristía establece entre Cristo y el fiel una mutua inmanencia. Jesús mismo dice: “el que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56). Por eso cuando uno comulga del cáliz y de la patena durante el sacrifico eucarístico, se establece entre Cristo y el discípulo un intercambio de vida.

 

El que comulga permanece en la plenitud de Cristo, recibe de la fuente de su vida[8]: “el que me come a mí, también él vivirá gracias a mí” (Jn 6, 57). Cuando uno comulga, para él “la vida es Cristo” (Flp 1,21); si el vive, no es él, sino Cristo quien vive en él (Gal 2,20). En este sentido podemos decir que participando en su cuerpo y sangre, entramos en relación de familia con Cristo: somos consanguíneos de Cristo. De la unión al cuerpo de Cristo, principio de unidad, sigue la unión de los fieles entre ellos en la unidad del pan eucarístico, que no puede ser sino Cristo en persona presente bajo el elemento material[9]. De una parte y de otra, aunque en dos órdenes diferentes y sobre planos diversos, hay “participación-comunión en la existencia en la vida, permitiendo y realizando un intercambio, un correr de vida que va del uno al otro”[10].

 

El parentesco entre dos individuos exige el de las dos familias a las cuales ellos pertenecen. Participar es entrar en comunión con todos aquellos en quienes se encuentra este principio vital, transmitido por el antepasado del fundador. Éste es la prefigura del segundo efecto de la comunión eucarística: la concorporación de todos los que comulgan[11].

 

La infidelidad al pacto de sangre es causa de castigos que no toca sino a los solos culpables. “El que coma el pan o beba el vaso del Señor indignamente, será reo de un pecado contra el cuerpo y la sangre del Señor”, bebe y come su propia condena (1Cor 11,27-30).

El pensamiento de nuestro muntu llevaría al pensamiento de un pacto de sangre que Cristo quisiera realizar con sus fieles, pacto de sangre que hubiera podido ser real o simplemente simbólico[12]. La sangre se concibe como fuente del principio vital del ser humano. La sangre eucarística contiene verdadera, real y sustancialmente a Cristo, el Hijo del Padre eterno e Hijo de María[13]. En la ceremonia del kunywana (con-beber), los dos amigos se fusionan, ponen sus existencias en común. Éste es el primer punto de apoyo del primer efecto de la comunión eucarística: concorporales, consanguíneos de Cristo[14].

 

 

Elie Mamayu

Madrid. Julio 2002.




[1] MULAGO (1967) 173.
[2] MULAGO (1979) 73.
[3] MULAGO (1979) 72.
[4] KAGAME (1954) 216.
[5] DANET-MESSI METOGO, 134.
[6] KABASELE LUMBALA, F., “Celebrar a Jesucristo en África” en GIBELLINI, G. (ed.) Itinerarios de la teología africana (Verbo divino, Estella 2001) 117-139, p. 133.
[7] DANET-MESSI METOGO, 135.
[8] MULAGO (1979) 75.
[9] MULAGO (1979) 76.
[10] MULAGO (1979) 76.
[11] MULAGO (1979) 78.
[12] MULAGO (1979) 79.
[13] MULAGO (1979) 78.
[14] MULAGO (1979) 78.

domingo, 6 de enero de 2019

Rukara rwa Bishingwe

Nacimiento
Rukara rwa Bishingwe, hijo de Bishingwe y Nyirakavumbi, nació en la zona de Burera y llegó a ser gobernador de la zona de los Abarashi durante el reinado de Musinga en Ruanda. Todas las fuentes orales coinciden en que Rukara era muy fuerte y muy alto (190 cm), muy guapo (Rukara rw’igikundiro) y un buen luchador que llegó a ser jefe militar del Noreste, la región que nunca se sometió completamente al golpista rey Musinga. El golpe de estado fue orquestado y ejecutado por una de las esposas del difunto rey, Kanjongera, contra el rey legítimo, Rutarindwa, para imponer su hijo Musinga (1895-1931) que fue coronado como Yuhi V Musinga. La conocida como “malvada y sanguinaria reina madre” asumió el trono durante la minoría de edad de su hijo como Reina Nyirayuhi V Kanjogera. Cuenta la leyenda que Kanjogera tenía un gran cuchillo, Ruhuga, y que de vez en cuando para levantarse del trono real desde el que hacía la función de juez, necesitaba apoyarse sobre Ruhuga, que a su vez, se apoyaba sobre un niño gordo de etnia hutu. Sus ayudantes sabían que cuando se quejaba de que “Ruhuga irashonje” (Ruhuga tiene hambre) tenía que morir un niño gordo hutu. Al parecer el único ruandés que no temía a la malvada Reina-madre era Rukara rwa Bishingwe que, incluso en una audiencia real no dudó en orinar en la silla en la que se había sentado la reina-madre Kanjongera. Sea verdad o no, lo cierto es que Rukara era valiente, muy orgulloso, arrogante y dispuesto siempre a pelear. Pero sobre todo es considerado por muchos ruandeses como héroe nacional de la época colonial por haberse opuesto al desprecio de los colonizadores blancos hacia los ruandeses.
Pelea entre Rukara rwa Bishingwe y el Padre Loupias
Los historiadores coinciden en que Rukara rwa Bishingwe era Jefe de cuatro batallones locales (Abakemba, Uruyenzi, Abemeranzige, Urukandagira) y que mató al misionero francés, el P. Paulin Loupias (Rodez, Averyron, 31/12/1872) y que fue ejecutado en la ciudad de Ruhengeri. Si el Diario de las Misiones fecha la muerte del P. Loupias en Rwaza (Rubavu) el 01 de abril de 1910, entendemos que Rukara murió bajo la colonización alemana, durante el reinado de Yuhi V Musinga (1895-1931). En esa época, los misioneros se sentían dueños y señores del territorio ruandés y expropiaban terrenos, vacas y demás bienes sin ninguna explicación. Pero el único ruandés que plantó cara a los colonizadores fue Rukara, ostentando el desafortunado título de ser el primer ruandés en matar a dos blancos.
El P. Loupias (apodado con el nombre rwandés de Rugigana) se había citado con Rukara para reconducir algunas fricciones que había entre la población local y los colonizadores. Recordemos que muchos de los misioneros hablaban mejor Swahili que Kinyarwanda porque habían estado más tiempo en Tanzania. Era frecuente que utilizaran palabras swahili pero en una versión más “ruandizada”. Por ejemplo solían saludar con “yambu” (“jambo” en swahili original, que quiere decir “Hola”). Pero para los ruandeses que no sabían swahili, “yambu” (del verbo “Kwambura”, perder) era uno de los insultos que un padre no podía tolerar, ya que “yambu” era desear la muerte de la prole. Por eso ante el “yambu” del P. Loupias, primero Rukara se sorprendió, segundo le hizo saber el significado de “yambu”, pero en lugar de bajar los humos, el misionero se sintió ofendido y le propinó un puñetazo. Los oradores difieren sobre el motivo del encuentro entre Rukara y el P. Loupias aquel día fatídico.
Según una de las versiones, Sebuyange, uno de los dirigentes del Norte, había robado las vacas de Rukara, provocando un conflicto regional. El rey Musinga que no gozaba de mucha autoridad en el Norte envió una carta al misionero Loupias que estaba en Zaza (sureste de Ruanda) para ir a mediar entre Rukara y Sebuyange. Conociendo las bravuras de Rukara, el rey pensó acertadamente que si Rukara despreciaba públicamente al misionero francés, la administración colonial mandaría su ejército para controlar todo el Norte (cosa que ocurrió más tarde). El rey se las ingenió para que alguien vendiera una perdiz al misionero para entregarlo a Rukara como obsequio. El P. Loupias desconocía completamente que entregar una perdiz a un jefe militar rwandés era una gran ofensa que siempre terminaba en pelea.
Hay otra versión según la cual los misioneros habían expropiado el terreno de Rukara para poder construir una iglesia (que todavía se encuentra en la zona). Rukara, que era miembro de la secta religiosa de Nyabingi quiso recuperar su terreno por fuerza. El P. Loupias, que tenían autorización real para juzgar a los ruandeses, mandó llamar a Rukara para obligarle a aceptar públicamente la expropiación. Se citaron en Nyabyungo (actualmente, parroquia de Gahunga). Y se produjo el siguiente diálogo que el cantante Sebatunzi nos reproduce en su cántico de casi 20 minutos:
Diálogo entre Rukara rwa Bishingwe y el Padre Loupias
Loupias: yambu, Rukara
Rukara: ¿Qué quieres decir, señor cura?
Loupias: yambu, Rukara (lo repite por segunda vez)
Rukara: si insistes, yo también te voy a insultar. Yambu es perder hijos y yo tengo muchos hijos. A ninguno quiero perder. Si ese así, que se mueran también los tuyos.
Loupias: Anasema nini? (Loupias no entendía bien el kinyarwanda. Por eso preguntó a su secretario personal en swahili: “anasema nini” (¿qué quiere decir?).
Secretario: dice que se mueran también tus hijos. “Yambu” es desear la muerte de los hijos.
Loupias: ¿Buscas los problemas, Rukara? (le dice, sorprendido de su atrevimiento).
Rukara: en absoluto. Yo no busco problemas. Pero tú los puedes tener si te metes donde no te llaman. Tu misión es enseñar a los niños, incluso me da igual si enseñas a los mayores. Pero tú no eres ningún juez. Si has sido engañado por tu secretario, vas a tener problemas.
Loupias: tienes malos modales, Rukara.
Rukara: ni me faltan ni me sobran. Soy amigo del rey.
El P. Loupias sorprendió a Rukara con un puñetazo que le tumbó al suelo. Temiendo lo peor, la escolta de Rukara salió corriendo para no tomar parte en el primer asesinato de un blanco en Ruanda. Rukara logró llegar al cuello del P. Loupias y no lo soltó hasta comprobar que ya no respiraba. Y siguiendo las normas de las peleas en Ruanda, se declaró públicamente vencedor y responsable de la muerte del misionero francés. Sabiendo que los militares alemanes no tardarían en llegar, Rukara huyó hacia la zona controlada por Ndungutse, uno de los jefes del Norte que no obedecían las ordenes reales. Pero Ndungutse, queriendo gozar de la simpatía de los alemanes, traicionó a su amigo. Dicen que cuando Rukara fue sorprendido por los militares alemanes no puso resistencia. Sólo pudo bajarse la ropa para enseñar su culo a Ndungutse y maldecirle: “yo soy culpable de matar al blanco y acepto la ejecución. Pero tú serás ejecutado por bocazas” (efectivamente, días después llegaron los militares alemanes, mataron a Ndungutse y todo el territorio juró lealtad al rey Musinga.
Muerte de Rukara rwa Bishingwe
En su traslado hacia Ruhengeri, Rukara caminaba entre dos militares alemanes. En un descuido alcanzó la bayoneta de uno de los militares y se lo clavó en el corazón. Atemorizados, los otros militares belgas que iban detrás dispararon contra Rukara, con tan mala puntería que también mataron a su compañero. Así se cumplió el dicho de que Rukara siempre mata por triple (“Intahanabatatu”). Rukara fue colgado en un árbol hasta que vino un médico para certificar su defunción y su cuerpo fue enterrado en secreto, probablemente en la zona de Musanze, cerca de la cárcel provincial de Ruhengeri. Recientemente, los familiares directos de Rukara han acudido a las actuales autoridades para conseguir construir un museo de recuerdo dedicado a Rukara donde se peleó mortalmente con el P. Loupias, y quieren buscar sus restos para enterrarlos dignamente puesto que es considerado por muchos rwandeses como un héroe, aquel que nunca se sometió a la autoridad colonial .

Referencias

http://www.umuseke.rw/rukara-rwa-bishingwe-nubusanzwe-ngo-ntiyari-yoroshye/
http://www.kigalitoday.com/spip.php?article14500
https://www.youtube.com/watch?v=8hN_YosXgHY
https://www.facebook.com/radiorwanda/posts/437904453004877
http://www.imirasire.com/amateka-n-umuco/article/menya-amateka-ya-rukara-rwa-bishingwe
http://www.kigalikonnect.com/article/rwanda-amateka-ya-rukara-rwa-bishingwe.html
http://www.therwandan.com/ki/category/amateka/

Los actos del doctor Pourbais en Congo

François Kabasele-Lumbala , teólogo y obispo congoleño, cuenta cómo asistió a la humillación de los negros en su poblado, prácticamente en l...