El manual de
la estrategia política aconseja que cuando la situación es crítica hay que acudir a las
maniobras de distracción, o incluso apelar a los sentimientos más
salvajes del ser humano para que se entretenga la masa. Los del PP no abandonan
ni el manual de la distracción, ni el manual del argumentario. El problema es
que su eficacia es puntual y la crisis económica parece eterna.
Choque mortal de gaviotas reidoras. Imagen de Google. |
Cuando el PP
acariciaba el poder era consciente de la situación complicada que vivía España.
Pero estaba convencido de que acudiendo al clásico “estaba así cuando llegué”
conseguiría colocar a todos los suyos para cantar al unísono el himno de la conformidad.
Asiduos a las homilías de curas elitistas, los populares pensaban que el
milagro del 96 con Aznar se produciría de nuevo. Pero los milagros no dependen
de nuestros deseos. Al “estaba así
cuando llegué”, los españoles contestaron con “tú lo sabías cuando llegaste”.
Apenas seis meses de su llegada al poder, el gobierno de Rajoy navega como un barco sin rumbos.
Aunque Rajoy
repite como un papagayo que “sabemos lo que tenemos qué hacer y lo vamos a hacer”,
“todo el mundo
sabe” (expresión preferida de Rajoy) que no tiene ni puta idea. Todas las
medidas que ha ido tomando no han hecho más que agravar la situación.
Empresarios, funcionarios, asalariados, todos están en contra de las medidas
económicas de Rajoy. Ante el descontento descomunal de los afines al PP, Rajoy
responde con la persecución a los inmigrantes, como si los inmigrantes fueran
el detonante de la quiebra económica de la sanidad española.
Pero, ¿cuál
es la verdad? La verdad es que la sanidad no es gratuita porque la financiamos entre todos,
a través de impuestos indirectos (por ejemplo el ilegal que compra un jersey,
paga un impuesto del 21%: el IVA). La
educación no es gratuita porque la financiamos entre todos, padres y
solteros.
El mito de
la gratuidad en España es falso. Decir que hasta ahora había barra libre para los inmigrantes
es olvidar que el chiringuito de los políticos abría 24 horas sobre 24 horas.
Lo que popularmente conocemos como enchufismo político. ¿Qué presupuesto llevan
los cargos de confianza nombrados a dedo? Un popular convencido me decía que en España no hay
corrupción sino picardía española: de 100 euros que dan para
modernizar el campo, 80 se invierte en adquirir un piso y el resto en la
modernización del campo. ¿Picardía española o corrupción?
El jolgorio, la lujuria, la
orgía, el cachondeo, las mamandurrias (como diría Esperanza Aguirre) no se
encuentran en los barrios obreros.
Unos
sindicalistas entran en un supermercado, roban comida para entregarla a quienes
no tienen ningún tipo de ingresos económicos. Al ministro del interior no se le
ocurre nada mejor que mandar la policía para detenerlos. Sin embargo, un juzgado
de Valencia no sabe dónde encontrar a Julio Iglesias para citarle por un caso
de corrupción (http://elpais.com/elpais/2012/05/21/gente/1337617645_013667.html).
Ésta es nuestra España: tomadura de pelo, cachondeo, picardía, acoso al más débil, manipulación
masiva. España de las gaviotas reidoras (como diría la alcaldesa por
accidente).
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