miércoles, 8 de diciembre de 2010

¡Adiós a los 420 euros!

Primero quitó la rebaja de los 400 en IRPF, luego el cheque bebé y finalmente la ayuda a los parados de larga duración. Por el camino se quedó el Ministerio de Igualdad, la Alianza de las civilizaciones, la paz social y la integración de los inmigrantes. El único ministro de trabajo que ha hecho algo útil fue Caldera. Al menos él tenía un discurso sólido sobre los grandes temas como los contratos laborales, la inmigración, etc. Ahora los derechos laborales se someten a los caprichos de los mercados (una mano invisible) y la inmigración es un tema policial. Es difícil encontrar coherencias en las decisiones que ZP va tomando sobre la marcha. Un dirigente sindicalista dijo que parecía “un pollo sin cabeza”, y el socialista Leguina afirma que ha llegado el momento del funeral.

Con el actual clima social, se da por hecho que el Partido Socialista no ganará las próximas elecciones generales de 2012, si es que no se convocan antes. En las últimas elecciones el PSOE ha ido teniendo una victoria electoral muy ajustada, y eso que no contaba con el actual descontento generalizado incluso dentro de su militancia. Siendo muy comprensivo con ZP porque la crisis económica es mundial, nadie duda de que ha traicionado los principios socialistas: abandona el diálogo social, rompe con la clase obrera representada por los sindicatos, abandona a los parados a su suerte, persigue a los inmigrantes en Madrid con controles policiales sin sentido, manda el ejército a Afganistán, no escucha la voz de los débiles de Sahara y por colmo deja huérfana a la militancia socialista. Sin embargo no duda en entregarse a los mercados capitalistas, organizar veladas con empresarios en La Moncloa, dar dinero gratis a los bancos y cajas, recortar los derechos laborales y retrasar la edad de jubilación. Es increíble: un gobierno socialista tomando medidas capitalistas. Ningún socialista tiene argumentos para pedir un voto. Y casi todos intuimos que el actual gobierno no es capaz de sacarnos de la crisis económica. Creo que sería preferible un adelanto electoral y perder las elecciones antes de hundir la moral socialista porque, hoy por hoy, el gobierno socialista no hace más que recortar los derechos de su habitual electorado. No verlo sería autoengañarse.

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