miércoles, 9 de febrero de 2011

André Sibomana, sacerdote rwandés (1954-1998)


Dicen los rwandeses que “izina niryo muntu” (el nombre marca carácter). Seguramente los padres de Sibomana lo creían así y quisieron reflejar en él que “no son ellos quienes velan por mi vida sino Dios”. Porque la vida de Sibomana siempre estuvo en manos de la divinidad. Amenazado por los extremistas de ambas etnias, temido y odiado por los dirigentes rwandeses de cualquier color político, escapó varias veces a los atentados contra su vida y murió, cuatro años después de las matanzas de la primavera de 1994, después de encontrar familias para miles de huérfanos de guerra.

Un hombre difícil de manipular, austero, tímido, introvertido, de voz grave y de acceso difícil, Sibomana “parecía brusco en su primer acercamiento” (según Antonio Villarino) pero después producía una impresión de honda coherencia humanista y cristiana. Había nacido en 1954 en Muyunzwe, en la provincia de Gitarama. Tercer hijo de una familia campesina, alumno brillante desde pequeño, su padre le envió al Seminario Menor de Save (1968), y en 1974 fue admitido al Seminario Mayor de Nyakibanda. En 1980 fue ordenado sacerdote y nombrado coadjutor en la catedral de Kabgayi. De 1982 a 1986 fue párroco de Muyunzwe, donde adquirió pronto la reputación de ser un hombre severo por no favorecer a nadie, ni siquiera a los familiares más directos. Seis años más tarde, Monseñor André Perraudin le mandó a Francia para estudiar periodismo en el Instituto Católico de Lyon. A su vuelta a Rwanda fue nombrado redactor jefe del periódico eclesiástico, Kinyamateka (1988). Y allí empezó su lucha por los derechos humanos que le enemistará con el presidente Juvénal Habyarimana y, por supuesto, con el actual presidente Paul Kagame. Pero nunca dejó de defender, desde sus columnas, una política de reconciliación activa, incluso durante y después de las matanzas de miles y miles de rwandeses.

En 1991 creó la “Asociación ruandesa para la defensa de la persona y de las libertades públicas” (ADL). Aunque las amenazas de muerte contra él era un secreto a voces en Rwanda, Sibomana rechazó tanto el silencio como el exilio. Él mismo escribió: “Se que estoy en peligro, pero no tengo derecho a marcharme. Habría podido exiliarme diez, veinte veces...Mi lugar está en medio de los míos. Nunca he cuestionado mi fe, nunca he dudado. Pero he descubierto en medio de la sangre y las lágrimas que el camino de la verdad no es necesariamente un camino feliz. No es Dios quien me plantea problemas, sino el hombre. Busco cómo encontrar al buen camino, cómo conseguirlo y cómo arrastrar hacia él a otros hombres”.

Durante las matanzas de primavera de1994 se refugió en su pueblo natal, y allí fue salvado por un miliciano que le reconoció y le facilitó la huida. Su hermana pequeña se refugió en Congo, como muchos rwandeses. Después de la guerra, una de sus dos hermanas mayores fue detenida acusada de haber tomado parte en las matanzas, pero luego fue liberada sin explicaciones. Su único hermano murió en 1995.

A la muerte de su obispo, Monseñor Nsengiyumva, en manos de los militares del FPR, Sibomana fue nombrado administrador apostólico de la diócesis de Kabgayi. El 9 de diciembre de 1994 recibió el Premio Reporteros Sin Fronteras por defender la libertad de información y los derechos humanos. En 1995 la revista “Mundo Negro” le concedió el Premio a la Fraternidad por sus esfuerzos en mantener vivo el sentido de la fraternidad humana por encima de las divisiones étnicas y rencores. Se opuso tanto a la amnistía como a la acusación generalizada. Pero reconocía que "incluso los condenados a muerte deben ser tratados como personas". Por eso buscó fondos para ampliar la cárcel de Gitarama donde había casi 7.000 presos y morían 160 personas al mes. Después de nombrar un equipo médico de 11 personas para atender a los presos, la mortalidad se redujo a cero. Se dio cuenta que muchos presos estaban detenidos por una simple denuncia calumniosa motivada por el odio, la envidia o el deseo de apropiarse de sus bienes. Descubrió lo que llamó “compraventa de órdenes de arresto” que consistía en que la autoridad competente firmaba una orden judicial de arresto en blanco y la vendía a alguien que la quería utilizar contra su vecino.

Puso en marcha un proyecto de reconstrucción de viviendas en el que debían colaborar hutu y tutsi. Según él, era "un proyecto que permitía restablecer, poco a poco, las relaciones y disminuir la tensión social". Atendió a los huérfanos de guerra, y consiguió que 17.000 de los 20.000 fueran adoptados en cuatro años por alguna familia.

