sábado, 19 de julio de 2008

La crisis de alimentos en África

En muchos países del África Negra los bancos de alimentos están vacíos. Las tiendas no tienen alimentos básicos como patatas, arroz, maíz, habichuelas o sorgo. Todo empezó cuando la administración norteamericana tuvo el plan maquiavélico de implantar el cultivo de las plantas transgénicas en África. Modificaron las semillas de arroz y de maíz para que crezcan incluso en las condiciones más adversas de la climatología africana. En el primer año convencieron a muchos gobiernos africanos de la bondad de estas semillas, y se las reglaron. Como muchos agricultores conservaron sus semillas, el plan norteamericano se prolongó por dos años más, hasta que las semillas autóctonas desaparecieron. Fue entonces dejaron de regalar las semillas, impusieron un precio alto y controlaron el cultivo de casi todo un continente: los campesinos cultivan cuándo y dónde dice el gobierno, con el visto bueno norteamericano. Y como era de esperar, el alimento se ha convertido en un elemento de presión y de control sobre los gobiernos locales. Pero como en todos los planes hay factores no controlables en los laboratorios ideológicos y estratégicos, el caos sembrado por la falta de alimento favorece el resurgimiento de guerrillas y el levantamiento del pueblo hambriento contra los gobiernos bendecidos por la administración norteamericana. En varios países africanos la protesta del pueblo mangoneado por sus dirigentes se está haciendo, cada vez con más violencia. La esperanza está depositada en el otoño que viene: si el pueblo no siembra lo que necesita, muchos dirigentes africanos se tendrán que ver con sus gentes y, por supuesto, la inmigración será un mal menor que los pueblos occidentales tendrán que soportar. O comemos todos, o morimos todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde luego querido amigo, ¿qué no haríamos todos ante el hambre, no sólo pensando en uno mismo, cosa que en África habitualmente no se hace, allí antes que en uno mismo se piensa en los demás, de lo cual deberíamos aprender todos.

Pues ante el sufrimiento y dolor insoportable que produce ver a nuestros seres más queridos sin nada que llevarse a la boca, mira que prueba tan fácil, simplemente pongámonos en su lugar ¿qué haríamos cualquiera de nosotros?

¿Hay alguien que se pregunte aún que vienen a hacer aquí y se sienten molestos o invadidos con su presencia?

Si alguien se hace todavía cualquiera de esas dos preguntas, debería preocuparse seriamente por si mismo y preguntarse. Con apariencia de persona ¿qué monstruo llevo dentro? ¿se puede realmente ser feliz sin tener ni un ápice de humanidad, bondad o generosidad?

No, rotundamente no, sencillamente te digo que te estás engañando a ti mismo, y la vida pasa muy deprisa, y quizá no llegues a tiempo de conocer la verdadera felicidad.

Es tan fácil como ponerse en el lugar de ellos y hacer exactamente lo que quisiérmos para nosotros mismos si estuviéramos en su lugar.

Gracias por vuestra generosidad, la vida será menos dura si por lo menos lo intentamos.

Pilar