sábado, 29 de marzo de 2008

No hay victoria sin víctimas


El día nueve de marzo 2008, los ciudadanos volvieron a decir al Sr. Rajoy que otra forma de gobernar es posible, que él no tiene las ideas claras como pretendía vender, que aunque tiene incondicionales, la mayoría no le ven capacitado para sentarse en el sillón presidencial. Dentro de su mismo partido, son muchos quienes no le creen idóneo para enseñar el sendero a sus compañeros. El deseo es que esta vez acepte su derrota y no haga lo que ha estado haciendo durante todo este mandato que se acaba.

ZP ganó las elecciones por segunda vez. La misión que tiene encomendada no parece fácil, y más vale que lo sepa desde ya. La economía va muy mal. Se destruyen los empleos; suben los precios de la materia prima; sus proyectos sociales no acaban de encontrar una financiación firme; sus alianzas de civilizaciones siguen en el aire; no sabemos cómo piensa llevar a cabo la integración de los inmigrantes o luchar contra las mafias, etc. El camino que ha de recorrer ZP en los próximos meses no es un camino de rosas. La ventaja que tiene es que cuenta con la confianza de la mayoría de los ciudadanos.

Las elecciones del nueve de marzo de 2008 quedarán en la memoria del camarada Llamazares. Le vimos acongojado, decepcionado por la ley electoral, sin ánimos de seguir luchando por sus ideas. Muchos dicen que se pondrían en manos de Llamazares para que les operen, pero son pocos quienes abrazan sus ideas. Paradoja de la vida. Siempre quedará una verdad, diga lo que diga Rajoy: no hay victoria sin víctimas.

domingo, 2 de marzo de 2008

Dos teorías sobre la niña de Rajoy


Algunos afirman que Rajoy tiene una niña desconocida que se llama Esperanza. Según los detectives privados, esta niña lleva tatuada la bandera de España en su nalga derecha, y sueña con ser misionera para que los salvajes de allende los mares aprendan las buenas costumbres del Partido Popular: el matrimonio católico; ir a Misa todos los domingos aunque no se crea en el Dios de Jesús; el pensamiento único; la moral de Trento; la privatización de la economía; privilegiar a los señoriítos; y decir las mentiras piadosas.

Otros dicen que esta niña de Rajoy aún no ha nacido; que probablemente se llame España cuando llegue al mundo; comparta la guardería con los morenitos, chinos e indios; aprenda a comer la tortilla española, el cuscus y el rollito de primavera; que baile el sevillano, el lambada brasileño y el ndombolo camerunés. Antes de tener definida su sexualidad tendrá experiencias lésbicas; de entre sus ex novios habrá un negro, un iraquí, un catalán; acabará casándose con un vasco de Ermentería. En sus primeros años de matrimonios vivirán en Llobregat pero terminará empadronándose en Holanda porque es ahí donde encontrará un trabajo digno y un casa no sometida a la especulación popular. La niña de Rajoy, si se llama España, se transformará en una mujer progre, multicultural, con costumbres dispares y sensibilidades universales. Será una mujer bonita que compartirá su esperanza con los demás sin mirar su color de piel, sus creencias, sus ideologías y su tarjeta de crédito. Muy a pesar del Partido Popular, España, la niña de Rajoy, será la heredera de nuestras costumbres universales.

sábado, 23 de febrero de 2008

Los primos de Rajoy

Un periódico ha estado acompañando a ZP y a Rajoy en su cotidianeidad. ZP aparece como una persona tranquila, en paz consigo mismo, sin grandes desacuerdos en su interior. Rajoy se mueve mejor en su ironía, sin decirnos si baja o sube las escaleras (presume de su ambigüedad gallega). Tal vez debería ser más firme en sus convicciones y expresar, sin paños calientes, lo que piensa sobre los inmigrantes, los homosexuales, la cooperación internacional, la sanidad pública, los obispos y las millonarias indemnizaciones de su número dos por Madrid. Rajoy es preso de su pasado. Está atrapado entre radicales. No tiene discurso propio. Incluso en el mismismo maltrato ecológico (cambio climático) se guía por las impresiones de su primo. !Vaya liderazgo!

