domingo, 8 de febrero de 2009

Condenado a dos años de cárcel por robar un trozo de pan


Leo en los medios de comunicación que un ciudadano francés, hambriento, desesperado y sin medios económicos, entró en una panadería de Barcelona para robar algo de comer, pero sólo consiguió llevarse la mitad de una barra de pan porque la otra mitad se quedó en manos de la dependienta que seguramente acabó tirándola a la basura. Si el asunto no fuera dramático, diría que este ciudadano está de suerte porque al menos en prisión conseguirá muchos trozos de pan sin tener que robarlos.

Cuando leí esta noticia me surgieron varias preguntas.
1- ¿Por qué este ciudadano, en lugar de robar por fuerza un trozo de pan, no intentó pedirlo gratis a la dependienta o a los clientes? ¿De verdad somos tan inhumanos que no somos capaces de dar un panecito a un hambriento?
2- A este ciudadano le acusan de robo por fuerza porque estuvo forcejando con la dependienta hasta conseguir sólo la mitad del pan. Me pregunto porqué la dependienta arriesgó su vida por un pan que aunque hubiera conseguido recuperar no lo iba a vender a nadie por estar bastante manoseado. ¡La gravedad del asunto lo confirma el hecho de que no asistiera al juicio porque realmente acusar a alguien de haber robado un trozo de pan no resulta nada fácil!
3- Supongo que son las fuerzas de seguridad quienes denunciaron los hechos. Sin comentario. Supongo que su eficacia en el asunto es consecuencia de que actúan con la misma eficacia cuando la vida de las mujeres maltratadas está en peligro. Por supuesto doy por hecho que en sus comisarías no torturan a nadie ni forcejan con ningún detenido.
4- El juez dictó 2 años de cárcel por robar un trozo de pan. ¿Cuántos años se dictan contra los terroristas, los violadores o los asesinos? Aplicar la ley sin sentido común es más fácil que seguir los principios éticos.

Si los medios de comunicación nos han contado la verdad, dedico este poema al ciudadano condenado por robar un trozo de pan.

http://meneame.net/story/mendigo-badalona-afronta-ano-medio-carcel-robar-media-barra-pan
http://www.20minutos.es/noticia/447074/0/mendigo/pan/robo/
http://www.elpais.com/articulo/espana/Carcel/robar/barra/pan/elpepuesp/20090130elpepunac_15/Tes


Pregunto al viento

A lo largo de mis años infantiles he soñado con grandezas.
A lo largo de mi adolescencia he intentado posar de modelo.
A lo largo de mis días melancólicos he visto cañas doblegadas
y encinas gigantescas. Y por colmo,
si ayer mendigaba trozos de pan en el pórtico de la panadería,
hoy estoy invitado al banquete de categoría.
Harto de caminar sin cortar distancias
Pregunto al viento dónde se encuentran ricos y pobres,
y me responde que donde sobran migajas de pan.
Migajas como banco de esperanza para unos, y
depósito de emergencia para otros.
En las migajas de pan se encuentran ricos y pobres,
unos para prevenir, otros para sobrevivir.
Migajas de pan, ¡fuente de barbaridades!
¡Migajas de pan al precio de oro!
Migajas de pan que sobran para unos y faltan para los demás.

sábado, 31 de enero de 2009

Hasta nunca, Sr. Bush

La acumulación de fracasos en la era presidencial de Bush, si no fuera porque se ha llevado por delante millones de vidas inocentes, merecería un monumento. ¡Nunca un presidente había hecho tan poco en tanto tiempo! El sorprendente mérito de Bush es que se ha dedicado a no acabar nada.

Todos recordamos las primeras reacciones de Bush al enterarse del brutal atentado de las Torres Gemelas. No tuvo la serenidad ni la audacia necesarias para diagnosticar los acontecimientos más graves en la reciente historia de los Estados Unidos de América. Al contrario, empezó una huída hacía ninguna parte. Ordenó destruir una fábrica de medicamentos en Sudán con la convicción de que allí se escondían terroristas. Mandó su ejército a Afganistán para destruir todo lo que encontraba por el camino, pero aún así no vio rastros de Bin Laden. En plena guerra contra los talibanes elaboró el eje del mal (Corea del Norte, Irán e Irak). Le pareció más fácil vencer a Sadam Hussein y se inventó las armas de destrucción masiva, y animado por sus entusiastas Aznar y Blair inició una guerra absurda que nunca acabó. Rechazó las medidas mundiales para luchar contra el cambio climático; no vio con buenos ojos las medidas para luchar contra la pobreza en el mundo; y no le pareció que los derechos humanos estuvieran en peligro, ni siquiera en el Guantánamo.

