jueves, 4 de agosto de 2011

Estado de sitio en Madrid

La Puerta de Sol está blindada. Los avisos del suburbano madrileño de que la estación de Metro Sol está cerrada son frecuentes. La Plaza Mayor está invadida por furgones policiales. Sólo falta una desgracia para que la comunidad internacional puntúe la democracia española. Sólo falta un muerto para que dimita la Delegada del gobierno en Madrid. Está señora que está gastando los pocos recursos económicos que tenemos en perseguir a los negros y latinoamericanos de piel oscura; esta señora que monta guardias policiales en todas las calles con unas ganas locas de recibir premio por porte de la extrema derecha. Pero lo que consigue es que quienes tenemos sensibilidad socialista sintamos vergüenza de ello y no nos inquiete la posible mayoría absoluta de Rajoy. Estamos indignados por las formas de hacer de esta Delegada del gobierno en Madrid y muy a pesar nuestro, esperamos que el electorado socialista castigue a su jefe por ello (si no corrige sus ganas de sitiar Madrid en vísperas de la visita del Papa).

Yo, como indignado, no me siento representado por esos policías dispuestos a sacar sus porras para pegar a niños y mayores indignados por todo lo que estamos viviendo en Madrid. Claro que ellos tienen trabajo eterno; su futuro no corre riesgo (aunque si caemos en el rescate económico puede que sean los próximos en sufrir las consecuencias). Como ellos no están indignados, como ellos tienen trabajo estable, les da igual derrochar su tiempo y los recursos económicos para montar guardias en las bocas de Metro Madrid para acosar a los negros. Luego dirán que no es racismo institucional. Yo no creo que esos chavales que se aburren esperando inmigrantes para pedirles papeles sean racistas. Tal vez otros sí. Es lo que llamamos racismo institucional.

Me pregunto quiénes pagan todos esos gastos policiales. Viendo cómo se aburren esperando detener un “ilegal”, me pregunto si no sobran efectivos policiales en España y si el Estado no podría ahorrar mucho dinero reduciéndolos. Me pregunto si los seguratas no podrían hacer su trabajo. Total, perseguir a los indefensos no tiene mérito. Los ladrones de guante blanco se van de rosita y se mofan de la investigación policial. Menos mal que cuando llegue el rescate económico el Estado podrá vender sus uniformes para poder pagarles el finiquito.

Increíblemente, ningún dirigente español había cuestionado tanto sus ideales como ZP. Pasó de retirar las tropas de Irak a enviarlos para invadir Libia. ¡Menudo pacifismo! En poco más de siete años pasó de la integración de los inmigrantes al acoso a los extranjeros de piel oscura. Pasó de dinamizar el socialismo español a hundirlo completamente. El mismo Felipe González dice que ya no se reconoce en este socialismo de ZP. Muchos dirigentes dicen lo mismo. Muchos militantes están esperando que se vaya del partido (esto me entristece mucho). Qué vuelva nuestro Caldera; que reaccione nuestro Pepe Blanco. Queremos un socialismo que no acose a nadie por ser diferente. Invito a todo el mundo a pasear por las calles de Madrid para darse cuenta de este acoso policial. Es una indignación total.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace muchos años, cuando aún vivía ahí....vi una escena que no me puedo quitar de la cabeza todavía...En el metro de Plaza Casilla unos policías cogieron a un inmigrante negro, lo tiraron al suelo y , pudiendo esposarle y ya....le dieron con la porra mientras la gente lo veía, sin decir nada, hasta que el hombre, retorcido en el suelo, empezó a sangrar. Yo era adolescene y volvía a casa del colegio. Parece que fuera ayer, recuerdo la escena completa. Hay cosas que no se olvidan. No debería existir la violencia y la represión gratuita y porque sí. Algo no funciona. La policía, las órdenes, los intermediarios, los "de arriba".... Algo falla.
L.C.B.