sábado, 17 de enero de 2015

Preguntitas sin respuestas

Este año 2015 ha empezado con varios actos de terrorismo en Francia y Bélgica. Nuestros sabios dirigentes han reaccionado legalizando el acceso directo a nuestra intimidad en nombre de la seguridad nacional. Como siempre: el pueblo sufre los atentados, y como solución, debe ceder su intimidad a la policía para que esté bajo control las 24 horas del día. ¿Debería temer a los terroristas? ¿Debería temer a la policía? ¿Quién controla al que nos vigila, porque la tentación es grande incluso para las personas más nobles del mundo? La todopoderosa Angela Merkel ha sido espiada por sus amigos estadunidenses.  
Homer Simpson (personaje de Los Simpsons) sostiene que si elegimos a los políticos es para que no tengamos que preocuparnos por nada. Ahora bien, viendo las chapuzas de la policía española en el caso del llamado “pequeño Nicolás”, ¿alguien puede confiar seriamente en dicho cuerpo de seguridad o simplemente hay que confiar en el destino y en las casualidades? Porque el tal “pequeño Nicolás” estuvo en la coronación de Felipe VI, sin saber bien a quién representaba. Y podría haber puesto en jaque mate a los servicios de seguridad de nuestro país.
A la raíz de los atentados de París cometidos por los mismos franceses, el presidente Hollande quiere cerrar las fronteras. Pero si los asesinos son los mismos hijos de la France, ¿para qué cerrar las fronteras? ¿Para que no vengan a atentar en España? Además los mismos asesinos eran conocidos de la policía francesa. Yo diría que alguien no hace bien su trabajo. Yo diría que alguien debería haber dimitido. ¿De qué sirve enseñarnos las imágenes del terrorista en España si nadie pudo evitar sus matanzas, a pesar de esas imágenes? ¿Para enseñarnos la eficacia de la policía francesa?
En fin, tengo muchas preguntas sin respuestas. Sólo sé que nadie debe matar en nombre de Dios porque Dios no necesita que nadie le defienda porque es Todopoderoso. También sé que no hay que ofender las creencias de la gente. Sé que no debo ofender una bandera de ningún país. Sé que tengo que ser respetuoso con las creencias, y si las tuvieran que analizar como teólogo, no me mofaría. No está bien mofarse de las creencias de la gente pero tampoco nadie debe matar en nombre de nadie. Para eso están algunos dirigentes occidentales con sus “daños colaterales” en nombre de la seguridad mundial.

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