miércoles, 20 de febrero de 2013

La diáspora negroafricana

Dibujo de Nicole, enero 2013
Hasta la década de los sesenta, los pocos negroafricanos que salían de su continente si no eran diplomáticos, eran estudiantes. Y no se planteaban quedarse a vivir en Occidente. Mama África estaba descubriendo el camino de la democracia y necesitaba que todos sus hijos estuvieran a su lado para ayudarle en la construcción de su pueblo. El mismo padre del presidente norteamericano no quiso quedarse en EE.UU tras terminar sus estudios y volvió a su Kenya natal para colaborar en su desarrollo económico.
 
Desgraciadamente, la independencia de África Negra terminó en regímenes dictatoriales que sólo saben oprimir a su pueblo. El saqueo incontrolado de las riquezas de Mama África encontró protección ilegal en los distintos grupos armados que aprovechan cualquier grieta para dinamitar la paz social y provocar el sufrimiento a muchos pueblos negroafricanos. Solución: o morir de un balazo, o morir de hambre, o morir en el Estrecho. Si bien el camino al exilio puede acabar en la muerte, a veces es la mejor opción. Por eso muchos hijos de Mama África estamos dispersados en los distintos continentes, ninguneados por los chulos de nuestra Mama África. Aunque somos de una misma madre, cada uno es hijo de su padre:
 
a)     Los negroafricanos que, habiendo nacido en África, por motivos laborales o diplomáticos se encuentran viviendo fuera de su tierra, pero con la intención de volver en cuanto se pueda.
b)    Los negroafricanos que, habiendo nacido en África, por motivos bélicos o económicos se han visto en la obligación de coger el camino de la inmigración, con todo el dolor a cuesta, con facturas sin fortuna.
c)     Los hijos de los negroafricanos que nacen en el país de la inmigración y se educan según los valores del país en el que residen, y que prácticamente no conocen nada del país de sus padres.
d)    Los hijos de los negroafricanos que fueron arrancados de su contiente en los siglos pasados y fueron convertidos en esclavos por árabes y occidentales.
Todos nosotros necesitamos un pasaporte afro para volver a los brazos de nuestra Mama África.

miércoles, 13 de febrero de 2013

El tráfico de esclavos negroafricanos

El historiador francés, Jean-Michel Deveaux sostiene que “la esclavitud de negros constituye una de las tragedias más grandes en la historia de la humanidad en términos de su escala y duración”. Este crimen legitimado intelectualmente a través del llamado “Código negro” duró 13 siglos y produjo muchas víctimas. Entre 1500 y 1850, según la UNESCO, las víctimas superaron 12 millones. El resultado fue la devastación del continente africano donde se abandonó la agricultura y se detuvo el progreso de regiones enteras al despoblarse de hombres y mujeres en edad productiva. En este siglo 21, la postura occidental hacia la “trata de negros” o “tráfico de esclavos negros” ha cambiado sensiblemente.
El 12 de octubre de 2012, el Presidente francés, François Hollande, visitó el museo de los esclavos en la isla de Gorée (Senegal) y dejó sus deseos en el libro de visitas:
«Au nom du peuple français, je rends hommage à la mémoire des innombrables victimes d’esclavage. Le rappel de cette tragédie lie à jamais l’Europe, l’Afrique, l’Amérique et les Caraïbes. Il nous oblige à lutter sans relâche contre toutes les formes de l’exploitation de l’être humain».
Muchos africanos interpretamos esta visita del Presidente francés a la “Maison des esclaves de l’île de Gorée” como una forma de pedir disculpas por la responsabilidad francesa en el tráfico y comercio de los negroafricanos en los siglos pasados.
Durante mucho tiempo, los dirigentes africanos se quejaban de que los europeos no pedían perdón por el crimen de la esclavitud de los negroafricanos (no olvidar nunca que el comercio de los esclavos negroafricanos fue inaugurado por los árabes). Pero los mismos dirigentes africanos no hacen nada para mantener viva la memoria de sus hijos que fueron comprados como ganado y llevados violentamente para trabajar en las plantaciones americanas como esclavos. Que los árabes o los europeos hicieran lo que hicieron puede entenderse por su falta de humanidad y por su amor enfermizo al capital. Pero que los mismos negroafricanos atraparan y vendieran a sus propios hijos, o que no hicieran nada para impedir su rapto, es una auténtica vergüenza para todos nosotros que tenemos piel negra. Por eso creo que nuestros dirigentes africanos deberían pedir perdón a sus hijos afros diseminados por todo el mundo por lo mal que han tratado y siguen tratando a sus hijos.
Personalmente creo que la Unión Africana, si quiere que la diáspora africana participe en la construcción de África debe lanzar algunas iniciativas reparadoras, incluidas las siguientes:
1.-Fomentar el estudio de la historia de África y de los Afros a través de las publicaciones y conferencias continentales e internacionales;
2.-Fomentar el turismo afro a través de un pasaporte afro válido para todos los países africanos, para que cualquier afro, esté donde esté, pueda visitar gustosamente nuestro continente y visitar el lugar de sus antepasados;
3.-Fomentar el estudio de las lenguas extranjeras en África, principalmente lenguas hablados por los afros: inglés, castellano y francés. El estudio del castellano en África debe ser una urgencia, no solo porque nos conecta con muchos afro hispano-hablantes, sino que hay todo un continente económica que ofrecer una posibilidad creativa para África. Incluso algunas lenguas africanas como Swahili pueden ofrecerse a los afros que tengan el deseo de estudiar la lengua de sus antepasados.

