miércoles, 12 de noviembre de 2014

Diplomáticos negroafricanos en Madrid


Alpha Blondy tiene una canción (Les imbéciles) en la que advierte que “les ennemis de l’Afrique ce sont les africains”. Los enemigos de los africanos son los propios africanos. Dictadores que se consideran “padres de la nación” pero que en la práctica son auténticos chupa-sangres, herederos del colonialismo sin complejos, auténticos depredadores en medio de un pueblo analfabeto y sumiso que siempre responde al jefe con “ndiyo Bwana” (buena idea, jefe). Todo el mundo que conozca medianamente la realidad africana podría elaborar una lista aceptable de supuestos jefes de estado que no son más que sanguijuelas. La dramática pregunta que nos hacemos es que si los propios africanos no respetan a sus compatriotas, ¿podemos exigir respeto por parte del mundo occidental?

 

Si los mismos diplomáticos negroafricanos en Madrid no se preocupan por sus compatriotas manteros, ¿podemos exigir a la policía nacional que no llame a nadie “negra de mierda” como hace poco fue insultada Consuelo Cruz? Si el embajador senegalés en Madrid no visita a sus compatriotas retenidos en el CIE de Aluche, ¿podemos criticar a la policía nacional por repatriar a los senegaleses sin haber comido ni bebido nada como hace pocos días sucedió en el CIE de Aluche? Si los diplomáticos negroafricanos desprecian a sus compatriotas, es normal que los “sin papeles” retenidos en el CIE de Aluche pasen 18 horas sin comer ni beber simplemente porque un iluminado creyó detectar un caso de Ébola en ese Mini-Guantánamo madrileño. Menos mal que algunos jueces españoles respetan escrupulosamente las leyes españolas. Personalmente no tengo esa sensación hacia algunos supuestos garantes de los derechos fundamentales, aunque estén superprotegidos por un católico de misa dominical. El descojone del Dios cristiano debe ser impresionante.

 

Si el embajador nigeriano en Madrid no se interesa por las jovencitas de su país condenadas a la prostitución a la intemperie en Casa de Campo, es normal que otro nigeriano agonice durante varias horas en el Aeropuerto de Barajas hasta su muerte. Total, un “sin papel” menos que le sirve al gobierno de Rajoy para luchar contra “el efecto llamada”. Un espectáculo que gusta a los de allá y a los de aquí. ¡Qué pena!

 

Por ignorancia, por irresponsabilidad, por corrupción o por complejo de inferioridad, los diplomáticos negroafricanos son invisibles en Madrid. No pintan nada en el escenario de política internacional. Ni rueda de prensa, ni coloquios interculturales, ni notas diplomáticas ni celebraciones de eventos nacionales. Tienen a su disposición la Casa de África, el antiguo CIDAF de los Padres Blancos y Mundo Negro de los religiosos Combonianos. Pueden negociar diplomáticamente con el grifo del Gas o del Petróleo, los Minerales, la Pesca y otros bienes que África dispone y que son muy deseados en Occidente. Rusia hace el mismo chantaje diplomático y nadie se escandaliza. Marruecos hace lo mismo con la Pesca y nadie se escandaliza. Si España expulsa violentamente a los marroquíes, al día siguiente los pescadores españoles serán expulsados de las aguas marroquíes.  “Yo te doy a cambio de”, ésta es la base de las relaciones diplomáticas que desgraciadamente los negroafricanos parecen ignorar. Entonces, ¿qué demonio hacen los diplomáticos africanos en Madrid? ¿Malgastar los fondos de la República? Podrían aprender de la diplomacia brasileña, cubana o boliviana. Pero no hay huevos. Y cuando los haya, seré el primero en quitarme el sombrero y exigiré al músico de Costa de Marfil que cambien las letras de su canción. Pero hoy por hoy, Alpha Bondy tiene razón: los enemigos de los africanos son los propios africanos.

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