domingo, 12 de agosto de 2012

Cruzada de las gaviotas reidoras

El manual de la estrategia política aconseja que cuando la situación es crítica hay que acudir a las maniobras de distracción, o incluso apelar a los sentimientos más salvajes del ser humano para que se entretenga la masa. Los del PP no abandonan ni el manual de la distracción, ni el manual del argumentario. El problema es que su eficacia es puntual y la crisis económica parece eterna.

Choque mortal de gaviotas reidoras. Imagen de Google.
Cuando el PP acariciaba el poder era consciente de la situación complicada que vivía España. Pero estaba convencido de que acudiendo al clásico “estaba así cuando llegué” conseguiría colocar a todos los suyos para cantar al unísono el himno de la conformidad. Asiduos a las homilías de curas elitistas, los populares pensaban que el milagro del 96 con Aznar se produciría de nuevo. Pero los milagros no dependen de nuestros deseos.  Al “estaba así cuando llegué”, los españoles contestaron con “tú lo sabías cuando llegaste”. Apenas seis meses de su llegada al poder, el gobierno de Rajoy navega como un barco sin rumbos.

Aunque Rajoy repite como un papagayo que “sabemos lo que tenemos qué hacer y lo vamos a hacer”, “todo el mundo sabe” (expresión preferida de Rajoy) que no tiene ni puta idea. Todas las medidas que ha ido tomando no han hecho más que agravar la situación. Empresarios, funcionarios, asalariados, todos están en contra de las medidas económicas de Rajoy. Ante el descontento descomunal de los afines al PP, Rajoy responde con la persecución a los inmigrantes, como si los inmigrantes fueran el detonante de la quiebra económica de la sanidad española.

Pero, ¿cuál es la verdad? La verdad es que la sanidad no es gratuita porque la financiamos entre todos, a través de impuestos indirectos (por ejemplo el ilegal que compra un jersey, paga un impuesto del 21%: el IVA). La educación no es gratuita porque la financiamos entre todos, padres y solteros.

El mito de la gratuidad en España es falso. Decir que hasta ahora había barra libre para los inmigrantes es olvidar que el chiringuito de los políticos abría 24 horas sobre 24 horas. Lo que popularmente conocemos como enchufismo político. ¿Qué presupuesto llevan los cargos de confianza nombrados a dedo? Un popular convencido me decía que en España no hay corrupción sino picardía española: de 100 euros que dan para modernizar el campo, 80 se invierte en adquirir un piso y el resto en la modernización del campo. ¿Picardía española o corrupción?

El jolgorio, la lujuria, la orgía, el cachondeo, las mamandurrias (como diría Esperanza Aguirre) no se encuentran en los barrios obreros.

Unos sindicalistas entran en un supermercado, roban comida para entregarla a quienes no tienen ningún tipo de ingresos económicos. Al ministro del interior no se le ocurre nada mejor que mandar la policía para detenerlos. Sin embargo, un juzgado de Valencia no sabe dónde encontrar a Julio Iglesias para citarle por un caso de corrupción (http://elpais.com/elpais/2012/05/21/gente/1337617645_013667.html).  Ésta es nuestra España: tomadura de pelo, cachondeo, picardía, acoso al más débil, manipulación masiva. España de las gaviotas reidoras (como diría la alcaldesa por accidente).

No hay comentarios: