miércoles, 20 de febrero de 2013

La diáspora negroafricana

Dibujo de Nicole, enero 2013
Hasta la década de los sesenta, los pocos negroafricanos que salían de su continente si no eran diplomáticos, eran estudiantes. Y no se planteaban quedarse a vivir en Occidente. Mama África estaba descubriendo el camino de la democracia y necesitaba que todos sus hijos estuvieran a su lado para ayudarle en la construcción de su pueblo. El mismo padre del presidente norteamericano no quiso quedarse en EE.UU tras terminar sus estudios y volvió a su Kenya natal para colaborar en su desarrollo económico.
 
Desgraciadamente, la independencia de África Negra terminó en regímenes dictatoriales que sólo saben oprimir a su pueblo. El saqueo incontrolado de las riquezas de Mama África encontró protección ilegal en los distintos grupos armados que aprovechan cualquier grieta para dinamitar la paz social y provocar el sufrimiento a muchos pueblos negroafricanos. Solución: o morir de un balazo, o morir de hambre, o morir en el Estrecho. Si bien el camino al exilio puede acabar en la muerte, a veces es la mejor opción. Por eso muchos hijos de Mama África estamos dispersados en los distintos continentes, ninguneados por los chulos de nuestra Mama África. Aunque somos de una misma madre, cada uno es hijo de su padre:
 
a)     Los negroafricanos que, habiendo nacido en África, por motivos laborales o diplomáticos se encuentran viviendo fuera de su tierra, pero con la intención de volver en cuanto se pueda.
b)    Los negroafricanos que, habiendo nacido en África, por motivos bélicos o económicos se han visto en la obligación de coger el camino de la inmigración, con todo el dolor a cuesta, con facturas sin fortuna.
c)     Los hijos de los negroafricanos que nacen en el país de la inmigración y se educan según los valores del país en el que residen, y que prácticamente no conocen nada del país de sus padres.
d)    Los hijos de los negroafricanos que fueron arrancados de su contiente en los siglos pasados y fueron convertidos en esclavos por árabes y occidentales.
Todos nosotros necesitamos un pasaporte afro para volver a los brazos de nuestra Mama África.

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