Que no se
alarme nadie porque no tengo costumbre de hacer el striptease emocional en las
redes. “Mi ex novia” es un libro que
Fabio Fusaro escribió en 2007 después
del calificado groseramente por una amiga salmantina como “la puta biblia para los hombres”. El título correcto es “Mi novia. Manual de instrucciones”
(2001).
“Mi ex novia” describe cómo los hombres
nos comportamos después de una ruptura, las mil maneras de torturarnos para
llegar, finalmente a la misma conclusión: aquella que fue mi novia es ahora mi
ex novia y no puedo hacer nada para volver a la situación anterior a la
ruptura. Todo esto descrito fabulosamente, en un castellano de Argentina, comprensible
incluso para quienes nos desesperamos viendo una película argentina (por la
lentitud de los hechos y por los localismos lingüísticos muy sofisticados).
A propósito
de estos localismos lingüísticos, mi amiga salamantina que calificó de aquella
manera el libro de Fabio Fusaro recordará que cuando trabajábamos en una
compañía que había externizado parte sus servicios de atención al cliente nos
habían hecho un manual de traducción del
argentino al castellano salmantino. Los compañeros argentinos tenían su traducción.
Había diálogo de este tipo (espero que se entienda bien el humor):
El boludo: Compañero, tengo una
señora que quiere consultar las tarifas. ¿Te la coloco? (el gallego pensando en voz off: colócala donde quieras, con tal de no quitarme el puesto).
El gallego: Ahora mismo no te la puedo
coger, compañero, no tengo acceso a
las tarifas (el boludo pensando en voz off: puto
salido gallego. Siempre pensando en lo mismo)
El libro de
Fabio Fusaro utiliza los términos argentinos a los que no estamos acostumbrados
en España, pero he de reconocer que pocos escritores saben poner un toque de un
humor en asunto tan dramático. Veamos un ejemplo:
“Resulta
que se había anotado en un concurso de belleza organizado
por no sé qué boliche y se ve que el breve estréllate se le subió a la cabeza, aunque no ganó
nada. Imaginen: boliche, noche, música, luces de
colores, tipos babeantes (muchos) y la señorita
caminando en tanguita por una pasarela que atravesaba el local de lado a lado.
No sé si se entendió bien: “Mi novia caminando en tanguita por una pasarela en
el medio del boliche”. Como si esto fuera poco,
me contaba chocha de contenta que algunos tipos
luego la reconocían por la calle o en la playa y la saludaban. Qué poco tenía
que ver eso con el concepto que ambos creíamos tener del respeto mutuo. Hasta
ahí la situación no habría pasado de un momento molesto en la pareja, pero tuvo
que aparecer “la tarjetita”. ¿Qué tarjetita? La que le había dado un atorrante al terminar un desfile. Lo único que quería,
seguramente, era… en fin, ya saben. La tarjetita decía: “Fernando Pirulo.
Promotor de modelos” y un maldito teléfono. Toda la planificación que habíamos
hecho hasta ese momento fue a parar a la miércoles por
un pedazo de cartulina de siete por cinco. De la noche a la mañana, pasé a
decimoquinto plano en su vida
Las
mujeres no te dejan en cualquier fecha. Suelen esperar al día anterior a tu
cumpleaños, a un aniversario, la víspera de Nochebuena o Año Nuevo. Supongo que
la intención es que te duela, si es posible, un poco más de lo normal. Así fue
como un 17 de mayo, día en el que cumplíamos tres años y seis meses de novio, “la
modelito”, sin derramar una lágrima y tras terminar el último café pagado por
mí –como todo lo que consumió en los tres años y medio que estuvimos juntos-,
me dejó”.
En tan pocas
líneas tuve que acudir al diccionario del E-book más de una vez pero mereció la
pena. Todas las historias que Fabio Fusaro cuenta en “Mi ex novia”, aunque no se basaran en hechos reales, nos suenan a
todos. Siendo instrucciones para hombres, “hombres resentidos y dolidos”, no
son del todo “políticamente correcto” y me imagino que en posteriores ediciones revisaras algunas expresiones para
que sean acordes a nuestros tiempos.
De la misma
forma que aconsejé en este blog, hace varios años, el libro “Mi novia”, también aconsejo este. En “Mi ex novia” nos reconocemos todos
aquellos que tenemos una ex, dos letras que marcaron nuestras vidas, porque
aunque algunas ex nos salvaron de una vida de amargura dejándonos, en vano
hicimos todo lo que pudimos para “recuperarlas”: sólo conseguimos prolongar
nuestro sufrimiento porque cuando desaparece la palabra dada, la nula credibilidad
(si es que alguna vez estuvo presente) puede herir mortalmente un corazón
noble. Pero allí está Fabio Fusaro para recordarnos que no hay nada nuevo. En algún
momento de nuestras vidas, todos hemos sido víctimas de nuestras “boludeces”.
1 comentario:
alguien sabe si hay archivos de la pagina que tenia fabio fusaro entre el 2000 y el 2010 ? era muy interesante
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