Los medios de comunicaciones están llenos de supuestos tertulianos políticos que no son más que voceros de los partidos políticos. Pongas el canal que pongas ahí están los mismos personajes recitando los mismos argumentos. Aparecen en los canales privados, aparecen en los canales públicos, aparecen en las radios diciendo lo mismo y seguramente cobrando bien. Sus agendas están llenas. No fastidies: con una facturación así, yo también estaría en condiciones de defender a los cinco millones de parados, a los miles de autónomos que cierran sus empresas mensualmente, a lo mal que lo está haciendo el gobierno, a las buenas intenciones de la oposición, a la independencia del poder judicial, al corte de la plantilla de los funcionarios, a los vaivenes de la bolsa, etc.
Si yo cobrase como los mal llamados comentaristas políticos sería capaz de defender lo que sea, con tal de que mi jefes me sigan pagando bien. Los medios de comunicación intentan convencernos de la independencia de estos bien pagados comentaristas de la actualidad y los presentan como más neutrales que los políticos. ¡Ojalá! Si no fueran sus “teloneros”, igual sí que podrían tener opiniones propias.
“La noria”, programa duramente criticado por haber invitado al Vicesecretario General del PSOE el sábado pasado, no anda con máscaras: divide los “teloneros” en dos grupos bien diferenciados (PP y PSOE) y los hace sentarse como si estuvieran en el Congreso de los diputados. Un amigo mío dice que ya no sigue las tertulias políticas porque todas son iguales: jalean continuamente a sus jefes políticos.
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