viernes, 1 de febrero de 2013

Estudio sobre la diáspora africana (Colombia y Argentina)

Imagen de "africa y sudiaspora"
La siguiente entrada se inspira totalmente en la lectura de dos blogs amigos (invito a mis lectores a echar un vistazo a estos blogs porque sus reflexiones son enriquecedoras).
 
Blog de Claudia Quintero (conocida como Gina Escheback), defensora de los derechos humanos. Claudia nació en la frontera Colombo-Venezolana.
Blog de la asociación civil sin fines de lucro “África y su diáspora” que comenzó a funcionar en marzo de 1999 en el marco de una revista llamada “Benkandi” que intentaba dar respuestas e información a los distintos interrogantes en torno a la comunidad Afro y la diáspora en Argentina.
 
 
1.-¿Cómo nace la diáspora africana?
 
1.1.-La Unión Africana define la diáspora africana como "personas de origen africano que vive fuera del continente, independientemente de su ciudadanía y nacionalidad y que están dispuestas a contribuir al desarrollo del continente y a la construcción de la Unión Africana". Su acta constitutiva expresa el deseo de "invitar y alentar la plena participación de la diáspora africana como una parte importante de nuestro continente, en la consolidación de la Unión Africana".
 
1.2.-Desde el principio del siglo XVI hasta hace tan sólo 100 años, alrededor de 13 millones de africanos fueron comprados como maderas y llevados al continente americano para su explotación: “entre diez y quince millones de africanos fueron sacados por la fuerza de África. A este tráfico occidental hay que añadir una cantidad semejante, o aún mayor, que los árabes sacaron por las costas orientales” (BAUR (1996) 106). Sus descendientes forman la diáspora africana. 
 
1.3.-El proceso colonial de América y la extensión de la esclavitud de los negros fueron de la mano. La esclavitud de los indios fue rechazada por razones doctrinales, decisión que no impedía su trabajo forzoso al servicio del blanco europeo. En cambio la trata de los negros era legal, incluso a los ojos de los religiosos católicos. De hecho, algunas congregaciones religiosas tenían esclavos negros. Cuando en el siglo XIX “los misioneros pasaron a ser los protagonistas de la lucha antiesclavitud, todavía permanecía en su subconsciente, la imagen de los “africanos subhumanos” que infectaba las relaciones euroafricanas como un virus” (BAUR (1996) 106).
 
1.4.-Gran parte de la diáspora africana se dispersó por toda Europa, Asia y las Américas durante la esclavitud. A partir del siglo noveno, los árabes capturaban los africanos del centro y del este para venderlos como esclavo en los mercados de Oriente Medio y Asia. Cuando subieron los precios, los europeos prefirieron ir a los poblados africanos para elegir su materia prima sin el regateo árabe. A partir del siglo 15, los europeos capturaban o compraban los esclavos africanos de la zona Occidental  y los llevaban a las Américas a través de Europa. El comercio de esclavos africanos fue sustituido por la colonización (más civilizada) en el siglo 19.
 
1.5.-La dispersión a través de la trata de esclavos representa una de las mayores migraciones forzadas de la historia humana. El efecto económico en el continente africano fue devastador. Algunas comunidades creadas por descendientes de esclavos africanos en Europa y Asia han sobrevivido hasta nuestros días, pero en otros casos, los negros se mezclaron con la población local dando lugar a los mestizajes.
 
