Oigo gente diciendo que son los empresarios quienes crean puestos de trabajo y mantienen la estabilidad de la economía. Los trabajadores serían unos simples parásitos. Por eso hay que exigirles máxima producción, más disciplina y menos protesta. Algunos trabajadores piensan que los empresarios son unos simples explotadores que por un céntimo son capaces de remover Roma y Santiago. No les importarían nada más que beneficios.
Yo pienso que empresarios y trabajadores son dos partes inseparables para una buena marcha de la economía. Algunos empresarios se han creído imprescindibles porque son ellos que dan trabajo. Para ellos, los trabajadores son piezas reemplazables sin que la marcha de la empresa sea afectada, unos simples números prescindibles sin que pase nada. Así pueden pensar algunos empresarios clásicos y conservadores. Olvidan que la actual economía es una economía de consumo, y que quienes consumen son los trabajadores. Si los trabajadores no tienen liquidez para comprar casas o remodelar las que ya tienen, la empresa Roca se irá a la ruina. Si los trabajadores no compran coches, los concesionarios se irán a la ruina. Los empresarios crean puestos de trabajo porque hay trabajadores con liquidez que se convierten en consumidores. Si dejamos de consumir un producto, por muy fuerte que sea la empresa, acabará hundiéndose. Por eso creo que las relaciones entre empresarios y trabajadores tienen que ser equilibradas. Ambos son partes imprescindibles de una misma unidad y se necesitan mutuamente.
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