domingo, 22 de junio de 2014

¿Qué hay de la mujer africana?

Imagen encontrada en google.es
1.-No es cierto que el futuro del continente negro esté en manos de las mujeres como afirman algunos occidentales, probablemente con influencia involuntaria de la realpolitik occidental de dividir para vencer. Hay que tener muy malas intenciones para poder entregar el futuro de un continente en manos de un solo sexo. El futuro del continente africano pertenece a hombres y mujeres que luchan cotidianamente para sobrevivir.
 
2.-Me quedo sin palabra cuando me encuentro con occidentales llenos de buenas intenciones pero que generalizan mucho sobre el continente negro, obviamente con una ignorancia escandalosa sobre un continente de más de 30 millones de km2 y cerca de 1.100 millones de habitantes en los 55 países (2013): unos 445 millones de musulmanes, 310 millones de cristianos no católicos, 205 millones de católicos y 125 millones de miembros de las religiones tradicionales. Teniendo en cuenta estos datos, sería una temeridad pretender sentar cátedra sobre materias africanas.
 
Una educación diferenciada: ejemplo personal
1.-En los años noventa, en muchos países de África Negra teníamos interiorizadas las tareas por sexo. Mi padre se levantaba a las cinco de la madrugada para ir a trabajar en el campo hasta las doce. Después de comer se echaba la siesta y hacia las dos volvía al campo para trabajar en la plantación de café o de plátanos. Hacia las cinco se ocupaba del rebaño hasta que yo llegaba del colegio, y entonces se marchaba a casa para preparar la llegada del rebaño. Muy a menudo era reclamado para mediar en algunos conflictos familiares como “juez de paz”. A la siete cenábamos y casi siempre era él el primero en ir a la cama, mientras nuestra madre terminaba de contarnos un cuento o jugábamos a adivinanzas con ella.
Mi madre se levantaba a la misma hora que mi padre, pero antes de alcanzarle en el campo se ocupaba, primero, de organizar la casa. Mis dos hermanas mayores que no iban a la escuela tenían la obligación de ir a buscar agua antes de que el calor se hiciera fuerte. Después se unían a mis padres para trabajar en el campo. Hacia las once volvían a casa con mi madre para preparar la comida. De modo que cuando mi hermana y yo llegábamos del colegio a las doce y media teníamos la comida lista. Mientras madre e hijas se ocupaban de las labores domésticas, mi hermana y yo volvíamos a la escuela hasta las cinco y media. Vuelta casa, mi hermana se unía a las otras dos para ir a buscar agua, leñas y ayudar en las demás tareas domésticas. Mientras yo iba a vigilar el rebaño.
2.-En el Ruanda de los años noventa, la vida de los chicos se planteaba en vista al matrimonio. Por eso mientras a los chicos se nos autorizaba para conseguir una autonomía económica para poder construir nuestra propia casa cuanto antes, las chicas carecían de esa independencia económica. En mi caso, a los doce años conseguí que mi padre me diera mi propio terreno para trabajarlo. Así empecé a plantar plátanos y café, a la vez que criaba una veintena de conejos y cuidaba mis cinco paneles de abejas (con la inestimable ayuda de mi madre). Probablemente las diferencias entre sexo se agudizaron en ese momento, pero por una simple cuestión social: la chica se casa y no necesita tener bienes propios en casa paterna; el chico que quiera casarse debe empezar pronto a preparar su futuro económico. En este campo no tuvimos igualdad de oportunidad.
En cuanto a estudios, mi padre tenía muy claro que era una responsabilidad personal. Ni me felicitaba cuando sacaba mejores notas (decía que era mi trabajo), ni regañó a mis hermanas cuando decidieron dejar la escuela, ni me regañó a mí aquella vez que fui expulsado injustamente. Realmente le preocupaba más nuestra salud y que no nos faltara la comida. Era el encargado de llevarnos al médico o de acompañarnos al colegio cuando era necesario. Me consta que ha seguido encargándose de la educación y de la salud de sus nietas hasta pocos meses antes de morir.
 
