viernes, 4 de junio de 2010

Reforma laboral


ZP acaba de anunciar que la reforma laboral será aprobada en el consejo de ministros del próximo 16 de junio. Por fin se le agota la paciencia. Hace tiempo que los demás dábamos por imposible el acuerdo consensuado entre sindicatos y empresarios. ¿Por qué? Porque una reforma laboral en tiempo de crisis económica agrava necesariamente la precariedad laboral. Era casi una pesadilla para los sindicatos firmar un acuerdo que elimina los pocos privilegios que les quedaban a los trabajadores. Por eso siguieron mareando la perdiz estratégicamente, vendiéndonos que estaban negociando. En cuanto a los empresarios, ¿para qué van a firmar un acuerdo que les vaya a enfrentar con los trabajadores, sabiendo que tarde o temprano el gobierno lo hará por ellos? Así que, una vez más, ZP pone la cara para que se la rompan sindicatos y patronal, ya que el acuerdo que apruebe no gustará a ninguno de los dos, no por el fondo, sino por estrategia sindical y patronal. Al final uno se pregunta para qué existen tantos parásitos si de todas formas el único que carga con el muerto es el gobierno.

Todo el mundo da por hecho que habrá huelga general (para quienes tengan trabajo). Todo el mundo da por hecho que el decreto de reforma aboral será impopular para los socialistas y favorecerá a los populares. Mariano se flota las manos. Por fin está a punto de mudarse a La Moncloa, siempre cuando no cometa muchos errores. La euforia de quien encuentra agua en el desierto puede cegarle los ojos, y entre tantas emociones encontrarse atrapado en sus propias afirmaciones. Yo que vengo siguiendo a Mariano y a ZP en los medios de comunicación, ambos se contradicen por igual. La diferencia es las promesas de un gobernante pesan más que las elucubraciones de alguien que está en la oposición. Si ZP logra comunicar bien el motivo de sus decisiones, tal vez no tenga que dejar La Moncloa por la puerta de atrás. Tiene casi dos años para mejorar su comunicación con los ciudadanos, y no hay nada imposible.

“La flotilla de la Libertad”

Oigo los defensores de las actividades militares de Israel echando argumentando que los palestinos quieren alojarlos al mar. Pero yo creo que aunque quisieran no podrían porque Israel es uno de los países más armados del mundo, con su bomba atómica y otros tipos de armas que reciben continuamente de la administración norteamericana. Entiendo que el trauma del holocausto sigue y seguirá presente en el corazón judío, pero me parece una insensatez echar mano al genocidio para perseguir a aquel que no piensa como ellos, cuando sus ascendientes fueron víctimas de la misma ideología en Alemania. Los judíos murieron en los campos de concentración alemán; no creo que los palestinos asfixiados en los campamentos de refugiados por el todo poderoso ejército israelí niegue el sufrimiento de los judíos en Alemania, pero también quisieran que se reconocieran, una vez por siempre, su sufrimiento.

La historia confirma que la injusticia genera injusticia, que de la venganza nace odio, y que nadie es capaz de arrasar todo un pueblo. Ha habido muchos genocidios a lo largo de la historia y se sabe que por muchos muertos que provocaron no terminaron con sus víctimas. Siempre hay supervivientes, siempre hay esperanza, después de la lluvia sale el sol. Por tanto, las acciones militares israelíes son contraproducentes. Un pueblo supuestamente elegido por Dios debería dar ejemplo de la bondad de ese Dios. Lo que ocurre es que la imagen del Dios del Antiguo Testamento es de un ser vengativo, justiciero, celoso, “éticamente malo”, un Dios que entrega a su hijo para que lo maten (aunque tres días después lo resucite).

Los pequeños milagros

Dice un proverbio africano que “inshuti nyanshuti uyibona mu byago” (el verdadero amigo aparece en los momentos de mayor dificultad). Ahora que estamos en un momento económicamente muy complicado, aparecen muchas personas que se sacrifican por los demás y comparten sus ahorros con los más necesitados. Al nivel personal sé de qué hablo y confieso que sigo creyendo en la humanidad gracias a esos milagros de la bondad.

Al nivel global, el caso de Haití es un claro ejemplo. Gente con recursos muy justos han estado y siguen colaborando para aliviar las desgracias de los haitianos. Esto quiere decir que para dar no hace falta tener mucho. Basta tener un corazón noble y creer que el bien genera bien.

Las remesas de los inmigrantes

Un amigo me acaba de recordar las palabras de algunos dirigentes que sugieren al gobierno de ZP la anulación de las ayudas humanitarias. Creo que todos podemos estar de acuerdo con dichos recortes. Lo interesante es el motivo. Ese dirigente que sugiere dichos recortes dice que con las remesas que los inmigrantes envían a sus países de origen el país debería sentir que sus obligaciones están ya cumplidas. A veces la manipulación duele más que la mentira. Solicito una flor para este tipo cuando al final de sus días no pueda presumir de sus dineros. ¡Si todos acabamos igual! Ironía de la vida o putada para los “inmortales”.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Manoseos en la sacristía

Los abusos sexuales de niños que estamos viendo en los medios de comunicación vuelven a cuestionar las buenas intenciones de los bienhechores. Aunque sólo los tribunales pueden confirmar la autenticidad de los relatos de las víctimas, lo cierto es que cuando una institución caritativa que tiene la obligación de velar por los indefensos viola su código de honor, uno se pregunta por quién nos salvará de nuestros salvadores.