 
 
 
 
 
 
 
2.-La incansable lucha de Gina Escheback
2.1.-En primer lugar, Gina lucha contra el olvido y la manipulación de la historia de los afrodescendientes (no sólo los afrocolombianos). En este sentido, le escribió una carta a Rosa Haluf de Castro (Presidenta de Fenalco, Colombia) recordándole ciertos acontecimientos que no deben caer en el olvido:Los Afrodescendientes hemos tenido que luchar 200 años contra el exterminio y la violación de nuestros derechos, hemos luchado y hemos vencido por que aquí estamos, todavía luchando por existir”.
 
2.2.-Gina se queja del trato que reciben los afrodescentientes por parte de algunos de sus compatriotas de piel blanca que no dudan en llamarla "Negra" camelladora, (los negros no se cansan, pueden cargar bultos todo el día, piensan algunos). Escribe irónicamente: “¡Qué decepción! Pueden muchos decirme que soy monotemática con el tema, el tema asqueroso del racismo en Colombia, dónde la gente mestiza de metro y medio de estatura se cree “europea”, ya que aprendiendo el argot colombiano, cuando se expresan hacia mí.. Eyy negra…. (Excluyendo a mi familia que me llaman negra y adoro eso), prometo tratar de ahora en adelante a todas las personas con el mismo cariño…eyy narigón, hola panzón, hola baja de estatura y o enana, hola flaco, pues de cariño, como de cariño nos gritan Oyeee negroooo”.
 
2.3.-Incluso llegó a preguntar al ex presidente colombiano, Santos, porqué no había Afrodescendientes en su gabinete. “Hace algunos meses le escribí al Presidente Santos, quien nos habló de Unidad e igualdad en su campaña, le cuestioné sobre su gabinete y porqué motivo no había un solo Afro descendiente en tan excelso grupo”. Insiste: “no hay en el gabinete presidencial una sola persona Afro, Raizal o palenquera, y aquí no me echen el cuento flojo de RCN, cuando no incluye mi raza en sus producciones...” es que no se encontró personal…” eso aquí no, Afrodescendientes; somos muchos, calificados también”. La misma pregunta me la hacía con una amiga que simpatiza con el régimen cubano. ¿Por qué no hay negros en las altas instituciones cubanas, brasileñas? ¿Por qué no hay obispos negros en Brasil?
 
2.4.-La declaración de principio de Gina es que “ser negro, para mi constituye un orgullo, una condición étnica y cultural que explica mi esencia y mis raíces ancestrales. No deja de causarme tristeza, la historia de mi raza negra, y toda la lucha que han tenido mis antepasados para enfrentar la extinción de la etnia”. “Aún en Colombia, nosotros los Afro tenemos que luchar con un racismo solapado en la sociedad dominada por mestizos, y si le damos el valor agregado del desplazamiento forzado, se eleva su potencialidad de rechazo y vulneración.
 
 
 
3.-Los Afroargentinos
3.1.-La asociación civil sin fines de lucro “África y su Diáspora” en Argentina se propuso “elaborar estrategias para facilitar la participación de los/as afrodescendientes y africanos/as en todos los aspectos de la vida política, económica, social, científica, cultural y en el progreso y desarrollo económico de la Argentina. Así como promover un mejor conocimiento y respecto por nuestra herencia cultural”.
 
3.2.-Desde fines del 2006 “África y su Diáspora” viene realizando y promoviendo mensualmente la creación de foros educativos y de debate sobre temas que afectan a la colectividad afro en particular en relación con distintas problemáticas y colectividades. Estas actividades se enmarcan dentro del Espacio educativo llamado “BAOBAB”.
 
3.3.-La Asociación ha conseguido que el gobierno argentino agregue a “la cedula censal una pregunta que permitirá dar cuenta de la población afrodescendiente existente en el país. Esta decisión del gobierno nacional es una conquista para toda la comunidad afroargentina producto de años de lucha. Saber cuántos somos y en qué condiciones vivimos nos permitirá reclamar y proponer el desarrollo concreto de políticas públicas afirmativas para revertir centenares de años de exclusión e invisibilización”.
 
3.4.-Otras asociaciones que caminan con los afro en Argentina:
-Asociación Civil África y su Diáspora
-Asociación África Vive
-Diáspora Africana de la Argentina (DIAFAR)

domingo, 27 de enero de 2013

Descansa en Paz, chaval

Manuel, medio sentado encima de la mesa, con las manos en los bolsillos. foto de google.es
Yo no soy nadie para calificar una vida truncada a los 28 años. Sólo siento una inmensa tristeza porque Manuel estuvo dialogando con la muerte durante cuatro días, en su habitación, sin que sus compañeros de piso se enteraran. Sólo tuvo fuerza para avisar una compañera de trabajo. Y cuando rompieron la puerta de su cuarto y le llevaron al hospital, el médico sólo pudo diagnosticar lo que era inevitable. La tuberculosis había destrozado completamente sus pulmones y sólo quedaba esperar el desenlace final. Le preguntó si tenía familia en España para avisarle, y Manuel le dijo que estaba solo en España. Y murió.

Había llegado de su Angola natal a los 14 años. Le conocí a los 15 años en la Casa de Acogida a los Inmigrantes Menores en Madrid. Mis jefes me habían mandado para reforzar la comunidad educadora. Más de una vez le acompañé al Centro Sanitario para recibir las correspondientes vacunas.  Más de una vez discutí con él cuando no cumplía mis órdenes. Tenía un espíritu africano de razonar todo antes de actuar, y yo no tenía paciencia para razonar con él el sentido de las normas de la casa. Le acababa diciendo: “Manuel, esto se hace porque lo digo yo”. Emitía un sonido africano de total desacuerdo pero obedecía.

Manuel era un chaval tímido, muy pensativo y poco conflictivo. Nunca le pregunté porqué a sus 14 años había tenido que abandonar su familia en Angola, ni quise leerlo en los informes no confidenciales que nos facilitaba la psicóloga del Centro. Yo sabía que Manuel no era un aventurero. Su país estaba en guerra. Los chavales de su edad iban obligados a la guerra para morir. De modo que tenía motivos más que suficientes para abandonar sus raíces. No tenía heridas profundas como otros chavales de Costa de Marfil o Liberia que confesaban haber sido obligados a matar, y sus pesadillas me despertaban a media noche. Una puta desgracia para unos chavales de 14 años. Otros afirmaban haber cruzado la frontera de Melilla debajo de un camión o escondidos no se sabe dónde. Sólo para huir de una vida sin sentido en sus países.

Manuel se adaptó fácilmente al estilo de vida español. Con su acento portugués y su humor negro, a veces nos arrancaba una buena carcajada. Y cantaba. Y bailaba. Se movía como un buen negroafricano. Sin prisas. Con ritmo.

La última vez que le vi salía de clase de Auxiliar de enfermería y llevaba una bata blanca de laboratorio (por aquel entonces mis jefes me habían cambiado de sitio). Terminó sus estudios, consiguió un trabajo en una residencia de ancianos. Una amiga que le daba clase de español y le invitaba a su Galicia natal me iba informando de sus movimientos, de sus logros, de sus sueños. Sus jefes estaban encantados con él porque era un chaval responsable, trabajador y poco conflictivo. Hace unos dos años estuvo de vacaciones en su país. Justo cuando empezaba a reconciliarse con su pasado (incluso le había tocado una cantidad no despreciable en la lotería de este año pasado), una jodida enfermedad evitable llama a su puerta y le machaca en soledad.

¿Por qué se encerró en la habitación y no pidió ayuda para ir al médico? ¿Porque temía contagiar a sus compañeros? ¿Porque temía que le despidieran de su trabajo? No se sabe. La muerte es inevitable. Incluso puede ser considerada como una pesada compañera de viaje. Pero dialogar con la muerte durante cuatro días en una habitación oscura, vomitando sangre, viendo cómo se frustra todos los esfuerzos, es muy duro. Toda su vida tramitando papeles: residencia, seguridad social, médicos, etc. Incluso ahora sigue esperando en una morgue madrileña para que las administraciones le permitan volver a su Angola natal para descansar junto a nuestros antepasados. Una puta pena.

miércoles, 16 de enero de 2013

Los afros


A los siete años el maestro me preguntó a qué etnia pertenecía y me lo tuvo que decir mi padre (que sospecho que no debe coincidir con la de mi madre). Como en mi parroquia ya no estaban los misioneros blancos, no fui consciente del color de mi piel hasta que fui a la escuela secundaria y los niños de un médico inglés (misioneros protestantes) nos perseguían llamándonos “monkey” (monos) cada vez que nos acercábamos a la playa de nuestro precioso lago Muhazi que nuestros misioneros consideraban propiedad privada para los blancos.