Las mujeres en los conflictos bélicos
En los países donde hay guerra, las mujeres son violadas pero los hombres son directamente ejecutados. Por ejemplo durante la guerra de Ruanda (1990-1994), todo el mundo sabía lo que significaba “gutanga intsinzi” (ofrecer la medalla), es decir ofrecer sexo voluntariamente a los militares que volvían del frente (una auténtica perversión del lenguaje porque la violencia era psicológica, por mucho que la violación se llevara a cabo bajo una aparente amabilidad). Durante el genocidio (abril-julio 1994), las violaciones se convirtieron en una auténtica profanación del cuerpo de la mujer: muchas niñas eran violadas delante de sus padres antes de ser asesinados. Es muy difícil evaluar cuál es el destino menos malo dentro de la dureza bélica: ejecución de los chicos o violación de las chicas. Lo cierto es que a finales de 1994 no había hombres en Ruanda para ocuparse de las tareas como el enterramiento o llevar los enfermos al hospital. Hasta entonces, ninguna mujer cargaba con un cadáver, ni trabaja en la construcción.
 
Las mujeres en la vida pública
El destino de una mujer musulmana es totalmente diferente de una mujer cristiana o no creyente (no olvidar que estas religiones son extrañas y externas al imaginario negroafricano). La mujer no es tratada igual en los pueblos donde está reconocida la poligamia que en los pueblos monógamos. Una mujer con estudios superiores no es tratada de la misma forma que una mujer sin estudios. Que yo recuerde, ningún ruandés se extrañó que Madame Agathe fuera nombrada primera ministra. Tampoco nadie se escandaliza por el hecho de que en el Parlamento haya más mujeres que hombres. De hecho, algunos países africanas han tenido o tienen presidentas y primeras ministras. Lo que importa es que la persona esté a la altura de las exigencias del cargo. Pero con esto no quiero obviar que si juzgamos el continente negro según los parámetros occidentales que consideramos “civilizados”, hay mucho machismo en muchos pueblos africanos (pero también muchos africanos se asombran de que países tan civilizados tengan monarquías, y que encima la mujer no llegue a ser reina como en España aunque sea la primogénita). No soy de los que piensan que la mentalidad de un pueblo se cambia en dos días. Creo que hay que invertir más en la educación en igualdad de género en los chicos y chicas africanos para que el futuro del continente olvidado sea tarea de ambos sexos.

jueves, 12 de junio de 2014

¿Quién se beneficia de los dictadores africanos?

1.-A estas alturas, todo el mundo sabe que ningún dirigente africano se mantiene en el poder sin la continua y necesaria bendición occidental. Alemania, Bélgica, Francia, Inglaterra y Estados Unidos de América hacen y deshacen el contiene africano a su antojo. Mientras apadrinan a sus dictadores, acosan y derriban a buenos dirigentes como Thomas Sankara o Patrice Lumumba. Son tan hipócritas que no dudan en acudir al funeral de quien dejaron pudrirse en la cárcel durante más de un cuarto de siglo (Mandela). Incluso montan tribunales para juzgar a quienes no les caen bien, como el actual presidente de Kenia, pero desayunan con los empresarios europeos que están saqueando los recursos económicos de Congo, Angola, Libia o Guinea. “Hipócritas, hablo de los hipócritas” (canta Alpha Blondy).
 
2.-El continente africano es autosuficiente. Muchos países africanos disponen de recursos económicos más que suficientes para, incluso, compartirlos con otros países que tienen poco o sufren de las calamidades atmosféricas. Sudáfrica, Angola, Congo, Tanzania, Kenia, Guinea, Nigeria, Argelia o Libia no necesitan la ayuda de nadie. Al contrario: si Europa dejara de saquearlos podrían atender a sus ciudadanos y acoger generosamente a los jóvenes inmigrantes negros que se pudren en las montañas marroquíes cercanas a la frontera española. Desgraciadamente, la política de dividir para vencer iniciado por el alemán Bismarck no ha cambiado (algunos de los negros arrinconados en la frontera de España con Marruecos quisieran bailar sobre la tumba de un tipo que trajo la maldición a su continente repartiéndolo como quien reparte unos trozos de pan).
 
3.-En 1884, los dirigentes europeos reunidos en torno al tal Bismarck decidieron saquear las riquezas del continente africano porque la compra venta de esclavos negros ya no era rentable para sus economías. Cogieron un mapa africano cualquiera y lo dividieron a su antojo. Bélgica que estaba en bancarrota pidió una tierra más rica y más amplia: Congo. Una vez que la economía europea se estabilizó, los dirigentes europeos decidieron dar independencia parcial a los mismos países que habían invadido: así nació el nuevo neocolonialismo en los años sesenta. Hoy día, nada se cambia en África sin la bendición de la Unión Europea. Por consiguiente, si existen dictadores en África es porque son los mejores garantes de los intereses occidentales. Dicho de otra forma, los dirigentes europeos prefieren apoyar a los saqueadores de la republica antes de apoyar a los demócratas.
 
4.-El africanista Donato Ndongo-Bidyogo sostiene que desde hace siglos Francia considera al continente africano como su natural zona de expansión. Por su parte, Estados Unidos que, durante década descuidó su política africana, ha descubierto, con el final de la guerra fría, la importancia estratégica y económica de África (África del Sur, Gambia, Ghana, Liberia, Nigeria, Sierra Leona, Somalia, Ruanda, Uganda están bajo su completa influencia). Mientras París y Washington se repartieron así las zonas de influencia, no hubo conflicto. Pero los intentos americanos de penetrar en Angola, en Congo Brazzaville, en la República Democrática del Congo, en Guinea Ecuatorial, en Ruanda, y en Senegal alarmaron a los franceses que no tardaron en mover sus peones en la zona para frenar a los estadounidenses. Por eso tanto París como Washington son contrarios de la democratización de los países africanos, porque no podrían seguir saqueando impunemente a sus pretendidos protegidos. Como la democracia es fundamentalmente control social y este es un lenguaje que París y Washington no quieren oír hablar, prefieren apoyar a dictadores como De Santos, Paul Biya, Joseph Kabila, Paul Kagame, Yoweri Museveni, Teodor Ngema y otros. En sus análisis, Donato Ndongo-Bidyogo sentencia que “quizá no sea políticamente correcto decirlo así, pero lo que percibimos los africanos es que son los dictadores actuales los que mejor aseguran los intereses de Occidente, y por ello los imponen y mantienen”. Cuando estos dictadores intentan mover sus sillones aparecen una multitud de aspirantes amenazando su estabilidad. Si son buenos alumnos, su poder será eterno (Cfr. NDONGO-BIDYOGO (Revista Mundo Negro, mayo-junio 2003) 38-44.
 
5.-Podemos concluir que generalmente en los conflictos armados en África no sólo operan "los malos y corruptos" dirigentes africanos, sino también importantes compañías multinacionales aparentemente respetables. Los “señores de la guerra” no son seres irracionales y salvajes movidos por odios ancestrales. Son actores racionales y fríamente calculadores que funcionan con una lógica neoliberal: obtener el máximo beneficio económico posible al mínimo coste económico. Por eso no existen “conflictos armados africanos” sino “conflictos armados en África” ya que los actores principales de esos conflictos no son sólo africanos sino occidentales, sobre todo norteamericanos y franceses. Por tanto, es incorrecto hablar de “guerras africanas” como si estas guerras fueran provocadas y alimentadas sólo por los africanos. Se trata, en muchos casos, de guerras entre empresas francesas y norteamericanas, que llevan el choque de sus intereses a los escenarios africanos: en referencia a la guerra que sigue arrasando a los congoleños, Monseñor Jean-Anatole Kalala Kaseba, obispo de Kamina (República Democrática del Congo) afirma: “creemos que los que han creado esta situación pueden ponerle fin, especialmente los americanos” (Declaración a la revista Mundo Negro).

domingo, 1 de junio de 2014

PSOE: ¿subcontrata del PP?


