sábado, 14 de noviembre de 2009
La diputación de Segovia
Cuando me acerqué para preguntarle dónde se iba a realizar la prueba de selección, el guardia de seguridad que estaba hablando con un funcionario de la diputación de Segovia interrumpió su conversación para atenderme. Aproveché para preguntarle por el baño. Amablemente me dio todas las informaciones que necesitaba. Cuando estaba en el claustro intentando localizar el baño, el funcionario de antes que ya se iba a su despacho se me acercó y me señaló la puerta que llevaba al baño. Nos habían convocado a las 11:30. Unos minutos antes dos funcionarios nos llevaron al lugar del examen y en menos de un cuarto de hora estábamos contestando al cuestionario. Una organización perfecta. Varios funcionarios atendían amablemente los incidentes y dudas que iban surgiendo. Como necesitaba un justificante, subí a personal después del examen y dos funcionarias me entregaron el justificando mientras me preguntaban por el examen. “Complicado”, contesté. Sonrieron. Me despedí de ellas y fui a buscar a mis compañeros de fatiga. Cuando salíamos de la diputación me despedí del guardia de seguridad. Fue mi forma de agradecer su amable atención. Es la primera vez que veo la amabilidad como nota común al personal de toda una institución: la diputación de Segovia. No sé quién marcó ese espíritu servicial en la diputación pero le rindo mi reconocimiento. Se agradece. No pasaré la selección pero me queda el buen recuerdo de una atención bien hecha.
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