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| Bazier con el diputado Luc |
martes, 2 de julio de 2019
Yiboula Emmanuel Bazie Tapsoba
lunes, 15 de abril de 2019
viernes, 29 de marzo de 2019
Ruanda, 06 de abril 1994 (hace 25 años)
Miércoles 06 de abril de 1994. Son las ocho y media de la noche en Kigali. Dos horas después de despegar de Dar-es-Salaam, la capital de Tanzania, el trimotor presidencial se prepara para aterrizar en la pista del aeropuerto internacional de Kanombe. La mayoría de los ruandeses están durmiendo. En el aeropuerto todo está preparado para recibir al Presidente Juevénal Habyarimana que procede de las negociaciones para poner fin a la guerra iniciada el uno de octubre de 1990 por el Frente Patriótico Ruandés del General Paul Kagame. De repente dos misiles tierra-aire iluminan el anochecido cielo ruandés. El primero a penas roza el avión. El segundo lo derriba. Ninguno de los diez viajeros y los tres miembros de la tripulación de este Falcón 50 sobrevive. Dos presidentes, el ruandés Juvénal Habyarimana y el burundés Cyprien Ntaryamira mueren en el acto. Empieza una de las noches más largas jamás recordadas en Ruanda. Asesinatos selectivos y reanudación inmediata de los combates. El drama se propaga rápidamente por todas las colinas del país hasta entonces considerado como “la Suiza Africana”. La Primera Ministra Ruandesa, Madame Agathe Uwilingiyimana es asesinada un día después de la muerte del Presidente. En menos de cien días, los medios de comunicación hablan de más de un millón de muertos. La imagen del horror alcanza las televisiones occidentales. La impotencia se convierte en el sentimiento más generalizado en los corazones de la buena gente. Finalizada la repatriación de los blancos por parte de los 2.500 efectivos militares de MINUAR, la ONU reduce drásticamente el número de los cascos azules. El 16 de abril de 1994, con las matanzas generalizándose en todo el territorio, los 870 cascos azules belgas se marchan. El 21 de abril de 1994, la resolución 912 del Consejo de Seguridad reduce los efectivos de MINUAR a 270 militares y anula completamente su capacidad de combate. Un dilema se nos presenta a los ruandeses: “matar antes de que te maten o huir antes de que te maten”. Cada ruandés elige su opción como puede, muere como puede o sobrevive como puede.
sábado, 19 de enero de 2019
Ni nde utumye ugenda tutabonanye?
domingo, 13 de enero de 2019
KUNYWANA O COMUNIÓN DE SANGRE EN LA CULTURA BANTU

0. BIBLIOGRAFÍA
lunes, 3 de septiembre de 2018
Pablo Casado y su tesis sobre la inmigación africana
viernes, 24 de agosto de 2018
Migrante, emigrante, inmigrante: Precisión conceptual
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define a un “migrante” como cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado fuera de su lugar habitual de residencia independientemente de su situación jurídica, el carácter voluntario o involuntario del desplazamiento, las causas de su desplazamiento y la duración de su estancia1. El término migrante puede aplicarse indistintamente tanto al emigrante (aquella persona que se va de su tierra natal para instalarse en otra diferente) como al inmigrante (aquella persona que llega a una nueva tierra para establecerse en él). Un español que sale de España para ir a trabajar en Francia es un emigrante para quienes estamos en España, inmigrante para quienes están en Francia, migrante tanto para los franceses como para los españoles.
En los últimos años, la literatura disponible en esta materia opta por el uso del término “migrante”. No obstante, este término “migrante”, como cualquier otro vocablo que pretende ser inclusivo, no refleja los matices expresados en los términos “emigrante” e “inmigrante”. Veamos un ejemplo ilustrativo: los andaluces que se instalaron en Catalunya después de la victoria del General Franco son migrantes; los andaluces que se marcharon a Francia son también migrantes. Pero sus historias migratorias no tienen nada qué ver. Mientras unos tenían la nacionalidad española, los otros eran extranjeros en situación irregular. No podemos definir sus situaciones en términos parecidos porque en el matiz se esconde la experiencia dramática que acompaña al inmigrante, aquella persona que llega a un país para establecerse en él con el deseo de conseguir una vida mejor. Desde el punto de vista de España, por ejemplo, los emigrantes no tienen los mismos derechos que los inmigrantes. Mientras los emigrantes son ciudadanos españoles que viven en el extranjero, los inmigrantes son extranjeros que viven en España y necesitan de una autorización administrativa para residir y trabajar en España.
domingo, 31 de diciembre de 2017
2017: Hasta siempre Sr. Mugabe.
Este año que se acaba será recordado por muchos
africanos por el retiro obligado del Presidente de Zimbabwe después de más de
40 años salvando su patria. O eso decía. Porque las cifras económicas y los
avances sociales dejan a Zimbabwe en el mal lugar: un país arruinado, con
pasado pero sin futuro. Mugabe fue dimitido por sus compañeros de armas y salvó
su pellejo (y su fortuna) gracias al muy cuestionado Presidente Zuma,
patrón de la todopoderosa Sudáfrica. Su homologo vecino, el Presidente De
santos (Angola) no quiso presentarse a las elecciones y por mucho que intentó
dejar atado el destino de su hija en la empresa de petróleo, el nuevo
mandatario tenía prisas para colocar a los suyos. Así va la fraternidad negroafricana, una
pura invención para resaltar los valores que brillan por su ausencia.

