viernes, 6 de julio de 2012

Necesitamos un líder


Me da la sensación de que el Partido Socialista no quiere ganar las próximas elecciones generales. No parece tener un programa electoral, ni políticos capaces de entusiasmar al electorado español. De hecho, los miembros de la ejecutiva socialista son completamente desconocidos.

Rubalcaba no difiere mucho de Rajoy: yo creo que ambos políticos son buenos gestores y malos candidatos. Los discursos de ambos son propios de un profesor que sabe lo que enseña pero lo transmite mal. O sea, lo que se llama un profesor aburrido. Sospecho que los asesores de imagen de ambos políticos han hecho lo que han podido.

Rubalcaba y Rajoy siguen huyendo de los medios de comunicación; les cuesta estar con la turba, no son capaces de entrar en la masa popular para compartir impresiones. Por eso ninguno de los dos políticos sabe qué es lo que le preocupa al ciudadano español. Pero eso sí: parecen buenos conocedores de los deseos más íntimos de los mercados.

En mi opinión, la actual ejecutiva socialista no sabe comunicarse. Es más: sus miembros no deben sentirse cómodos ni entre sus militantes. Son auténticos desconocidos. O por el miedo de hacer sombra al jefe, o porque no saben qué criticar del PP o qué prometer a los españoles, los actuales dirigentes socialistas no existen para el gran público.

Oscar López (secretario de la organización) ofrece un perfil de un político incapaz de estrechar la mano de una señora del pueblo en zapatillas y con un delantal de la faena casera. Desde luego Oscar López no ofrece la imagen de un líder carismático, lo que no quiere decir que no pueda ser un buen político. Pero no le veo entusiasmando un auditorio al estilo de Chacón. Más bien podría pasar por esos curas que duermen al pueblo con sus homilías.

Mi sensación es que ni Elena Valenciano, ni Soraya Rodriguez, ni Eduardo Madina transmiten entusiasmo en sus discursos. No creo que sea porque llevan poco tiempo en sus puestos. Es porque lideres carismáticos hay pocos y suelen molestar a la vieja guardia que no suelta el mango del sartén. Personalmente creo que Carme Chacón tiene dotes carismáticos: cuando era ministra, era capaz de llorar junto a quienes habían perdido los suyos, y no dudaba en echar una risa cuando la ocasión se lo merecía.

El líder carismático sabe estar siempre al lado del pueblo y nunca pasa inadvertida. Por ejemplo Dolores de Cospedal o Esperanza Aguirre. Ambas políticas están siempre entre multitudes. Incluso Esperanza Aguirre no duda en acercarse a sus críticos para debatir con ellos. Porque Esperanza Aguirre tiene principios, convicciones, hoja de ruta (aunque muchos no estén de acuerdo con su ideología). La claridad de ideas es muy importante, sobre todo en estos tiempos tan convulsos. Desgraciadamente, a la cabeza de los dos partidos principales faltan líderes que puedan prometernos tierras nuevas y cielos nuevos para que tengamos motivos para creer que a veces los sacrificios merecen la pena.

No hay comentarios: