domingo, 23 de septiembre de 2007

ZAPATERO PRESIDENTE

Algunos critican a ZP por las últimas medidas sociales (el cheque bebe y la ayuda para que los jóvenes accedan a las viviendas). Sin embargo, en países europeos como Holanda, estas medidas ni son sociales ni son polémicas. Simplemente forman parte de lo imprescindible para que el desarrollo socio-económico alcance a todos los sectores sociales.

Ciertamente podemos preguntar a ZP porqué limitan esas ayudas a determinados sectores (niños nacidos después de la promesa o menores de 30 años que ganen X dinero al mes). Entiendo que tiene que buscar algún criterio para que los tramposos no tengan campo abierto, pero se debería ayudar a aquellos que realmente lo necesiten, no porque hayan parido después de la promesa o sean menores de 30 años. En cualquier caso, son medidas plausibles.

Políticamente, estas medidas sociales de ZP han logrado centrar el debate en torno a los intereses reales de los ciudadanos. ZP ha elegido un buen momento para reactivar el discurso electoral, y ha descolocado a sus opositores. Los populares tendrán que posicionarse en contra o a favor, y si ganan las próximas elecciones, se les podrá exigir coherencia. Y los socialistas vuelven a demostrar que están más cerca de los problemas reales de los jóvenes, aunque no tienen soluciones mágicas. Las preocupaciones de los ciudadanos económicamente ahogados por el euro ni son fundamentalmente la asignatura de la ciudadanía o el matrimonio gay o la inmigración, ni siquiera el terrorismo etarra o islámico; lo que realmente le preocupa son sueldos bajos que disminuyen su poder adquisitivo, el mercado de la vivienda sometido al criterio de la especulación y la inminente desaparición de la clase media que había minimizado las diferencias socio-económicas.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Buena suerte Sr. Rajoy

El Sr. Rajoy será proclamado, mañana, candidato a la Presidencia del Gobierno de España. Por segunda vez intentará ocupar el sillón de La Moncloa, con el permiso de sus votantes y el apoyo incondicional de algunos medios de comunicación y de los obispos españoles. Le deseamos buena suerte.

El Sr Zapatero, en cuanto a él, sigue durmiendo en el mismo sillón al que llegó gracias al hartazgo de la sociedad española y de las mentiras del gobierno anterior acerca de la invasión de Irak. ZP ha llevado a cabo proyectos sociales pero no ha sabido venderlos a la sociedad. Cree que le juzgaremos por lo que ha hecho y se equivoca. Le juzgaremos por lo que hayamos comprendido su utilidad social. Como hombre de suerte, el tiempo ha estado jugando a su favor. Temas que Rajoy utilizaba para atacarle parecen estar difuminados: el estatuto de Cataluña, el Plan Ibarretxe, el matrimonio de los gays y lesbianas, ... pero ¿hasta cuándo la suerte le acompañará? Se dice que las siguientes elecciones se empiezan a preparar desde el mismo día en que se gana o se pierde las anteriores.
ZP ha empezado tarde a prepararlas. Ha estado involcrado en la gestión administrativa y ahora se da cuenta que en pocos meses los españoles volveremos a las urnas para otorgar legitimidad al vencedor. Porque las elecciones sólo confirman lo que ya es real. Y hoy por hoy, el empate tecnico no favorece más que al Sr. Rajoy, al que deseamos buena suerte.

domingo, 26 de agosto de 2007

Postmodernidad y religión católica

Sabíamos que la era de la postmodernidad había alcanzado todos los rincones. La globalización, y sobre todo, el internet, hace que lo que se vive en Paris se sienta en Yaoundé, en Bueños Aires o en Teherán. Pero lo que no sabíamos, o no queríamos reconocer, es que los conventos viven también en la postmodernidad.


Los religiosos postmodernos no piensan construir un mundo deseable por todos. No tienen metas preferentes. Viven su ideal, no en totalidad, sino fragmentándolo. Lo que gusta se recibe, lo que incomoda se repulsa sin contemplaciones. La entrega por los demás no está mal vista si procura el bienestar personal. No hay reglas globales. Cada cual vive como le parece conveniente. Todo es interpretación. Todo vale.


Yo creo que lo que más urge es preguntarse si hay manera de ser postmoderno sin dejar de ser religioso en el sentido tradicional. Esta es una tarea muy difícil, pues un gran número de personas reconocen que para que el ser humano viva bien es necesario que Dios muera. Incluso a veces pueden afirmar, en “petit comité”, que ya no vale la pena morir por nada ni por nadie. Pero esto contradice el espíritu cristiano.


Hay un número, cada vez más elevado, de religiosos que han abandonado ya los grandes relatos. Rechazan los proyectos comunitarios y la búsqueda de consenso. Aceptan y practican una moral provisional y de circunstancias. Tienen una receta peculiar para cada situación. Sus bibliotecas personales se están llenando de libros de dietética, yoga, herboristería y afectividad. Se preocupan por el cuidado del cuerpo y la educación física. Hay quienes afirman que la estética ha sustituido a la ética y se ha convertido en el decálogo de la juventud.

