Este año 2015 ha empezado con
varios actos de terrorismo en Francia y Bélgica. Nuestros sabios dirigentes han reaccionado
legalizando el acceso directo a nuestra intimidad en nombre de la seguridad
nacional. Como siempre: el pueblo sufre los atentados, y como
solución, debe ceder su intimidad a la policía para que esté bajo control las
24 horas del día. ¿Debería temer a los terroristas? ¿Debería temer a la
policía? ¿Quién controla al que nos vigila, porque la tentación es grande
incluso para las personas más nobles del mundo? La todopoderosa Angela Merkel
ha sido espiada por sus amigos estadunidenses.
Homer Simpson (personaje de Los
Simpsons) sostiene que si elegimos a los políticos es para que no tengamos que
preocuparnos por nada. Ahora bien, viendo las chapuzas de la policía
española en el caso del llamado “pequeño Nicolás”, ¿alguien puede confiar
seriamente en dicho cuerpo de seguridad o simplemente hay que confiar en el
destino y en las casualidades? Porque el tal “pequeño Nicolás” estuvo en la coronación
de Felipe VI, sin saber bien a quién representaba. Y podría haber puesto en jaque
mate a los servicios de seguridad de nuestro país.
A la raíz de los atentados de
París cometidos por los mismos franceses, el presidente Hollande quiere cerrar
las fronteras. Pero
si los asesinos son los mismos hijos de la France, ¿para qué cerrar las
fronteras? ¿Para que no vengan a atentar en España? Además los mismos asesinos
eran conocidos de la policía francesa. Yo diría que alguien no hace
bien su trabajo. Yo diría que alguien debería haber dimitido. ¿De qué sirve
enseñarnos las imágenes del terrorista en España si nadie pudo evitar sus matanzas,
a pesar de esas imágenes? ¿Para enseñarnos la eficacia de la policía
francesa?
En fin, tengo muchas preguntas
sin respuestas. Sólo
sé que nadie debe matar en nombre de Dios porque Dios no necesita que nadie le
defienda porque es Todopoderoso. También sé que no hay que ofender
las creencias de la gente. Sé que no debo ofender una bandera de ningún país.
Sé que tengo que ser respetuoso con las creencias, y si las tuvieran que
analizar como teólogo, no me mofaría. No está bien mofarse de las creencias de la gente pero
tampoco nadie debe matar en nombre de nadie. Para eso están algunos
dirigentes occidentales con sus “daños colaterales” en nombre de la seguridad
mundial.
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