Después del fracaso electoral de los barones socialistas, es el momento de dejar de considerar a los militantes como simples interventores y convertirlos en actores importantes de la política socialista. Evidentemente, habrá quienes consideren que no es correcto que un voto de un simple militante sea igual que un voto de un barón, aunque ese barón haya perdido varias elecciones. Tal vez por eso algunos intentan vender la imagen de algún dirigente como salvador del socialismo español, aunque ese dirigente nunca se haya sometido directamente a ningún sufragio electoral. Quien puede ilusionar el patio socialista no es ningún dirigente, por muy capaz que sea: es la militancia socialista que crea ilusión.
Seamos sinceros: algunos responsables socialistas son buenos gestores pero carecen de carisma popular. Hablan en términos académicos como aquel viejo profesor que se enfrasca en  las explicaciones lógicas, hasta que llega un joven y suelta cuatro frases y se lleva el aplaudo de la audiencia. Sé perfectamente lo que propone el partido “Podemos” (aunque  no esté de acuerdo en algunos de sus postulados). Pero no sé qué propone el actual PSOE.
Francamente, esta ejecutiva saliente carece de don carismático. No se sabe muy bien qué defiende y qué deja de defender. Se empeña en mantenerse en lo políticamente correcto, tanto que a veces cuesta saber si no es una subcontrata de la derecha. Y si persiste la duda, llega el padrino, orgulloso de pertenecer a la casta, y propone un matrimonio PSOE-PP. ¿Habráse visto semejante  forma de desprenderse de la ideología socialista?
Yo creo que la izquierda tiene unos postulados irrenunciables y debe ser muy tajante en sus propuestas. ¿Está dispuesto el PSOE a derogar algunas leyes que el PP ha aprobado con su mayoría absoluta? ¿Va a devolver las becas a nuestros estudiantes, la ayuda a nuestros dependientes? ¿Va a solucionar el fenómeno de la inmigración mandando más policía a Melilla, y de paso, convirtiendo a los negros en el chivo expiatorio de la inmigración en España? Porque no veo la policía controlando la llegada de los marroquíes, el grupo más numeroso de los inmigrantes en España. Además tengo entendido que no hay ningún marroquí en los CIE (en las cárceles normales, sí).
¿El PSOE va a revisar las restricciones para el ejercicio de los derechos sociales que ha impuesto el PP o va a seguir enfrentando policía y manifestantes? ¿Va a seguir rescatando cajas y bancos como hace el PP o más bien va a rescatar los comedores sociales? Claro que la macroeconomía va bien, sobre todo después de inyectar el dinero de todos en empresas privadas. Autopistas que no sirve pero que hay que rescatar con el dinero público, aeropuertos sin aviones pero que hay que mantener, diputaciones que no tienen funciones pero que hay que mantener, distintas policías que no se sabe bien a qué se dedican, instituciones caducadas que sólo sirven para el descanso de las viejas glorias, un  partido obrero lleno de casta…. Pero, ¿esto qué es? Si el PSOE quiere recuperar su espacio político, debería dejar de ser una subcontrata del PP.
 

miércoles, 28 de mayo de 2014

Marine Le Pen o cómo pescar en aguas revueltas


La sencillez del mensaje político de Marine Le Pen le permite llegar al corazón de los franceses sin esforzarse más de lo necesario. A mí me parece interesante preguntar a los franceses si quieren permanecer en la zona euro. Yo también voto por suprimir organismos internacionales que Marine Le Pen llama “máquina infernal al servicio de la ideología ultraliberal”: FMI, OMC, OTAN o el Banco Mundial.
Antes que montar “discretamente” el acoso policial a los inmigrantes como hizo el progresista Rubalcaba, o expulsar a los rumanos (gitanos) como hizo el progresista Hollande, voto a Marine para reforzar el control de las fronteras francesas o imponer una tarjeta por puntos  para el seguimiento patriótico de los inmigrantes. Ante la caradura, el fariseísmo, “lo políticamente correcto” de algunos socialistas, yo prefiero una extremista que no me dé puñaladas a traición.
imagen de google.es
Yo no soy el único que pienso que los actuales dirigentes del PSOE y del Partido socialista francés han traicionado sus principios sociales. ¿Alguien conoce la postura de Rubalcaba ante el drama de los negros en Melilla? ¿Alguien recuerda la postura de los dirigentes del PSOE sobre el acoso que los negros sufrimos en Metro Madrid (la entonces delegada del gobierno de Zapatero, actual diputada en la Asamblea de Madrid negaba tales controles)? ¿Por qué entonces, pudiendo votar a otro partido, voy a votar al PSOE si no defiende mis intereses? Los errores electorales se pagan muy caros. Si los actuales dirigentes socialistas españoles y franceses hablan con “la boca chica” el mismo lenguaje que Marine Le Pen, prefiero votar el original. Al menos cuando venga a “apuñalarme” no lo hará a traición como hacen otros. El que quiera mi voto, que se espabile. El que quiera hundir su partido, que no dimita. Nunca nos faltará “un coletas” (como dice la prensa derecha para descalificar al joven Profesor Pablo Iglesias) para recordarnos que “Podemos”. Marine propone la expulsión de los inmigrantes ilegales, exactamente lo mismo que el PP de Rajoy y el PSOE de Rubalcaba. Sólo que los últimos lo hacen a escondidas, envolviéndolo en humanismo sofisticado o de rodillas ante el Santísimo. ¡Qué barbaridad!

miércoles, 7 de mayo de 2014

El síndrome de Wolf-Hirschhorn





Hace tiempo una amiga me habló del Síndrome de Wolf-Hirschhorn sin que yo pudiera entender realmente en qué consiste, y comprendo (sólo un poco), el desconcierto de los padres cuando los profesionales sanitarios les hablan, por primera vez, de la enfermedad de su recién nacido. Ese desconcierto puede ser entendido sólo por quienes hayan pasado por esa experiencia. Pero los buenos padres no se preguntan porqué les ha afectado, a ellos, una de esas enfermedades llamadas "raras" porque sólo afectan a uno de cada cincuenta mil nacidos. Se vuelcan en su prole para que poco a poco el porcentaje de su discapacidad sea menor. La alegría debe ser inmensa cuando una madre ve como su hija pasa del 43% al 33% de discapacidad en tan solo seis o siete años.