Entiendo que el pecado de unos pocos no debería mandar al traste todo el trabajo de una institución como la iglesia, pero basta un solo sacerdote pederasta para que nos planteemos seriamente el valor de la Palabra en el templo. Yo siempre he creído que el mero hecho de ir a misa diariamente o rezar el rosario dos veces al día no revela nada sobre la bondad del ser humano. No confío en la gente por sus confesiones. Ha habido curas nazis, monjas racistas o religiosos genocidas. Hay socialistas que no saben nada del bien común y acumulan riquezas materiales como si fueran auténticos capitalistas. Y hay capitalistas que tienen sus puertas abiertas a los necesitados. Decir que uno piensa de una forma porque es de derecha o de izquierda me provoca risa. “Por sus frutos los conoceréis”, dijo Jesús.

Estos días cuando veo curas ante micrófonos intentando justificar el mal comportamiento de sus hermanos con la famosa aseveración de que “la carne es débil” siento tristeza. Alabo el perdón pero exijo rotundidad. No se debe tolerar ni el abuso de confianza, ni el abuso de autoridad. Sacerdotes que violan a sus monaguillos, carcelarios que pretenden organizar orgías sexuales en las celdas, voluntarios y educadores movidos por el sexo gratis, un promotor de santidad que crea un infierno a su alrededor. ¡Qué barbaridad! Si todo lo que se dice del fundador de los Legionarios de Cristo es cierto, el Papa debería disolver esta congregación porque en su seno se ha gestado el anticristo. Un fundador sádico y violador sólo puede ser legionario del demonio. Lamento que algunos de sus seguidores tengan que llevar el sello del engaño en su corazón y me parece bien que estén a punto de cambiar de nombre. Me imagino que aprovecharán para expulsar de su seno todo aquel que haya pervertido los valores evangélicos. Lo mismo debe hacer la jerarquía eclesiástica. Una mezcla de inmadurez afectiva y la perversión sexual ha explotado en manos ungidos para hacer el bien. ¡Qué tristeza!

Los tertulianos políticos

Los medios de comunicaciones están llenos de supuestos tertulianos políticos que no son más que voceros de los partidos políticos. Pongas el canal que pongas ahí están los mismos personajes recitando los mismos argumentos. Aparecen en los canales privados, aparecen en los canales públicos, aparecen en las radios diciendo lo mismo y seguramente cobrando bien. Sus agendas están llenas. No fastidies: con una facturación así, yo también estaría en condiciones de defender a los cinco millones de parados, a los miles de autónomos que cierran sus empresas mensualmente, a lo mal que lo está haciendo el gobierno, a las buenas intenciones de la oposición, a la independencia del poder judicial, al corte de la plantilla de los funcionarios, a los vaivenes de la bolsa, etc.

Si yo cobrase como los mal llamados comentaristas políticos sería capaz de defender lo que sea, con tal de que mi jefes me sigan pagando bien. Los medios de comunicación intentan convencernos de la independencia de estos bien pagados comentaristas de la actualidad y los presentan como más neutrales que los políticos. ¡Ojalá! Si no fueran sus “teloneros”, igual sí que podrían tener opiniones propias.

“La noria”, programa duramente criticado por haber invitado al Vicesecretario General del PSOE el sábado pasado, no anda con máscaras: divide los “teloneros” en dos grupos bien diferenciados (PP y PSOE) y los hace sentarse como si estuvieran en el Congreso de los diputados. Un amigo mío dice que ya no sigue las tertulias políticas porque todas son iguales: jalean continuamente a sus jefes políticos.

No a las manifestaciones sindicales

Los sindicatos están informando de sus inminentes manifestaciones en contra de las medidas económicas del gobierno central. Sin embargo no se manifiestan contra ellos mimos por llevar varios meses negociando con el patronal acuerdos que nunca llegan. El gobierno central les ha dejado el timón de las reformas laborales y no han sido capaces de avanzar en nada, probablemente porque son conscientes de que cualquier reforma implica minar las actuales conquistas laborales. Y como no quieren cargar con esa responsabilidad, prefieren dilatar las negociaciones por si el gobierno central decide intervenir y quitarles el muerto de encima. Pero eso no cuela. Y les pasará factura. De hecho están perdiendo credibilidad tanto en la derecha como en la izquierda. Y si no se esfuerzan para ayudar a salir de esta crisis cuanto antes, nos estarán condenando a todos a un futuro sin esperanza. Es cierto que sus afiliados son los últimos que pierden sus contratos cuando una empresa se quiebra, pero al final los pierden. Y esto no favorece a nadie. De ahí que un poco de responsabilidad sea exigible a los sindicatos para que si nos tenemos que manifestar, sea por una causa justa. No en contra de alguien que está intentando limpiar la basura de algunos especuladores desalmados.