 
A los diecisiete años, mi profesor de inglés que había estudiado Filología en Estados Unidos nos mandó analizar la canción de Bob Marley (Buffalo soldier’s) y nos habló de la historia de los negroafricanos que fueron comprados  por árabes y europeos y vendidos como madera. Pero la primera vez que fui consciente de mi color de piel fue durante mi primer viaje en Metro Madrid: un solo negro entre miles de blancos (me imagino que la misma sensación siente un blanco en una aldea negroafricana).

 
Durante mi estudio sobre la “evangelización de la cultura bantú” empecé a distinguir varios tipos de africanos: negros, árabes (principalmente en el norte de África) y blancos (principalmente en el sur de áfrica). De allí el término negroafricanos. Más tarde tuve buenos amigos blancos que conservo todavía y me di cuenta que la amistad no tiene color.

 
Escuchando las canciones de Céline Dion en francés descubrí que una de las letras alababa la mezcla de las razas (les mélanges font de beaux enfants). Entonces apareció Barack Obama, fruto de una mezcla entre un negroafricano de Kenia y una madre blanca de Estados Unidos. Y más tarde tuve compañeros de Santo Domingo (los popularmente conocidos como mestizos) y me quedé prendado por el color de su piel. Maravillosa mezcla de los dioses. Había oído que “los de Santo Domingo” desprecian a “los de Haití”, y aproveché para conocer el motivo de esa relación poco fraternal. “Es que no son de fiar”, me contestó la compañera, con una sonrisa de “ya sabes: rivalidades entre hermanos”. En esa época, con agradable sorpresa me encontré con el blog de Gina Escheback (http://ginaescheback.blogspot.com.es/) que habla de los afrocolombianos. Leyendo su blog descubrí otro de los afroargentinos (http://africaysudiaspora.blogspot.com.es) y heme aquí intentando conocer más la historia de los afrocolombianos y afroargentinos. Porque quisiera seguir la exhortación de nuestro hermano Bob Marley: “Don’t forget your past”.

martes, 8 de enero de 2013

El gobierno español quiere penalizar la hospitalidad hacia los extranjeros


Fuente:




 

Cuando se me pregunta si los españoles son racistas suelo contestar que más que racismo lo que tienen son prejuicios, y que yo mismo tengo prejuicios hacia algunas tradiciones y costumbres de algunos pueblos. Yo que vengo de un país en el que dos etnias se desprecian mutuamente y se masacran cuando hay oportunidad, yo que he vivido in situ el racismo entre gente que comparten la misma tradición y hablan la misma lengua, puedo ser más comprensivo ante el racismo entre negros y blancos.

Personalmente pienso que todos tenemos que hacer un esfuerzo para superar prejuicios aprendidos o imaginados y basar nuestras relaciones en juicios experimentados. No obstante, afirmar que en general los españoles no son racistas no quiere decir que no haya normas racistas en España. Y muchos negros las hemos sufrido y las seguimos sufriendo. Y muchos españoles son testigos (lo cual es una esperanza para todos). Un control policial en Metro Oporto (Madrid) sólo para los negros es un control racista (a mi modo de ver), le moleste a quien le moleste. Llamar a un ser humano ilegal o sin papel es racismo, le moleste a quien le moleste. Pretender castigar penalmente a quien ayude a un inmigrante sin papeles (como pretende el  ministro Gallardón), si eso no es racismo que venga el Dios cristiano y lo vea. La Biblia dice: Al extranjero no engañarás, ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Éxodo, 22:21).

Necesitamos conocernos más

En el pasado colonial, el hombre blanco nunca quiso aprender nada del hombre negro, al que consideraba salvaje, sin alma, sin civilización (hasta los años 1960). Sería interesante hacer un estudio actualizado para saber si en este siglo XXI el hombre blanco ha llegado a aprender algo del hombre negro. Más interesante aún sería comprobar si el hombre negro conserva todo lo que aprendió del hombre blanco. En lo que a mí concierne, estoy desaprendiendo gran parte de lo que aprendí de los misioneros porque fue una estafa (a mi modo de entender).

Los misioneros me enseñaron un Dios en el que los suyos no creían; me enseñaron tradiciones que habían sido superadas en su país; me exhortaron a practicar la hospitalidad cuando en sus países se pretende castigar duramente al que da cobijo a un inmigrante, y sobre todo, en sus países siguen llamando ilegales a las personas sin residencia legal y casi todo el mundo lo asume y lo asimila, hasta los mismos inmigrantes (los misioneros me enseñaron que todos los seres humanos somos hermanos).