Para apoyar a quienes tengan este síndrome no hace falta saber en qué consiste porque, entre otras cosas, al ser una "enfermedad rara", los fondos públicos para que los científicos se dediquen a un estudio profundo son escasos. Creo firmemente que una sociedad civilizada como la nuestra tiene un deber moral de estar con familiares de niños con este síndrome. Estos niños que, se esfuerzan más que el resto para seguir el ritmo que nos marca la sociedad, son auténticos pequeños héroes del esfuerzo humano. Personalmente siento devoción por padres que lo dan todo para que sus niños vayan acercándose al ritmo de los de su quinta. No hay nada más grande que el inmenso sacrificio de una madre que dedica todo su tiempo a su hija para que aprenda a valerse por sí misma. Y nada más vergonzosa que una sociedad que rescata bancos mientras retira ayuda a estos niños con el síndrome de Wolf-Hirschhorn. Los dirigentes políticos que no son capaces de apoyar a los más débiles de la sociedad cometen, a mi modo de ver, un crimen contra la humanidad.

Probablemente usted, navegante en mi blog, no entienda en que consiste el síndrome de Wolf-Hirschhorn y cómo se puede ayudar adecuadamente a quienes tengan este síndrome. No importa porque lo fundamental es exigir a nuestro gobierno que, antes de rescatar bancos y cajas, disponga de un fondo sólido para quienes tengan este síndrome. Sobre todo, que a los padres no les falten medios económicos para hacer todo lo que sea posible para que sus hijos tengan menos grados de discapacidad y puedan ser atendidos en todas las facetas educativas. Si con nuestros votos colocamos nuestros dirigentes en los sillones ministeriales, con nuestra voz podemos pedirles, o incluso ordenarles que liberen más fondos económicos para padres y profesionales que trabajan con personas con el síndrome de Wolf-Hirschhorn. Y cada uno de nosotros puede colaborar, en lo que pueda, con las distintas asociaciones involucradas en nuestros vecinos con este síndrome. No estaría mal que quienes participan en los mítines políticos llevaran una pulsera que cuesta un euro (menos que un café) para visibilizar la presencia del síndrome de Wolf-Hirschhorn en nuestra sociedad.
 
 

sábado, 3 de mayo de 2014

¿Por qué luchamos ahora?

En el pasado, el ser humano primitivo luchaba por defender un trozo de tierra que llamaba “patria” y se enorgullecía derramando su sangre en ella y estampando su nombre en la lista de “los caídos por la patria”. Hoy por hoy, el lema de “todo por la patria” que se encuentran en los cuarteles de todos los ejércitos es una trasnochada.

Desde la Declaración Universal de los Derechos humanos, los más sensatos arriesgan sus vidas  sólo para defender derechos y libertades fundamentales. Los auténticos héroes ya no llevan un fusil en sus manos sino una vacuna contra la malaria, un litro de leche para los desnutridos, un micrófono para dar a voz a los sin voz, un cuaderno para alfabetizar, un blog para denunciar las barbaridades que cometen los mandamases.


Defender la tierra en que habitamos es una obviedad. Gracias a las aportaciones ecológicas, sabemos que la tierra es un conjunto orgánico indivisible. El aire que respiramos no pertenece a ninguna patria: es universal. Es una perogrullada que la deforestación amazónica afecta a los pulmones de los parisinos. De modo que cuidar nuestra tierra es una cuestión de higiene ambiental. En cambio, en un mundo en que unos matan para vivir mejor, defender que todo ser humano, independientemente de su raza y religión, tiene los mismos derechos y las mismas libertades que los demás, es una tarea ardua. Por eso los nuevos héroes de la patria son los llamados “activistas de los derechos humanos”. Me inclino, sinceramente, ante estos nuevos héroes de la humanidad y envidio sanamente su entrega crística: morir para que otros vivan mejor. No existe causa más noble que ésta.