He vuelto a ver la película “El
hundimiento” que intenta describir los últimos días de Hitler
(1889-1945). Desde hace tiempo me intereso por la historia del hombre que paso
de la insignificancia a poner de rodillas a todo un continente. La lectura de su biografía
redactada por el catedrático Ian Kershaw es una delicia. Intenta
comprender cómo un pueblo culto en todos los niveles fue capaz de seguir
generosamente la melodía destructora de un hombre que carecía de toda cultura.
La biografía de Hitler indica que en sus
primeros treinta años fue un don nadie, un marginado social, un bicho raro que
estaba obsesionado con Schopenhauer. En los
siguientes veintiséis años de su vida se convirtió en el hombre más poderoso y
más temido por los Generales de los ejércitos occidentales. Pero, ¿qué es lo
que provocó esta infeliz metamorfosis? ¿Por qué los dirigentes alemanes
cerraron los ojos ante las agitaciones de Hitler que iban en aumento? ¿Pueden
surgir otros Hitler en nuestra sociedad sin que hagamos nada para evitarlo?
Recordemos que los intelectuales alemanes, los religiosos, los oficiales y los
hombres de negocios subestimaron la capacidad destructora de Hitler y le
dejaron crecer libremente. Cuando se dieron cuenta del desastre ya estaban de
rodillas, a punto de ser fusilados. Se calcula que unos seis millones de judíos
perecieron por el simple hecho de ser judíos.
Más papista que el Papa, Hitler defendía una raza que no era suya. Él
era austriaco. La nacionalidad alemana la tuvo en 1932. Pero los
auténticos alemanes siguieron sus ideas y ejecutaron sus órdenes sin rechistar.
Querían un
salvador y apareció Hitler. No recuerdo en qué película dice el
presidente norteamericano que “si el pueblo bebe arena no es porque le falta
agua: es porque no sabe distinguir”. Tampoco recuerdo en qué libro el personaje
dice cruelmente: “si el pueblo no tiene conciencia, le vamos a dar conciencia”.
Muchos dirigentes hablan en nombre del pueblo, hacen encuestas a medida de sus
deseos y se convierten en el brazo ejecutor de los supuestos sueños de sus
compatriotas.
Hitler mantuvo durante cuatro años bajo su dominio a
casi todo el continente. Ejecutó uno de los peores genocidios que conocemos.
Hundió su país desarrollado en una derrota militar humillante. Finalmente se pegó
un tiro cuando la tierra que supuestamente defendía estaba reducida a escombros.
No tuvo valor para mirar la cara de sus enemigos. Su infinito egoísmo hizo que
muchos de sus allegados se suicidaran con él.
Cada vez que nace un mesías al que no le
importa agitar los sentimientos más oscuros de sus paisanos con tal de llegar
al poder veo el rostro de Hitler. Veo sus
generales obedeciendo órdenes absurdas que no compartían. Veo al pueblo
manipulado que en fila camina hacia el matadero pensando que está entrando en
el paraíso. Por
desgracia, al final la promesa de un orgasmo popular se convierte en el mayor
pecado que un ser humano puede cometer: negar existencia a su semejante.
Viendo la película “El hundimiento” reafirmo lo que
dije en mi entrada anterior: nunca animaré a los agitadores de las pasiones
bajas porque siempre traen desgracias. Y a veces los daños colaterales llegan
hasta sus propias puertas como en el caso de Hitler.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo...la lástima es que el hombre es el único animal que tropieza 2 veces en la misma piedra. No somos capaces de creer que se pueda volver a repetir...por prepotencia..por descuido...por ignorancia...por "dejar hacer"...por comodidad...por orgullo...porque nos creemos mejores...por superioridad...por rencor...por ansias de poder...por violentos...por envidia...Y precisamente por eso...se puede repetir. Porque el hombre es el animal de las bajas pasiones y de los peores sentimientos. Ni el peor de los animales sería capaz de hacer lo que hace el hombre!!!Ni siquiera defendemos a nuestra "manada"...a nuestra "jauría"...a nuestra "camada". A veces me avergüenzo de pertenecer a esta especie, a esta raza de mamíferos de presa,opresores, carnívoros y herbiboros, pero siempre asesinos, y nunca con el único fin de subsistir (como otros animales)!
L.C.
Realmente fue un monstruo. Dices que en sus primeros 30 años fue un marginado social, terrible. "De los mansos y marginados que me libre Dios, que de los malos ya me libro yo"
Anónimo dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, pero tropezar en la misma piedra y caer y hacerse incluso más daño que la primera vez no lleva implícito rebotarse, ser peor persona y volver a hacer las mismas atrocidades. Claro que desgraciadamente todo mal puede volver a repetirse, pues para espandirse sólo necesita una cosa y es "que lo hombres buenos no hagan absolutamente nada"
Pero afortunadamente la vida tiene cosas maravillosas, ¿por qué nos aferramos a ella con todas nuestras fuerzas la gran mayoría de los seres humanos? No queremos irnos y luchamos hasta el infinito cuando vemos que se nos agota el tiempo. Por experiencia puedo decir que en esos terribles momentos aflora todo lo bueno que existe y luchamos con todas nuestras fuerzas para quedarnos aquí, no sólo por nosotros mismos, en esos momentos la generosidad tampoco tiene límites y queremos aferrarnos a esta vida maravillosa(a pesar de todos sus problemas) para poder ver la cara de inmensa felicidad que se les pone a todos los que nos quieren, no tiene precio, queremos vivir y poder recompensar a todo el mundo, compartirlo todo y hacer tanto bien y dar tanto amor, que los "no tan buenos" queden salpicados y poco a poco dejen de sufrir y de hacer sufrir para hacer la metamorfosis al revés. Todo es posible.
Disfrutemos de las pequeñas cosas y de los momentos felices tanto, que cuando lleguen los momentos más duros queden suavizados o tapados por todo lo bueno que hay dentro de nosotros, podemos hacer de nuestra vida un auténtico paraíso, os lo aseguro, y si compartimos con los demás, damos la oportunidad de que también conozcan el paraíso. ¡Viva la vida, es el regalo más grande y maravilloso, hasta el dolor se aplaca ante la felicidad de estar aquí! Y en estos momentos de crisis tan terrible "ánimo y adelante siempre. Os deseo lo mejor"
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