En julio de 1995 fue acusado por la revista francesa, “Golias”, de haber participado en las matanzas y de ayudar a los genocidas. Su principal acusador era Gaspar Gasasira, un antiguo periodista que años antes Sibomana había despedido de Kinyamateka “por no tener principio ético en su trabajo informativo”. En una entrevista en “Actualité Religieuse” (15 septiembre de 1996) André Sibomana acusó a Golias de unirse ciegamente a lo que llamaba ideología extremista tutsi: "esta revista no persigue más que una sola meta: desacreditar, cueste lo cueste, a los hombres de la Iglesia". Ciertamente, Golias comenzó a lanzar sus ataques contra Sibomana cuando fue nombrado administrador apostólico de Kabgayi y se veía la posibilidad de ser nombrado obispo. A su defensa salieron la Unión Católica International de Prensa (UCIP) y Reporteros Sin Fronteras (RSF). El mismo relator especial de la Comisión de la ONU para los derechos humanos, René Degni-Segui reconoció que Sibomana "salvó numerosas vidas humanas, y a veces poniendo en peligro su propia vida. Sería condenable e injusto que este sacerdote, hombre de fe y de ley, humanista convencido y militante de los derechos humanos, fuera, después del genocidio contra el que luchó, objeto de mentiras y de amenazas". Pero Sibomana ya estaba avisado por los extremistas. Murió el 9 de marzo de 1998, después de una larga enfermedad, en la casa parroquial en Kabgayi, sin que haya alguien que haya podido aportar las pruebas respecto a las acusaciones de Golias. Tenía 44 años. Había querido viajar a Europa para su tratamiento, pero el gobierno rwandés le negó el pasaporte durante muchos meses, y cuando se lo dio ya estaba en situación crítica. Él mismo rechazó el pasaporte con estas palabras:



“En calidad de defensor de los derechos humanos, declaro que solicité hace tiempo la devolución del pasaporte, pero el Estado ruandés no tuvo en cuenta mis derechos. Arrojarme un pasaporte cuando estoy en la fase terminal de una enfermedad es como 'encubrir' otras injusticias que se mantienen en silencio. Rechazo este pasaporte, así como la complicidad en la violación de los derechos humanos de mis conciudadanos. Este rechazo pretende ser una valiente reivindicación de la necesidad de que afloren las situaciones de injusticia. Mi enfermedad me es familiar desde que me golpeó por primera vez en 1976. Los cuidados médicos disponibles en Ruanda no han sido suficientes y su virulencia actual es devastadora. Si pasa, tanto mejor. Si, en cambio, acaba conmigo será una deuda que deberán saldar quienes me han negado mis derechos fundamentales”.



Unos días después falleció, dejando huellas en la gente de buena voluntad. Si bien iba a morir tarde o temprano como nos pasará a todos, no cabe duda de que el gobierno ruandés adelantó su muerte.

viernes, 4 de febrero de 2011

Patrice Émery Lumumba (2 junio 1925 - Katanga, 17 enero 1961)


Primer Ministro congoleño durante a penas unos meses (entre junio y septiembre 1960), Patrice Lumumba fue atrapado entre un rey belga paternalista y un presidente congoleño con voz infantil. Por supuesto que no hay que olvidar el joven Mobutu al acecho, que ya sabía que su rival no era el presidente Kasa-Vubu sino la dimensión política del africanista Lumumba. Cuando improvisó su discurso anticolonialista el día de la independencia congoleña en presencia del rey Baudoin, Lumumba se convirtió en un enemigo político a eliminar y un héroe nacional a recordar.

Mal estudiante en su infancia, autodidacta en su juventud, Lumumba adquirió conocimientos inesperados y supo decir lo que había que decir en un momento concreto de la historia africana. Delante del mismismo rey belga, a Lumumba no le tembló la voz para criticar la colonización y alabar la actitud heroica de aquellos que lucharon para recuperar la libertad de su tierra. Recalcó que los negros habían sido tratados peor que los animales: “Hemos sufrido las ironías, los insultos, los golpes que debíamos recibir por la mañana, a mediodía y por la tarde porque éramos negros. ¿Quién olvidará que a un negro se le dirigía con un “Tú” mientras el “Usted” estaba reservado al blanco? Supimos que la ley no era la misma cuando se trataba de un negro o de un blanco. Supimos que en las ciudades habían casas maravillosas para los blancos y chozas para los negros”.

Aquella mañana del 30 de junio de 1960, cuando Lumumba terminó su discurso, la autoridad belga, la CIA norteamericana y el ejército dirigido por Mubutu empezaron a cavar su tumba. El rey Baudoin amenazó con regresar inmediatamente a Bruselas si Lumumba no pedía perdón por su discurso. Así las cosas, el día siguiente Lumumba tuvo que leer un discurso redactado por el Primer Ministro belga bajo mandato de Baudoin. Pero era demasiado tarde. Para los africanos, Lumumba ya era padre de la independencia; para los norteamericanos era un peligroso comunista; para los belgas era un enemigo a eliminar; para Mobutu era un hombre acabado. Para el ejército, dijo Mobutu, “Lumumba est un homme fini”.

