Mucha gente tiene la sensación de
que están aumentando casos de discriminación por razones raciales y de
religión. Ciertamente, la crisis económica aumenta los casos de discriminación
hacia el extranjero porque las “mentes lúcidas” tienden a culpabilizar al
extraño: “nos quitan el trabajo”, “pervierten nuestras culturas”, “son
terroristas”. Rara vez nos acordamos de aquellos inmigrantes que limpian el
trasero a nuestros mayores o recogen la mierda que vamos dejando por todos los
sitios. Ignacio
González pidió a los suyos expulsar a los inmigrantes que no quieran
aceptar nuestros principios. Y yo le compro el argumento: los principios de
trincar todo lo que se pueda; entregar el dinero de los ciudadanos a cajas y
bancos saqueados por los amiguitos; aparcar el coche donde te salga de los
huevos y salir huyendo de la policía; privatizar la sanidad y la educación; desahuciar
a los pobres y presentarse como su salvador. O cobrar 65.000 euros a la semana por estar
tocándose el chichi en el sofá de Gran Hermano VIP. Si son principios de Ignacio González, pues
oye: antes de que te expulsen de España, practícalos. Pero acabarás en el
trullo, por muy español que seas. Si aparcas mal tu coche en la Gran Vía de
Madrid, te marchas sin hacer caso a los policías, derribas uno de sus motos,…
estoy seguro de que esa noche no duermes en tu casa. Sólo Esperanza Aguirre y
los suyos pueden actuar así sin que nadie se atreva ni siquiera a multarlos
porque tienen principios.
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