Uno de los ideólogos de la derecha norteamericana, el catedrático Francis Fukuyama,
sostiene que la historia de la humanidad ha llegado a su fin porque la caída
del comunismo y el triunfo mundial del liberalismo político y de la economía
del mercado han traído como consecuencia el que ya no exista espacio para nuevas grandes batallas
ideológicas. Esto se evidencia en el colapso y agotamiento de ideologías
alternativas a la democracia liberal occidental. No hay luchas en
torno a grandes asuntos, y en consecuencia, no se necesitamos de generales ni
estadísticas: sólo nos queda la actividad económica. Incluso las élites de la
supuesta China comunista son más capitalistas que los ejecutivos de Wall
Street. Los mismos chinos que tienen sus tiendas en nuestros barrios viven sólo
para la producción del capital.
Partidos políticos
Nos guste o no la tesis principal de Fukuyama, la realidad es que hoy
por hoy no hay ningún sistema consistente que pueda competir con el
capitalismo. Los militantes socialistas son igual de capitalistas que los
militantes liberales. En España, por ejemplo, es muy difícil distinguir un
socialista de un conservador popular: visten la misma marca de ropa,
frecuentan los mismos bares, compran en los mismos grandes almacenes y hasta
ven los mismos programas televisivos. Lleven coleta o barba, cuando alcanzan el
poder, hacen la misma política: rescatar bancos y huir de los empobrecidos. El mismísimo Felipe
González ha estado cobrando de los grandes multinacionales, igual que José
María Aznar. Personalmente no logro encontrar diferencia entre ambos
dirigentes.
La prensa española
Me da la sensación de que solamente la Cadena Ser intenta mantener su línea editorial y sus periodistas
principales se indignan por aquello que nos indignan a todos. Pero francamente yo no veo
diferencias entre El País, El Mundo y La Razón. Los editoriales del periódico El País no difieren de su competidor, La razón: defienden lo mismo y casi con
el mismo ímpetu de independencia que, todo el mundo sabe que es pura mentira
porque el capital de ambos periódicos provienen del mismo caballero que
controla El mundo. ¿Qué diferencia hay
entre Antena 3 y Telecinco? Veo señores y señoras contando sus vidas en
ambas cadenas; veo los mismos tertulianos en ambas televisiones y veo las
mismas noticias a la misma hora. ¡Caramba, vaya uniformidad! Las noticias que
nos indignan rara vez aparecen en estos medios.
Católico y ateo
Salvo pocas excepciones, en Madrid no noto diferencia entre un católico y un ateo.
Los dos últimos ministros del interior (Rubalcaba y Fernández) defienden
exactamente lo mismo, a pesar de que uno es de misa dominical y el otro es
ateo. Ambos han defendido la valla de Melilla con la misma pasión, y han negado
los controles policiales basados en perfiles raciales sin pestañear. Ateo y cristiano
trincan lo trincable y mienten con los mismos argumentos. Desconozco
la postura de los obispos españoles sobre los grandes temas que nos preocupan y
me pregunto porqué cierran sus iglesias mientras hay gente que duermen en la
calle. Yo creo
que el cabreo de Jesucristo debe ser monumental. Para tener lo que tenemos, no
era necesario pasar por la cruz. Y lo más inquietante, si cabe, es
pensar que la historia de la iglesia católica ha alcanzado su fin y que este no
sólo es el mejor mundo posible; es el único posible.
Sindicato y patronal
¿Y qué decir de los sindicatos y patronales? Mismos perros con mismos
collares. Sindicatos y patronales almuerzan en la misma mesa y se emborrachan
en los mismos bares nocturnos. No resulta fácil distinguir quién es de
derecha y quién es de izquierda porque el mercado ha globalizado hasta los
mismos vicios. El asturiano enarbolaba la bandera sindicalista en los
encuentros del PSOE mientras acumulaba fortunas con procedencia sin aclarar. Igual que la familia del catalán, por mucho que amenace con agitar el
árbol para que caigan más manzanas podridas. El patrón de los empresarios españoles que nos
acusaba de vivir por encima de nuestras posibilidades resultó ser un auténtico
estafador. Lo kafkiano del asunto es que incluso estando en la
cárcel sigue viviendo de nuestro esfuerzo. El patrón de los empresarios locales,
que acusaba al Estado de derrochar recursos atendiendo a los parados, tenía
contratos millonarios con el estado. Las grandes empresas españolas tienen
contratos millonarios con el Estado, o sea, con los ciudadanos españoles, y no
dudan en acusarnos de vivir de las mamandurrias. Un comisario europeo gana más al mes que todo
lo que gana un mileurista español al año. Lo gracioso del asunto es
que ese comisario quiere que el estado español nos rebaje más el sueldo. ¿Por qué la
propuesta de bajarnos el sueldo viene siempre de aquellos que ganan más que
nosotros y que lo primero que hicieron al llegar al sillón de mando fue subirse
el sueldo? La del FMI dice que los mileuristas ganan mucho pero ella
no es capaz de bajarse ni un euro. No hay huevos para aplicarse el cuento. A
veces pienso que tenemos lo que nos merecemos: da igual que me esté jodiendo por todos los
lados porque yo sólo quiero saber qué tipo de bragas La Pantoja llevará en su
maleta cuando entre en el trullo.
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