Casi todos los llamados comentaristas o analistas políticas de los medios de comunicación rechazan la exigencia del Movimiento 15 M de la “democracia real”. Es cierto que no se puede comparar el tipo de democracia que tenemos en España con la democracia de muchos países. La participación ciudadana española es activa, aunque las normas intentan proteger los grupos de poder.
Parece que hace tiempo los grandes partidos políticos se pusieron de acuerdo para apropiarse de los instrumentos del poder a través de la ley electoral. Siendo legal, esta ley electoral es injusta. De hecho, el M15M propone su cambio porque no todos los votos valen lo mismo en España. Y esto es un fallo muy grave de la democracia. Los votos de IU valen menos que los votos del PSOE o del PP. Si a este fallo escandaloso añadimos que los partidos políticos nos exigen votar listas cerradas, la soberanía popular se reduce a la mera expectación. Si en una lista del PP hay un candidato al que yo no quiero dar mi voto, no puedo hacerlo. Si quiero que mi voto vaya al PP, sí o sí tengo que votar toda su candidatura. De lo contrario, se me obliga a no votar al partido que quiero. En las últimas elecciones de los eurodiputados me vi en esta encrucijada, y acabé por no ir a votar. De modo que la democracia española puede ser mejorada, tal como afirma el M15M.
Difícilmente se puede decir que el poder es servicio. Si así fuera, ¿cómo se explica tantas batallas para conseguirlo? Si los políticos sudan tanto para conseguir el control de las instituciones, no es por sus ganas de servir a los ciudadanos. Todo apunta a que muchos de ellos buscan conseguir intereses personales. Finalmente, como canta Alpha Blondy, un dirigente elegido una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces: se convierte en dictador. “le président élu une foi, élu deux fois, élu trois fois, élu quatre fois : ça devient de la dictature”.
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