Si los misioneros españoles tuvieran conocimiento de lo que está pasando en España, debería volver urgentemente a España para enseñar el Evangelio de Jesucristo a sus hermanos. Un pueblo que castiga penalmente la hospitalidad es un pueblo en decadencia. Un pueblo que acepta que un ser humano sea tratado de ilegal porque no tiene un trozo de papel otorgado por las autoridades es un pueblo en decadencia. Naturalmente, la salvación de ese pueblo reside en la gente de buena voluntad que no cesa de estar al lado de los “oficialmente indeseables”, gente con nombres y apellidos que muchas veces son incomprendidos por sus propios familiares. Si he de adorar alguien, no me importaría adorar este tipo de personas que tienen comportamientos casi divinos.

Y son muchos. Como ya escribí en este blog, muchos inmigrantes existimos porque nuestros amigos españoles existen y luchan para que nos integremos en la sociedad española. Por eso no entiendo a los inmigrantes que no se esfuerzan para integrarse en la sociedad española y prefieran seguir aferrados a costumbres destemporales.

Ugiye iburya sazi azirya mbisi (dice un proverbio rwandés): si vas donde se come moscas, cómelas incluso si son crudas. Hay que esforzarse, incluso sacrificarse un poco, para poder integrarse en la sociedad de acogida. Yo soy consciente de que pocos occidentales se integran en las sociedades negroafricanas. Pero no se trata de imitarlos: se trata de ser consciente de que la patria no es donde uno nace sino donde intentamos realizar nuestros sueños. Si estás realizando tus sueños en España, tu patria es España. Eso no quiere decir que tengas la bandera española en el balcón, entre otras cosas porque ni los mismos españoles lo hacen. Se trata de compartir inquietudes del pueblo que amablemente te ha recibido como uno más. Ahora bien, si te niegas a creer en el mismo Dios que el Dios del que pretende penalizar la hospitalidad, cuenta con mi simpatía. La Biblia dice: Al extranjero no engañarás, ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto” (Éxodo, 22:21).

jueves, 3 de enero de 2013

El encuentro entre el hombre blanco y el hombre negro fue despectivo

Hace varios años cuando estuve investigando sobre la inculturación del cristianismo en la cultura bantú leí el libro del sacerdote congoleño (François Kabasele-Lumbala, Le christianisme et l’Afrique. Une recherche réciproque. Karthala, Paris 1993). En estas navidades volví a hojear el libro en casa de un amigo que lo conserva en su biblioteca personal, y volví a confirmar que el encuentro entre el hombre blanco y el hombre negro fue despectivo en toda África Negra y en la mayoría de los pueblos.

El sacerdote y profesor congoleño cuenta una historia que me parece aclaradora (p. 12): “Me he encontrado, a lo largo de mi vida, con muchas personas de otras razas y de otras confesiones. Pero mi encuentro con Occidente fue decisivo y me marcó mucho. Comenzó en el momento en que tomé conciencia de que era negro, perteneciente a un pueblo despreciado (sous-estimé), destruido (bafoué)”. “Fue en 1956, a los nueve años, cuando el Doctor Pourbois, un médico belga, abofeteó delante de todos los escolares y paisanos, un jefe tradicional”.

En efecto, una vez al año, el servicio colonial sanitario procedía a prevenir la enfermedad del sueño. La llegada del médico belga se había anunciado con antelación, y toda la población estaba esperándole. Como se había reunido mucha gente y la bulla era muy notable, el médico belga prohibió cualquier tipo de conversación entre los presentes. Pero he aquí que el buen médico vio un hombre que estaba hablando animadamente con un grupo y le mandó llamar con la intención de darle un castigo ejemplar para todos. Le ordenó ponerse de rodillas, a pesar de que la enfermera le susurró al oído que ese señor era un respetado jefe tradicional. El médico respondió a la enferma en voz alta que era mejor así porque todo el pueblo aprendería la lección. El jefe tradicional captó el mensaje y para evitar represalia contra su pueblo, se puso de rodillas y recibió una bofetada muy sonada: “il administra au chef coutumier une gifle sonore”.

Cuando Kabasele llegó a casa y le preguntó a su padre porqué el jefe tradicional se había puesto de rodillas cuando sólo los niños se ponían de rodillas para recibir un castigo, su padre le respondió que los blancos eran los auténticos jefes y que para ellos todos los negros son tratados como niños (Mon pére me répondit que les blancs étaient les véritables chefs, et que devant eux, tous les noirs passaient pour des enfants).