lunes, 19 de noviembre de 2007

“TÚ, ¿POR QUÉ NO TE CALLAS?”


Llevo unos días oyendo estas palabras en los medios de comunicación y en mi ambiente de trabajo: “Tú, ¿por qué no te callas?” Seis palabras que han dado mucho qué hablar en las tertulias, en los informativos y en los círculos familiares. Es cierto que el caudillo Chávez no se calla ni debajo de las aguas; va de víctima de la economía imperialista, se autoproclama indio y defensor de los indios, heredero de Castro, defensor de Morales; quiere refundar el socialismo basándose en la asesoría de unos profesores universitarios, burgueses, ansiosos por experimentar sus teorías con los pobres de la sociedad venezolana, y de paso, colocar sus libros en las librerías curiosamente capitalistas. Chávez sabe que es la novia más deseada por su petróleo, pero parece el más ignorante de todos los dirigentes cuando piensa que el oro negro no se acabará nunca: por eso lo regala a sus amigos cubanos o bolivianos, distribuye los petrodólares entre los pobres sin crear siquiera una red de industrias independientes de los yacimientos, por si acaso. Hay que decir a Chávez que el petróleo se acaba, que su vida es caduca, y que no tiene derecho a hipotecar el futuro de los venezolanos. Hay que decirle que tiene razón en pedir cuenta al rey de España por callarle, siendo los dos jefes de estados. Pero también hay que decirle que la política internacional no se práctica ante los micrófonos, sino en los despachos ministeriales y empresariales. Hay que decirle que no por mucho follonear se es oído, sobre todo teniendo en cuenta que cada vez se va aislando del mundo y ya no cuenta con la simpatía de los antiimperialistas norteamericanos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parece muy bueno tu comentario, porque ciertamente se puede no estar de acuerdo en las ideas o en las políticas, pero hay que saber decirlo, sin ofensas ni descalificaciones.