Hago memoria y no encuentro nada bueno en la administración Bush. Fue un hombre prepotente, arrogante, rencoroso, poco o nada inteligente; un hombre que quiso someter el mundo entero a sus caprichos primitivos pero que ni siquiera sabía cómo empezar. Insisto en que Bush no ha acabado nada que haya empezado. Al contrario: se dedicó a esparcir el mal a su alrededor. Nos deja varios regalos: un sistema financiero corrupto, agotado, moribundo; el ocaso de los derechos humanos y las libertades públicas (piénsese en los escáneres que están en algunos aeropuertos y que analizan incluso el tamaño y la forma de nuestras partes íntimas); una guerra en la franja de Gaza de la que no supo su existencia; en fin, hagan ustedes mismos la lista porque es interminable.

Aunque el sucesor de Bush tuviera un bastón mágico en sus manos, no podría limpiar todas las basuras que le han dejado. Le toca reorganizar el sistema financiero, crear los puestos de trabajo, acabar las guerras de Irak y Afganistán, mediar en los conflictos de Líbano, Palestina, Sudán, Congo, etc.; limpiar la imagen norteamericano en el mundo; luchar contra el cambio climático; defender los derechos humanos y reestablecer los puentes de la política internacional. Tengo esperanza en las buenas intenciones de Obama, pero soy consciente, como ustedes, que la herencia que tiene en sus manos huele tan mal que milagrosamente podría hacerla desaparecer y devolvernos la elegancia y el orgullo de ser humano. En cualquier caso, es un alivio poder decir ¡Hasta nunca Sr. Bush! ¡Qué la bondad de la humanidad tenga contigo lo que nunca tuviste con tus víctimas!

sábado, 17 de enero de 2009

María del Carmen O: in memoriam (12 enero 2009)

En esta semana que se acaba, una buena amiga fue llamada por Dios para descansar junto a él. La mitad de su vida la había pasado en enfrentamientos continuos contra las adversidades de una enfermedad cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Pero hace, aproximadamente un año, la misma enfermedad reapareció con más virulencia y atacando a órganos vitales que hasta entonces había respetado. Y nuestra querida Mari no pudo contra su fuerza. De hecho nadie puede con ella. El saberlo no es ningún consuelo. El consuelo es que Mari no perdió su buen humor incluso en los momentos más críticos, cuando el amanecer tardaba siglos y el atardecer le llegaba cuando ya no le quedaba fuerza para contemplarlo. Cuando nos vimos antes de las fiestas navideñas me transmitió una especie de resignación heroica ante lo que parecía inminente. Pudimos bromear cómo lo hacíamos antaño. Hace unos diez años que nos conocimos cuando estaba removiendo cielos y tierras para ayudar a buscar papeles de residencia para un joven africano que se encontraba en la encrucijada de volver a su pueblo como un fracasado o quedarse en España como un luchador. Por supuesto que este joven sigue sus luchas en el norte de España y se encuentra feliz. Poco a poco Mari se fue convirtiendo en la madrina de los centroafricanos en Salamanca. Por eso cuando pienso en su estado actual me siento feliz porque ella ha sido una mujer ejemplar, una luchadora y una buena amiga. Lo sabe su familia. A ella dedico las siguientes palabras:

“La vida de un ser humano tiene tres dimensiones. La primera dimensión es esta vida que llevamos en la tierra. Por experiencia propia sabemos que es una vida frágil, una vida pasajera, una vida caduca. La realidad es que tarde o temprano nos alcanza a todos la muerte terrenal, la muerte física, la muerte biológica. Y a veces da la sensación de que todo se acaba. Pero no es cierto. No es cierto porque los muertos viven en los corazones de los suyos, en los recuerdos de los vivientes. Por eso recordar es volver a colocar en el corazón, es decir amar. Y amar es crear, amar es recrear, en definitiva, amar es dar vida nueva. Amar a una persona equivale a decirle: tú no morirás nunca. Por eso la tercera dimensión para quienes creemos en Jesucristo es que los muertos viven en Cristo. Es lo que nos dice y nos confirma el apóstol San Pablo. Si morimos en Cristo, si realmente creemos en su muerte y resurrección, no cabe duda de que viviremos con él eternamente. Esto se cree o no se cree. Ante la caducidad de esta vida terrenal, Dios responde con la promesa de una vida eterna. Por eso el cristiano como Cristo muere para resucitar. La muerte no es el final del camino. La muerte es la puerta necesaria que nos lleva a Dios. Al final de la vida terrena no está el vació. Al final de la vida terrena no está un túnel sin salida como dicen algunas leyendas. Al final de la vida nos espera Jesús con los brazos abiertos. Al final de la vida nos espera todas aquellas personas con quienes hemos compartido gozosamente esta vida aquí en la tierra. Al final de todo, cuando Dios pronuncie el nombre personal de cada uno de nosotros, no estaremos solos. Estaremos con los nuestros y con Jesús”.

