El Sr. Rajoy será proclamado, mañana, candidato a la Presidencia del Gobierno de España. Por segunda vez intentará ocupar el sillón de La Moncloa, con el permiso de sus votantes y el apoyo incondicional de algunos medios de comunicación y de los obispos españoles. Le deseamos buena suerte.
El Sr Zapatero, en cuanto a él, sigue durmiendo en el mismo sillón al que llegó gracias al hartazgo de la sociedad española y de las mentiras del gobierno anterior acerca de la invasión de Irak. ZP ha llevado a cabo proyectos sociales pero no ha sabido venderlos a la sociedad. Cree que le juzgaremos por lo que ha hecho y se equivoca. Le juzgaremos por lo que hayamos comprendido su utilidad social. Como hombre de suerte, el tiempo ha estado jugando a su favor. Temas que Rajoy utilizaba para atacarle parecen estar difuminados: el estatuto de Cataluña, el Plan Ibarretxe, el matrimonio de los gays y lesbianas, ... pero ¿hasta cuándo la suerte le acompañará? Se dice que las siguientes elecciones se empiezan a preparar desde el mismo día en que se gana o se pierde las anteriores.
ZP ha empezado tarde a prepararlas. Ha estado involcrado en la gestión administrativa y ahora se da cuenta que en pocos meses los españoles volveremos a las urnas para otorgar legitimidad al vencedor. Porque las elecciones sólo confirman lo que ya es real. Y hoy por hoy, el empate tecnico no favorece más que al Sr. Rajoy, al que deseamos buena suerte.
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