Hay quienes migran huyendo de la guerra o de las peores situaciones económicas. Normalmente uno marcha de su pueblo nativo para salvar su pellejo o para dar un buen futuro a los suyos. Nadie abandona a los suyos por motivos románticos. Al contrario, muchas veces uno tiene que elegir dramáticamente entre su familia y su futuro. Es lo que nos resume el genial Jean-Jacques Goldman en esta canción en forma de diálogo.
A. El marido defiende sus sueños:
Quiere migrar porque ahí todo es nuevo y salvaje. Es un continente libre de grilletes. Aquí sus sueños son muy limitados. Sabe que le hará falta el corazón y la fuerza. Si tienes energía y fe, el oro se encuentra a tu alcance.
B. La esposa le da motivos para no migrar:
No te vayas porque ahí hay tempestades, naufragios, fuegos y demonios. Te veo muy frágil. Quédate conmigo. Tenemos que seguir haciendo el amor. Te prometo que seremos muy felices. Yo te quiero marido y padre de mis hijos pero tú sueñas con marcharte.
C. La respuesta del marido:
Aquí todo está perdido y no se puede cambiar nada. Todo depende de dónde naciste y yo no he nacido en un lugar adecuado.
D. El chantaje emocional de la esposa:
Lejos de nuestras vidas y de nuestro pueblo, me olvidaré de tu voz y de tu cara. Me gustaría abrazarte en mis brazos pero tú te escapas para ahí.
E. El marido argumenta su decisión:
Ahí tendré mi suerte, mis derechos y la elegancia que aquí no tengo. Todo lo que te mereces te pertenece a ti. Aquí son los otros que imponen sus normas. Puede que te pierda ahí, pero me perderé yo mismo aquí si no me marcho. La vida no me ha dejado la elección. Lo nuestro será posible sólo ahí. Es un continente sin ataduras, bello como jamás te habrás imaginado. Me perderé si me quedo aquí. Por eso me marcho a ese lugar donde todo es nuevo, salvaje, libertad.
F. Al final, ¿qué?
La canción Là-bas anuncia el drama de muchos inmigrantes que tienen que elegir entre su familia y sus oportunidades económicas. Al final el marido pone en peligro su matrimonio y se marcha en busca de una tierra soñada. Se separa de su mujer, tal vez temporalmente. Al menos es lo que deja entender Jean-Jaques Goldman en el video que circula por internet ( ).
Todos conocemos mujeres latinoamericanas que cruzaron el Océano, solas, para buscar un futuro mejor en España. Seguro que habremos visto esas mujeres limpiándose las lágrimas mientras dan órdenes a sus hijos por teléfono desde un locutorio. Se empeñan en mantener vivas sus sueños y sus promesas, y si hay que mentir para que los otros sigan soñando, lo hacen. Seguro que hay de todo en la viña del señor, pero dudo mucho que alguien pueda migrar por capricho o por sueños románticos.
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