lunes, 24 de mayo de 2021

El proceso migratorio

Podemos decir que el proceso migratorio está caracterizado por tres períodos fundamentales que se vive de una forma diferente y que deben tenerse en cuenta durante toda la intervención inclusiva:

    Ruanda (1994)
    Ruanda (1994)
  • Salida del país natal: a excepción de una salida precipitada por motivos bélicos, normalmente hay una previa preparación del viaje y con su consiguiente estrés. A veces es la propia familia que invita a sus hijos a emprender el camino migratorio para colaborar en el sostenimiento económico. Por tanto, para la mayoría de los casos, la inmigración no es una opción; es una sagrada obligación familiar.

  • El viaje: muchos africanos llegan a Europa por costas después de recorrer varios países durante varios meses. Se enfrentan a muchas experiencias traumáticas: robos, torturas, violaciones, esclavitud, el desierto, el mar. La muerte viaja en la mochila del inmigrante. El inmigrante espera que al llegar a la tierra soñada logre acabar con las privaciones y miserias que han llenado su vida hasta el momento de emprender la ruta migratoria.

  • La llegada: este período empieza cuando el inmigrante se da cuenta que la tierra alcanzada no es la tierra soñada. La llegada al país de acogida supone un cambio que le provoca una situación de crisis ante la posibilidad de que no pueda conseguir la autorización de residencia, no pueda adaptarse o no pueda asimilar la nueva cultura y no pueda atender las perspectivas de su familia. La intervención del trabajador social cobra su protagonismo en esta etapa. El inmigrante se enfrenta a la gran dificultad que supone el cambio de sus valores y creencias, es decir, a la lucha entre la aceptación de un nuevo sistema de valores y el abandono paulatino de los suyos. A veces el inmigrante negroafricano se aísla, intenta que la nueva cultura no rompa con su identidad y se refugia en sus creencias religiosas.