Obligado a dimitir, más tarde fue desterrado a Katanga donde una multitud enfurecida acabó con su vida. Murió el joven Lumumba pero nació uno de los padres de la independencia africana. En 2002, el gobierno belga reconoció su responsabilidad en los acontecimientos que condujeron a la muerte de Lumumba pero no dijo nada sobre el hecho de que Bélgica aceptó firmar la independencia de Congo si éste heredaba la deuda externa de Bélgica, teniendo que devolver un préstamo que nunca había recibido. 50 años después de la muerte de Lumumba, muchos siguen cuestionando la real igualdad entre negros y blancos. Razones no faltan. Los reportajes de Intereconomía TV y las teorías del profesor Quintana mencionadas en una de las entradas anteriores siguen en la memoria de algunos. Desde luego predominan prejuicios que juicios.

sábado, 29 de enero de 2011

Juicio a los piratas somalíes


El atunero vasco “Alakrana” fue capturado por los piratas el 2 de octubre de 2009 y permaneció retenido durante 47 días frente a las costas de Somalia. Durante el asalto, Abdu y Hassan fueron capturados y traídos a España. Durante la negociación todo el mundo pensaba que estos 2 chicos iban a ser canjeados por la tripulación, pero no fue así. Los negociadores de los piratas en Londres se interesaron única y exclusivamente por el dinero. Yo creo que en el banquillo de los acusados faltan gente.

Será pura hipocresía si el fallo no nos aclara: el nombre del bufete de abogados de Londres que negoció en nombre de unos somalíes iletrados, cómo esos abogados contactaron con los piratas para negociar con ellos y en qué banco se ingresó el dinero pagado por el gobierno español, y cuánto fue. No me preocupa si esos chicos son condenados a cadena perpetua porque nacer en Somalia es nacer condenado. Hagan lo que hagan los somalíes, siempre estarán mejor que no hacer nada. Sus aguas son la disputa de otros tipos de piratas que buscan el atún gratis; su estado ha sido desmantelado con el visto bueno de la ONU y de la “policía internacional”. Si no fuera por los piratas, difícilmente Somalia saldría en los medios de comunicación. Éstos dicen que Somalia es “un país fantasma”. En un país donde no hay reglas de juego todo está permitido. En un estado de derecho, los ciudadanos tienen derecho a saber toda la verdad. Espero que la justicia no sea hipócrita.

martes, 25 de enero de 2011

El profesor Guillermo Quintana

Seguramente nadie se acuerda de sus investigaciones que saltaron a los medios de comunicación en aquel enero de 1997. Hace poco tropecé con recortes de periódicos que guardo sobre el libro de este catedrático. Incluso tengo una grabación de una entrevista que Radio Nacional le hizo. Yo creo que sus aportaciones científicas no deben caer en el olvido porque la guerra de mañana se preparó ayer. La memoria hace que evitemos repetir pasos erróneos que otros dieron con firmeza.

Guillermo Quintana, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, publicó un manual para sus alumnos que se llamaba “La psicología de la personalidad y sus trastornos”. Las noticias de entonces afirmaban que el libro de Quintana caracteriza a los negros como "primitivos en su mentalidad y en sus costumbres, inferiores a los blancos en el ejercicio de las funciones psíquicas de análisis, reflexión, razonamiento, voluntad, toma de decisiones, autodominio...". También les atribuía "hiperemotividad infantiloide, inestabilidad emocional, desequilibrio, miedo, apocamiento, cobardía, debilidad anímica..." (El País del 27.01.1998).

Los de "raza amarilla" son, según Quintana, "lentos, torpes, carentes de imaginación e invención, pero hábiles para la asimilación, la imitación, la repetición y la falsificación". De los blancos destaca "su inteligencia superior, su tendencia o facilidad para las actividades del pensamiento". De todas formas las mujeres tampoco se quedan bien paradas porque Quintana las ve como conformistas, pasivas, débiles, inestables, coquetas y refinadas en el rencor, además de aficionadas a las tareas de la casa y a los concursos de belleza. Este libro editado por una editorial religiosa (Central Catequista Salesiana) fue retirado. Quintana fue sancionado por falta grave. Tenía 64 años y había visto la luz que nunca debió ver en su tierra leonesa.

domingo, 23 de enero de 2011

Algunos marroquíes no quieren a los negros

Algunos marroquíes no quieren a los negros, ni se sienten africanos. Ellos se consideran árabes, descendientes de aquellos que promovieron y ejecutaron la Trata de negros, aunque más tarde se apuntaron los europeos y se quedaron con la etiqueta esclavista. En realidad los árabes llegaron antes a las aldeas negroafricanas, y como buenos comerciantes que eran, empezaron a traficar con la carne humana. Vendían los negros a los europeos, y éstos los vendían a los colonos en el Nuevo Mundo. Cuando los europeos vieron que el precio de la materia negra era muy elevado, decidieron montar sus propias redes para seguir con el tráfico de negros que, para ellos, no eran seres humanos. De esto hace tan sólo un siglo (http://mividaenmarcha.blogspot.com/2008/11/un-poco-de-historia-sobre-frica.html).