En la mente de algunos religiosos, no hay contradicciones entre profesar la pobreza y acumular riquezas materiales; no hay contradicción entre la castidad y la dependencia afectiva hacia gente del mismo sexo; no hay contradicciones entre el voto de obediencia y la realización de un proyecto personal. Dicen que cada postura ha de ser analizada en un tiempo y lugar concreto.


Ya hemos mencionado que los postmodernos reconocen únicamente el presente como tiempo real. Sin embargo, los cristianos bien educados valoran el pasado, el presente y el futuro sin absolutizar ninguno de ellos. El pasado es la raíz del presente. El futuro da sentido al presente. De ahí que el presente que no tenga futuro pierda sentido y credibilidad. Es necesario, pues, que los cristianaos, y sobre todo, curas y monjas, sigan soñando con los cielos nuevos y la tierra nueva.

viernes, 17 de agosto de 2007

¿Qué es el narcisismo social?

¿Qué es el narcisismo?, se preguntó hace unos años el pensador Trechea. Para contestar a esta pregunta, se alineó a quienes afirman que en algunos pueblos existe, actualmente, un malestar generalizado, un sentimiento de vacío interior y de absurdidad de la vida. Tanto psicólogos como sociólogos vienen describiéndonos dos nuevos tipos de personas (que se añaden al tipo de personas que ya conocemos):

por una parte se encuentran personas con una tristeza vital, sin ganas de vivir, apáticas, sin alicientes, en estado de duelo permanente, sin sentido en sus vidas, desesperanzadas, con grandes sentimientos de impotencia y autodesprecio, percibiéndose en definitiva, como frágiles e indefensos;

por otra parte están unos sujetos engreídos, egocéntricos, manipuladores, socialmente destructivos, con gran necesidad de obtener admiración y prestigio sobre los demás, pero que a su vez presentan una fuerte sensación de pérdida de su “yo”, con relaciones interpersonales superficiales e insatisfactorias, percibiéndose también vacíos y sin sentido en sus vidas.

domingo, 12 de agosto de 2007

No parece haber razones para los compromisos

A pesar de los avisos que los expertos siguen lanzando, constatamos, en general, que el ser humano contemporáneo va renunciando, poco a poco, a los compromisos profundos. Su meta es “ser independiente afectivamente, no sentirse vulnerable”.

Algunos pensadores describen nuestra era como un estado de ánimo crepuscular que hace que vivamos en la permanente melancolía sin pretender la eternidad. En general no está bien visto replantear las grandes cuestiones. Incluso no es necesario dar las auténticas razones para vivir o para morir. Se vive porque sí, se muere porque sí. Y punto.

lunes, 6 de agosto de 2007

El agotamiento de las espiritualidades

No parece exagerado sostener que muchas de las espiritualidades tanto cristianas como de otras religiones se están agotando. Ya no son caminos imprescindibles que llevan a la intimidad con el Absoluto. Si no provocan indiferencia en los contemporáneos, se convierten en trámites necesarios para conseguir otros objetivos más mundanos. Frente a este agotamiento, resurgen espiritualidades precristianas, espiritualidades de moda provenientes de algunos tipos de sectas, la magia, el nirvana, el yoga, espiritualidades consumistas, etc. Me he encontrado con algunos religiosos y religiosas que, si bien no reconocen públicamente que sus espiritualidades institucionales están vacías, sintonizan mejor con las espiritualidades de recientes movimientos eclesiásticos. Algunos practican el yoga con frecuencia, otros son clientes habituales del consumismo. Tanto unos como otros reconocen la falta de creatividad en las espiritualidades que les fascinó al principio de su vocación religiosa. Este fenómeno no es novedoso en la Iglesia, pues muchos cristianos han abandonado las prácticas religiosas por considerarlas espiritualmente estériles. Tal vez la novedad es que esta situación se está expandiendo en las capillas conventuales.

viernes, 3 de agosto de 2007

La rotundidad

Las afirmaciones rotundas son, casi siempre, falsas. Los caminos rectos, casi siempre esconden trampas. La última palabra no siempre es la que acierta. La mayoría de lo que hacemos, opinamos o creemos admiten alternativas. Por eso fallamos cuando pretendemos imponer nuestros criterios, dictamos bandos sin tener en cuenta que realmente lo que importa es explorar juntos los distintos horizontes que ofrece la vida, escoger el lado más próximo sin rechazar el lejano, aceptar las curvas como parte encantadora de la ruta, admitir críticas como parte de la creatividad compartida. Por eso creer es crear su propio camino, convencido de que además del propio camino, pueden existir otros caminos tan salvadores como el propio.