martes, 5 de agosto de 2014

Socialismo e inmigración en España

El nuevo secretario general del PSOE aboga por la inclusión de los inmigrantes en las listas electorales municipales. Nunca es tarde si la dicha es buena. Obama, con un padre africano, es presidente de una de las potencias mundiales. Cécile Kyenge, congoleña nacionalizada italiana, ha sido ministra en el gobierno italiano. Karamba,
Grupo afrosocialista de León
senegalés nacionalizado alemán, ocupa un escaño socialista en la Bundestag. Provoca sonrojo que en España no tengamos ningún inmigrante en los cargos políticos, a pesar de la siempre invocada “hermandad iberoamericana”. Si Pedro Sánchez favorece la participación activa de los inmigrantes en la gestión de los recursos municipales, sin duda será una idea revolucionaria en nuestra España.
 
Conviene recordar a las mentes más conservadoras que optar por la inmigración no es  ni capricho ni aventura y que todo el mundo es un inmigrante en potencia. Hoy en día sólo unos pocos afortunados nacen, viven y mueren en su pueblo natal. El resto inmigramos hacia la capital, hacia otra comunidad autónoma, hacia otro país o hacia otro continente. Nuestra patria es aquella tierra que nos ofrezca una mejor oportunidad socioeconómica para vivir dignamente.
 
Generalmente huimos de nuestras tierras natales por motivos bélicos y socioeconómicos. Personalmente no conozco a nadie que haya inmigrado por motivos románticos. Al contrario, muchas veces tenemos que elegir dramáticamente entre nuestra familia y nuestro futuro, y siempre tenemos el corazón apenado por muy bien que nos vaya en la tierra prometida. Algo perdemos cuando inmigramos.
 
Normalmente los inmigrantes procuran llevar una vida lo más discreto posible, esquivando focos y puñetazos de políticos demagogos que pretenden pescar en aguas revueltas extendiendo el mal comportamiento de unos a todos los inmigrantes. Ante discursos fáciles que pretenden enfrentar a nativos e inmigrantes, sobre todo en época de crisis económica, debemos promover una convivencia pacífica entre todos los ciudadanos, un control de frontera que no ponga en peligro la vida de nadie y evitar azuzar conflictos bélicos en los llamados países del tercer mundo.
 
El discurso socialista sobre la inmigración debe girar en torno a dos ejes principales: la integración y la cooperación internacional. Los que están aquí deben ser integrados plenamente en nuestra sociedad, los que siguen allí deben ser ayudados para que no tengan que inmigrar.
 
La integración de los inmigrantes nos beneficia a todos. Los inmigrantes deben respetar escrupulosamente los usos y costumbres de los países de acogida, y los nativos deben facilitar el uso y disfrute de los bienes comunes a los inmigrantes que, con su sudor, pagan sus impuestos directos e indirectos. Si todos contribuimos a la construcción de España, ¿por qué no vamos a poder disfrutar del fruto de nuestro trabajo en igualdad de condiciones? ¿O acaso nacer en un país es un derecho?
 
Para luchar eficazmente contra los éxodos masivos de seres humanos, debemos colaborar en el desarrollo socioeconómico de los pueblos pobres. Si tenemos en cuenta que la mayoría de los inmigrantes negroafricanos vienen a Occidente huyendo de los conflictos bélicos, parece lógico que la mejor forma de frenar su inmigración sea fomentar la paz en sus pueblos de origen.
 
 
Todo el mundo sabe que la mayoría de los conflictos negroafricanos se preparan en Europa, se ejecutan gracias a la colaboración activa de países occidentales y benefician económicamente a las empresas occidentales.  Ningún experto en temas africanos puede negar que los beneficios de las guerras africanas son aprovechados por las empresas occidentales: venta de armas, saqueo del subsuelo, vaciamiento de los pozos petróleos, etc. Los ejemplos más recientes son Angola, Costa de Marfil, Sierra Leona, Centroáfrica, Mali, Congo y Libia. Así pues, si queremos controlar la inmigración africana debemos evitar financiar las guerras en África. Misión casi imposible porque la economía occidental se nutre fundamentalmente de la fabricación y venta de armas.
 
 

No hay comentarios: