lunes, 28 de diciembre de 2015

Nadie ganó, nadie dimitió

 
imagen de google.es
Normalmente después de unas elecciones generales suele dimitir alguien. Y si no dimite por vergüenza, sus compañeros de partido le hacen dimitir. Tal vez el espíritu navideño hace que los militantes apoyen al perdedor, pensando erróneamente que lo importante es la salud del líder. La situación política española es tan grotesca que ni al nivel general ni en Cataluña vaya a haber un gobierno estable. Más bien tendremos un “gobierno de los perdedores”.
¿A quién beneficia convocar de nuevo las elecciones generales? Probablemente al Presidente Rajoy. Porque si el PSOE no cambia de caras, incluso puede que pierda más votos en beneficio a Pablo Iglesias. Los votantes del PP cabreados con las mamandurrias (como diría la otra) harán de tripas corazón para votar a su partido de siempre, arrinconando a Ciudadanos porque cuando hay una emergencia nacional, mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Tengo claro que si se convocan las elecciones de nuevo iré a votar, pero será un voto de castigo, a no ser que se renueven las caras. Al parecer hay quienes no quieren darse cuenta de lo que piensa el pueblo, aunque se les llene la boca afirmando que el pueblo es soberano. Si el pueblo español  es soberano, este pueblo ha decidido que gobierne Rajoy pero a base de pactos porque las mayorías absolutas no son beneficiosas. El pueblo ha decidido que el PSOE siga haciendo la oposición porque aún le falta madurez para volver a gobernar. Y yo creo sinceramente que una buena oposición es mejor que un mal gobierno.