Los medios de comunicación franceses le llaman “Le monsieur Afrique d’Obama”, pero la administración norteamericana prefiere que sea simplemente el adjunto del Secretario de Estado para los Asuntos Africanos, y él se llama Johnnie Carson y lleva 40 años metido en la historia del continente negro (como se aprecia en la foto, él es afro).
Nombrado el 20 de marzo 2010, Carson sustituyó a Jendayi Frazer. Nació en Chicago, se diplomó en Historia y ciencias políticas en la “Drake University”, más tarde se formó en las relaciones internacionales en la Escuela de estudios orientales y africanos de Londres. Pisó, por primera vez, el suelo africano en 1965, como voluntario en Tanzania.
A finales de 1960 entró en el Departamento de Estado y empezó sus misiones en Nigeria, Mozambique, Botswana y en los servicios secretos para África. Fue embajador en Uganda (1991-1994), en Zimbabwe (1995-1997) y en Kenya (1999-2003). Desde 2006 hasta 2010 volvió al Consejo nacional de inteligencia para ocuparse de los asuntos africanos. ¿Algo bueno de él? Que es un luchador incasable contra el Sida. ¿Algo preocupante de él? Que es heredero de la política de Bush de “guerra contra el terrorismo” y probablemente estuvo detrás de muchos golpes de estado en África. Durante los años más calientes del conflicto de Rwanda estaba en Kampala (la cuna militar de los entonces guerrilleros del actual presidente de Rwanda). Recordemos que entonces, en contra de todas las evidencias, el gobierno de Bill Clinton negó las conexiones militares entre los guerrilleros de Kagame y el gobierno ugandés de Museveni. Hoy día nadie duda de la contribución ugandesa en la nefasta guerra de Rwanda. Seamos buenos y pensemos que el señor Johnnie Carson no estaba al corriente de las actividades militares de los refugiados rwandeses en Uganda. Si hubiera apoyado las negociaciones de paz que se activaron en esos años, seguramente que nos hubieramos ahorrado más de un millón de muertos en 100 días. Por su historial diplomático, sólo un milagro puede inspirarle algo bueno para el continente de sus antepasados.