domingo, 13 de julio de 2008

Dios muere con la insensibilidad europea


Hace un par de semanas vimos cómo los ciudadanos de la católica Italia perseguían a los inmigrantes, quemaban sus pertenencias y detenían a cuántos podían. Que yo sepa, sólo el gobierno español protestó por esa violación de los derechos humanos. Los católicos, incluidos su jefe, no abrieron la boca. Supongo que estarían estudiando cómo perseguir a los homosexuales o a los rojos.

No es la primera vez que los católicos se esconden ante situaciones que reclaman su compromiso social o caritativo. Proclaman el amor al próximo como mensaje principal de su fundador pero en la práctica viven en el individualismo exagerado. A mi modo de ver, muchos de ellos son hipócritas. El mensaje de su fundador es humanista, pero sus actos son anti-humanos. Ciertamente, como escribió Gallot, un obispo francés que se declaró homosexual, el Dios que no sirve no sirve para nada.

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