Descanse en paz, querida Mari.

domingo, 11 de enero de 2009

ONU: un organismo que no sirve, no sirve para nada

Un obispo francés, Gallo, hace un par de años escribió un libro con el titulo “Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada”. Fue expulsado de su diócesis por el Papa Juan Pablo II. En realidad este obispo, que más tarde se declaró homosexual, criticaba la pasividad de la Iglesia ante tantas injusticias mundiales. No se puede predicar el amor universal, la gratuidad, el perdón y no ser compasivos con los más débiles de este mundo. Esta reflexión es aplicable a la ONU, un organismo sin sentido y sin fuerza moral, al servicio de los intereses y caprichos de Estados Unidos y sus aliados. Si hay un organismo pervertido en este momento, éste es la ONU. Y si hay un organismo que debería desaparecer ya, éste es la ONU. Reto a todo el mundo para que me demuestre una misión en la que la ONU haya tenido éxito. Lo que no deja de sorprenderme es que con tantos fracasos este organismo siga llamándose Organización de las Naciones Unidas, cuando realmente es el fiel reflejo de las naciones divididas. Fracasó en los Balcanes, en Rwanda, en Sierra Leona, en Angola, en Liberia; está fracasando en Congo, en Mali, en Sudán, en Afganistán, en Palestina, etc. La lista es interminable.

La ONU es un cadáver maloliente que molesta a todo el mundo y que nadie quiere enterrar. Lo dice la gente que han estado muy cerca de sus despachos. Los misioneros se quejaron amargamente cuando vieron sus actuaciones contra los refugiados rwandeses en Congo en los años 1994. Lo único que interesaba a sus funcionarios era que las televisiones sacaran su bandera en la entrada de los campos de refugiados. Con razón Emma Bonino, la Comisaria de la Unión Europea en los años 1996 afirmó que la bandera de la ONU era el auténtico cadáver que encontraba en los campos de refugiados. Esta italiana, con el cuerpo frágil como el de la vicepresidenta española, no se mordía la lengua cuando tenía que decir la verdad. Contestando a los periodistas europeos que querían saber cómo los militares habían logrado matar a los serbios que habían encontrado refugio en el cuartel general de la ONU en 1996, harta de la frialdad de la comunidad internacional en los conflictos bélicos, les contestó que “s’il y a un cadavre dans toute cette histoire, c’est bien le drapeau des Nations Unies”. Estaba convencida, igual que la mayoría de los ciudadanos occidentales, que “rien ne bouge si les Etats-Unis ne bougent pas”, y que la bandera de la ONU es el primer cadáver que se encuentra en los conflictos armados (consultar las declaraciones en el periódico francés, Libération, del 26 de noviembre de 1996).

martes, 6 de enero de 2009

¿A qué te recuerdan las matanzas de Gaza?

Hay quienes dicen que el estado judío sigue pervirtiendo adrede el sentido de la religiosidad católica. Es que mientras se celebra el aniversario del nacimiento del “Príncipe de la Paz”, Israel aprovecha para navegar en el sentido contrario, fiel a su “Dios Guerrero y Vengativo”, tal como se autonombra en el Antiguo Testamento. Sus soldados se prepararon para recibir al Salvador desde sus tanques y buques de guerra, matando a niños inocentes como en el tiempo de Jesús con la matanza de los niños inocentes por parte de Herodes. El Adviento, tiempo de espera para los católicos, fue un tiempo de sembrar odios entre los palestinos. Lo más curioso de esta triste historia es que los dirigentes judíos, apoyados por más del 70 % de la población, defienden las masacres de niños inocentes como víctimas colaterales.

Si miramos la historia, encontramos paralelismo en varios episodios en los que inocentes fueron utilizados por dirigentes asesinos, con el asombro de que casi todo el país les estaba brindando un apoyo incondicional. Son muchos quienes se preguntan cómo los alemanes fueron atrapados por un discurso irracional de Hitler y no se manifestaron en contra de sus planes bélicos. Un gran número de científicos, pensadores y religiosos se colocaron detrás del caudillo para matar a los judíos inocentes. Hoy, Estados Unidos y más del 70 % de la población judía se colocan detrás del ejército hebreo para matar a niños inocentes palestinos, por si acaso mañana se les ocurre convertirse en terroristas. Son las maravillas de la guerra preventiva. Algunos iluminados son capaces de ver diferencias entre las guerras: unas serían buenas, otras malas, dependiendo de la motivación. La guerra en la franja de Gaza sería una guerra buena para algunos. Para otros, la guerra es una maldición en manos de unos malos dirigentes. En Alemania de Hitler, todo un ejército aplastó sin piedad a muchos judíos desarmados. En la franja de Gaza, el todopoderoso ejército hebreo está aplastando, con arrogancia, a todo un pueblo de refugiados palestinos armados con piedras. David contra Goliat, asesinos contra inocentes. Mientras tanto, los ejecutivos de la ONU siguen disfrutando con el dinero de los contribuyentes.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Algunos consejos para salir del túnel encurvado



1.-Siempre que alguien me ha pedido un consejo sobre una situación personal algo compleja le he dado dos consejos básicos: simplificar la situación y evitar entrar en un callejón sin salida. Estoy convencido de que las situaciones simples son mejor abordables. También estoy convencido de que el callejón sin salida es el fin del camino. Saber que no estás atrapado en un túnel te garantiza una cierta libertad para actuar con márgenes de error sin perder la pista de salida. Y si cuentas con la complicidad de la simplicidad de la situación, el optimismo y la esperanza son la mejor garantía para conseguir tus metas.

2.-Es verdad que la mayoría de las veces uno no se da cuenta del rumbo que está tomando su sendero, sobre todo si no se para a pensar. Por eso creo que es bueno y sanativo realizar un chequeo emocional de vez en cuando para ver si la velocidad que se ha alcanzado es la adecuada a sus fuerzas, al camino y al entorno. Esto no resulta fácil porque en mundo deshumanizado son pocos quienes tienen tiempo para estar a solas consigo mismo. En cambio son bastante quienes se levantan temprano, desayunan con prisa para no llegar tarde al trabajo. La costumbre no les impide estresarse con sus tareas profesionales. Comen con prisa para seguir trabajando. Cuando llega el cierre, las puertas de las empresas se convierten en la salida al mundo feliz y deseado: un par de llamadas a los amigos, si hay suerte, un par de copas con ellos, pero siempre con la mirada puesta en el reloj. En su casa, los únicos actos conscientes son escasos. Lo normal es encender el televisor, asearse mientras se prepara la cena, comer de prisa para no llegar tarde a la cita con el sueño porque mañana será un nuevo día. O más bien otro día más.

3.-Son muchos quienes nos vemos atrapados por la cotidianeidad. La monotonía no es aconsejable para nada porque, como se suele decir, los caminos más peligrosos son los que no tienen curvas. No es lo mismo conducir un coche por un puerto de montañas con muchas curvas que conducirlo en una carretera recta en una llanura. Una carretera con curvas, igual que una situación crítica, exigen atención máxima. En cambio la carretera recta, igual que la normalidad, implican relajarse, fiarse sin motivos. Es cierto que uno no puede vivir siempre en la liminalidad porque con el tiempo se minan sus fuerzas, pero hay que estar preparado para bordear la frontera sin caer en los surcos.

domingo, 7 de diciembre de 2008

En un túnel encurvado

Hace poco me decía un amigo que se encontraba en un túnel con curvas. Me quedé impresionado por la gravedad de su situación vital. Hasta ahora la metáfora de un túnel era la máxima expresión de una situación límite. Pero si añadimos curvas al túnel, el vértigo es una garantía absoluta. Una tal situación exige una máxima concentración, so pena de estrellarse contra cualquier objeto que tenga movimiento. Primero porque la poca luz que hay en el túnel no es natural, lo que a veces suele desconcertar: uno no sabe si está viajando de día o de noche. Segundo porque las curvas impiden ver la salida, lo cual aumenta bastante la angustia y el estrés de saberse atrapado en un callejón sin salida. Da la sensación de que nadie puede abandonar vivo ese túnel encurvado. Así las cosas, es inútil seguir intentando controlar la situación. Es mejor adelantar el final, abreviar los momentos de sufrimiento. Parafraseando a Albert Camus, no hay mayor tragedia que un trabajo inútil y sin esperanza.

En un túnel encurvado, el fracaso es la única garantía posible. Pero por desgracia el fracaso no es ningún motivo de esperanza. Una persona que se encuentra atrapado en un túnel encurvado se siente bloqueado, sin ánimos de tomar ninguna decisión, cualquier que sea sus consecuencias. No sabe qué hacer. No tiene dónde elegir. Está inmovilizada. No acepta consejos porque sencillamente sus estados conscientes no tienen consistencia. La salida de su situación arrastra, inevitablemente, mucho dolor y muchas heridas. ¡Nunca la oportunidad había exigido tanto sacrificio! Pero lo importante, creo yo, es salir, cueste lo que cueste.

Cuando una persona se encuentra en un túnel encurvado, si no logra abandonarlo en poco tiempo, al final se queda solo ante la realidad. La mayoría de sus allegados se preocupan por su estado sólo durante un tiempo. Cuando no ven logros de sus esfuerzos le acaban abandonando porque nadie ve sentido en un trabajo inútil y sin esperanza. Entonces le aconsejan ponerse en manos de los profesionales, convencidos de que los problemas se han convertido en una enfermedad. Desaparece la cercanía y el cariño de los amigos y entra en escena la frialdad de un profesional y la compasión de los amigos.