jueves, 7 de febrero de 2008

Las buenas costumbres de Rajoy

Dice Rajoy que quiere pactar jurídicamente con los inmigrantes las buenas costumbres a seguir, que él se compromete a cumplir ese contrato jurídico. El inmigrante que no lo cumpla será expulsado directamente. Y si el incumplimiento viene por parte de Rajoy, ¿qué pasará? ¿Se autoexiliará de España? O tenemos que dar por sentado que Rajoy cumple siempre sus promesas, y que es infalible como el Romano Pontífice. Rajoy dice que mediante ese contrato los inmigrantes tendrán los mismos derechos que los españoles, y que expulsará todos los inmigrantes que se queden en paro aunque tengan la residencia permanente. No entiendo a Rajoy: si los inmigrantes tienen los mismos derechos que los españoles, ¿que hará con los españoles que nos quedemos en paro? ¿Nos mandará a Alemania como hizo su compadre? Es capaz. Pero seguro que los “buenos españoles” a los que pide su voto no permitirán que lleve a cabo esas “malas costumbres”. Las promesas de Rajoy, si realmente nacen de su propio corazón, difícilmente reflejan su catolicidad. Me cuesta creer que una buena persona haga propuestas tan perversas, que conscientemente defienda que esas buenas propuestas nacen de sus buenas costumbres. Así las cosas, prefiero las malas costumbres de ZP, con tal de que me deje vivir en mi patria, aunque me quede eternamente en paro.

09.03.2008

El próximo día nueve de marzo 2008 estamos convocados para nombrar los próximos gestores del bien común. Todos los políticos quieren ganar porque así van a poder influir en el destino de nuestro pueblo. Está claro que los partidos políticos sacan interés personal en todo este proceso, además de influir ideológicamente en el sentir y pensar de los ciudadanos. ¿Qué interés saca un partido cuando gana las elecciones? ¿Vale la pena gastar tanta energía si no se obtiene beneficios económicos? El poder encierra un atractivo misterioso que ansiamos todos pero que pocos consiguen.

sábado, 19 de enero de 2008

El primer amor viene con fecha de caducidad

7.-“Le temps de l'âge tendre ne peut pas toujours durer. il fallait s'y attendre la vie nous a séparée » .

El primer amor viene con fecha de caducidad porque la tierna inocencia no puede durar toda la vida. Normalmente sospechamos que todo tiene que acabar algún día, pero nunca esperamos que ese día llegue tan pronto. Es como la muerte. Todos sabemos que moriremos algún día, pero cuando la muerte llega, nos sorprende, a pesar de los avisos que nos va lanzando con la aparición del pelo blanco, de la calva, de las arrugas, por no citar que apariciones naturales y cotidianas. En las cuestiones del primer amor, el paso del tiempo es nuestro mayor enemigo. Va matando lo que amamos sin dejarnos alternativas. Como todo parece maravilloso, no necesitamos de su generosidad para que coloque cada cosa es su lugar: el primer amor no tiene nada descolocado. Una vez desaparecido, se esfuma con él el paraíso soñado, y es cuando necesitamos del tiempo para que nos ajuste algunas piezas. Ya no podemos contar con el apoyo de nuestro amante, pues desaparece sin dejar ninguna ventana abierta. Esto es normal porque ningún primer amor da una segunda oportunidad. Es tan profundo que cuando pierde su chispa original muere sin agonías. Se podría decir que la madurez mata el primer amor (Elle était déjà presque une femme quand elle s'en est allée), ya que cuando todo termina, empieza el largo y tortuoso camino de la vida. Sólo queda un secreto íntimo, sólo compartible por los genios como Demis Roussos. El resto guardamos las maravillas de nuestro primer amor bajo llave, en el santuario de nuestro encuentro con la plenitud y repetimos continuamente, casi inconscientemente, la melodía de Margarita, una de las pocas canciones de amor que siguen emocionando a los auténticos amantes del primer amor.

jueves, 3 de enero de 2008

El primer amor y los gestos

6.-«Quand je lui demandais si elle n'aimait que moi, elle souriait, elle m'embrassait, mais ne répondait pas ».

El primer amor se manifiesta a través de los gestos y se muere cuando las palabras se vuelven violentas. Sentir y preguntar no es lo mismo. Quien siente y pregunta por lo que siente es porque realmente no sabe lo que siente. Cuando preguntamos a nuestro amante si nos quiere es porque estamos dudando de la autenticidad de sus gestos y de nuestro sentir. De hecho si no nos responde con un sí o con un no, nos precipitamos hacia el final del camino. Nuestra inseguridad hace que permanentemente busquemos reafirmación en los demás; nuestro anhelo de eternidad hace que el momento presente no nos satisfaga. Pero ay cuando preguntamos si nos quieren: si el guión está bien hecho, conseguiremos una sonrisa y un abrazo, pero nunca una respuesta en lenguaje hablado. La misma pregunta ya es una violación de la inocencia y un certificado de que el primer amor está dejando paso a los siguientes. La pregunta expresa la insatisfacción vital y la desesperación de alcanzar un fin, que en realidad nunca es fin, sino cadenas de fines que a la hora de la verdad pierden su sentido final cuando se acaba el acto. Quiero decir que cada vez que hacemos el amor alcanzamos un fin en ese mismo acto, pero por muy profundo y especial que haya sido, se transforma en un trampolín para repetirlo momentos después, convirtiendo la originalidad en algo habitual, el fin en un mero medio. Parece una condena sin sentido, una búsqueda desenfrenada del placer y de las emociones repetibles. Pero así es la vida.