El socialismo occidental está atrapado por el capitalismo triunfante y sin remordimientos. Los analistas afirman que la actual crisis económica tiene su origen en las ambiciones del capitalismo occidental de ganar todo a costa de todo. Paradójicamente, para salir de esta misma crisis, el capitalismo exige la desaparición de los gobiernos socialistas. En Reino Unido, en Portugal y otros países europeos, el socialismo ha cargado con las culpas que no son suyas. En EE.UU, en Grecia y en España, los gobiernos socialistas están asfixiados. Siguen tomando medidas dictadas por los causantes de la crisis para salir, supuestamente, de esta misma crisis. Instituciones como FMI que no fueron capaces de prevenir el desastre se sienten legitimadas para proponer la solución. Banqueros que dejaron hundirse el sistema están exigiendo soluciones inmediatas. Mientras tanto, los gobiernos que no causaron esta crisis no saben qué hacer para limpiar tanta basura.
En España, ZP ha perdido todo su apoyo popular porque está tomando medidas propias de un gobierno de derechas. Tal vez por eso los socialistas españoles creen que lo mejor sería poner fin a esta agonía política y anticipar las elecciones. Todo apunta que el Partido Popular llegará al poder, a pesar de que no ha revelado sus proyectos político-económicos. Es popular la imagen de Mariano Rajoy en una tumbona, a la espera de que Zapatero se hunda en las aguas capitalistas. “Yo mañana me voy a poner a trabajar”, declaró Rajoy en mayo pasado después de arrasar en las elecciones municipales. En realidad, la victoria del Partido Popular se debe al descontento de los izquierdistas que se niegan a votar a un socialista que actúa como capitalista, brazo ejecutor de las medidas más conservadoras jamás tomadas en España. Al que los medios de derechas llamaban “izquierdista radical” está tomando medidas propias de la extrema-derecha. El mundo al revés. Si ZP sabe que todas las medidas que ha tomado para levantar la economía española no han hecho más que aumentar la cifra de los parados, ¿a qué espera para cortar esta hemorragia convocando las elecciones? ¿Qué interés tiene en conservarse en el poder si sabe que no va a salvar nada? Muchos pensamos que ZP ha tenido mala suerte de gestionar una profunda crisis económica que ha empañado todos sus logros sociales. Es una pena que sea recordado por cinco millones de parados, cuando propició nuevos derechos en la sociedad española como el matrimonio gay, la ley de igualdad entre hombres y mujeres, la promoción de personas con discapacidad, la alianza de las civilizaciones y la palabra antes que el disparo. “No nos falles”, le dijo un joven que veía en su elección un soplo de aire fresco. “No nos representas”, le están gritando los indignados. De esperanza a la indignación, tan solo un paso.
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