jueves, 3 de enero de 2013

El encuentro entre el hombre blanco y el hombre negro fue despectivo

Hace varios años cuando estuve investigando sobre la inculturación del cristianismo en la cultura bantú leí el libro del sacerdote congoleño (François Kabasele-Lumbala, Le christianisme et l’Afrique. Une recherche réciproque. Karthala, Paris 1993). En estas navidades volví a hojear el libro en casa de un amigo que lo conserva en su biblioteca personal, y volví a confirmar que el encuentro entre el hombre blanco y el hombre negro fue despectivo en toda África Negra y en la mayoría de los pueblos.

El sacerdote y profesor congoleño cuenta una historia que me parece aclaradora (p. 12): “Me he encontrado, a lo largo de mi vida, con muchas personas de otras razas y de otras confesiones. Pero mi encuentro con Occidente fue decisivo y me marcó mucho. Comenzó en el momento en que tomé conciencia de que era negro, perteneciente a un pueblo despreciado (sous-estimé), destruido (bafoué)”. “Fue en 1956, a los nueve años, cuando el Doctor Pourbois, un médico belga, abofeteó delante de todos los escolares y paisanos, un jefe tradicional”.

En efecto, una vez al año, el servicio colonial sanitario procedía a prevenir la enfermedad del sueño. La llegada del médico belga se había anunciado con antelación, y toda la población estaba esperándole. Como se había reunido mucha gente y la bulla era muy notable, el médico belga prohibió cualquier tipo de conversación entre los presentes. Pero he aquí que el buen médico vio un hombre que estaba hablando animadamente con un grupo y le mandó llamar con la intención de darle un castigo ejemplar para todos. Le ordenó ponerse de rodillas, a pesar de que la enfermera le susurró al oído que ese señor era un respetado jefe tradicional. El médico respondió a la enferma en voz alta que era mejor así porque todo el pueblo aprendería la lección. El jefe tradicional captó el mensaje y para evitar represalia contra su pueblo, se puso de rodillas y recibió una bofetada muy sonada: “il administra au chef coutumier une gifle sonore”.

Cuando Kabasele llegó a casa y le preguntó a su padre porqué el jefe tradicional se había puesto de rodillas cuando sólo los niños se ponían de rodillas para recibir un castigo, su padre le respondió que los blancos eran los auténticos jefes y que para ellos todos los negros son tratados como niños (Mon pére me répondit que les blancs étaient les véritables chefs, et que devant eux, tous les noirs passaient pour des enfants).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es amigo! Pero creo que la palabra "père" se escribe con "accent grave et pas l'aigüe"! Esperemos que la poca mejora de esa situación siga in crescendo!
Mes meilleurs voeux!
Amitiés!

Ayu dijo...

Gracias por el comentario y por la observación. Un amigo me suele decir que cuando uno habla dos lenguas (o más en nuestros casos), es que en realidad no domina ninguna. La confusión suele ser habitual, sobre todo en la pronunciación. A mí me pasa muy a menudo. De toutes les façons,el hecho de descubrir una falta ortográfica quiere decir que has leído esta entrada y eso me llena de alegría. Good new year!