http://www.abc.es/20120409/espana/abcp-rajoy-cumplira-objetivos-bruselas-20120409.html |
Cuentan las crónicas que cuando el Führer Adolfo Hitler
estaba refugiado en su bunker de Berlín se negaba a capitular, a pesar de que
sus adversarios estaban a 300 metros de su madriguera y Alemania había sido
reducida a escombros. Hitler seguía confiando en una victoria inminente, y creía
que si esa victoria tardaba era por la incapacidad y traición de sus Generales.
El problema es que la arrogancia del Führer se llevó por delante muchas vidas
inocentes, igual que su suicidio. Por razón
que yo desconozco, Hitler pensaba sinceramente que estaba haciendo bien las
cosas.
En julio de 2010, un Presidente Zapatero que en mayo del
mismo año se había visto obligado a renunciar a los principios socialistas con
sus medidas anti-sociales declaraba públicamente que "Si hubiera contradicción entre los intereses
del PSOE y lo que necesita España, yo optaré: lo que necesita España".
La frase sonó con como un disparo en su propia pierna. Una afirmación que es
obvia (es fútil querer elegir entre un país y un partido político) cayó como un
jarro de agua congelada en la cabeza de las bases socialistas y se interpretó
como que Zapatero renunciaba a sus principios socialistas. Afirmando que tomaría las decisiones que necesitara España, costara lo
que costara, Zapatero estaba certificando su defunción política: "tomaré las
decisiones que España necesita aunque sean difíciles. Voy a seguir ese camino
cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste".
En abril de 2012, emulando a su mayor adversario político (lo
que no deja de sorprender), acosado por Bruselas y los mercados, desdiciéndose
de todo lo que había prometido que no llevaría a cabo, el Presidente Rajoy comunicó a su equipo que hará lo que sea necesario
para alcanzar el objetivo del déficit “aunque le cueste el cargo”. Dicho y hecho. Sus medidas estériles de
recortes le han distanciado de sus votantes de hace menos de un año. Las
manifestaciones ciudadanas son imparables, a pesar de las estrategias de algunos
dirigentes populares para criminalizar a los manifestantes enfrentándoles a la
Policía Nacional. El caso es que cuando
un dirigente político no es capaz de pasear por la calle sin la protección de
los antidisturbios es que está acabado como líder político (en octubre de
2012, el Príncipe Felipe se paseó por el centro de Madrid sin la protección de
los antidisturbios, socorrió a un ciclista que perdió el equilibrio, se
fotografió con la gente y no fue increpado por nadie, ni siquiera los
antimonárquicos. (http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/10/espana/1349867082.html). Probablemente los asesores del Presidente
de Rajoy no cesan de contemplar el calendario, pero tres años en esta situación
es una agonía que no van a soportar. Sobre todo porque el Partido de Zapatero
está más perdido que nunca, y los votantes socialistas no toleran que se les
tomen por tontos. Desgraciadamente, el
equipo de Rubalcaba no acaba de entender que el voto de un socialista no es un
cheque en blanco y sigue caminando hacia el despeñadero.
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