Actualmente, muchos negroafricanos que cruzan el Estrecho en cayucos dicen que la policía marroquíe es racista para con los negros, aunque son los marroquíes quienes tachan de racista a la policía española. El 23 de agosto de 2010, el periódico La Razón publicaba que “el 40% de los subsaharianos sufre la brutalidad policial de Maruecos” (p. 23). “La mayoría ha presenciado cómo los grupos organizados quemaban sus pertenencias, ordenaban secuestros y protagonizaban agresiones. Las mujeres son las más vulnerables y las más codiciadas”. Un negro musulmán me decía que la fraternidad entre negros y árabes no existe, a pesar de compartir las mismas creencias. Más bien los negros musulmanes son de segunda categoría. Le contesté que dentro de los curas católicos pasan lo mismo: los curas negros están siempre bajo sospecha, lo que provoca que muchos de ellos acaben colgando los hábitos (http://mividaenmarcha.blogspot.com/2009/12/sida-y-reportajes-de-intereconomiatv.html o ver el video en http://www.youtube.com/watch?v=xvx4sjQspnM). Nunca he entendido cómo se casan fe y racismo, a no ser que estemos ante una mentira global. Por eso prefiero la fe de mis antepasados que exalta la armonía de todos los seres vivos: seres humanos, animales, plantas, piedra, agua, aire,… todos estamos unidos por la fuerza vital. Sigo sin saber porqué el judaísmo, el cristianismo y el islam nacieron en la misma zona geográfica, y cada uno de los tres se apropia la puerta que da acceso a la vida eterna. De modo que hinduistas, budistas y tradicionalistas están equivocados. Si es así, ¡el infierno debe estar lleno de buena gente!

jueves, 20 de enero de 2011

Centro de internamiento de extranjeros de Aluche

En la entrada anterior hablaba del acoso policial de los extranjeros (preferentemente negros) en Madrid. Hablaba del Centro de Internamiento de Extranjero (CIE), que según su definición oficial, es un espacio no penitenciario cuya función instrumental es la de facilitar la expulsión de las personas extranjeras en situación irregular, privándolas de libertad durante un periodo máximo de 60 días. Las personas que están allí no han cometido delito alguno pero son tratados peor que los terroristas.

Tengo que decir que me satisface enormemente que un juez se haya pronunciado sobre el centro de detención de ilegales del que muchas ONGs dicen que funciona ilegalmente. En efecto, la Cadena SER Madrid acaba de informar que “La Justicia ha dado la razón a las ONG que trabajan con los extranjeros internados en el Centro de Aluche y ordena a la dirección de ese centro que facilite a partir de ahora las visitas de los representantes de estas organizaciones a los inmigrantes” (http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/juez-ordena-centro-internamiento-extranjeros-aluche-facilite-visitas-ong/csrcsrpor/20110119csrcsrsoc_4/Tes).

Según la Cadena SER, “en el auto judicial al que ha tenido acceso la Cadena SER, el juez de instrucción número 6 de Madrid asegura que en las tres visitas que ha realizado a ese centro ha podido apreciar la dificultad tanto de las ONG como de los internos para poder ponerse en contacto entre ellos”. La SER sigue afirmando que “según el relato del juez, en sus inspecciones ha confirmado que las visitas de estas organizaciones sólo se pueden efectuar por la tarde y a un solo interno; que tienen que guardar largas colas; y esperar, son palabras textuales, en espacios realmente indignos. Situación que, dice el juez, también afecta a familiares y amigos. En el mismo auto se cuestiona la instalación de unas mamparas en la sala de visitas que confieren al lugar una característica de "locutorio carcelario" con el que se somete a un régimen generalizado de sospecha al visitante y al interno. El juez concluye ordenando al director de este centro de internamiento de Madrid que habilite horario de mañana y tarde para que las ONG puedan visitar y asistir a los internos y que haga lo posible para que no tengan que esperar colas ni haya duración máxima para cada visita. Además, el juez pide que se retiren los cristales de la sala de visitas”.

Me uno a ONGs como Pueblos Unidos, SOS Racismo Madrid y Ferrocarril Clandestino para celebrar esta buena noticia. Pido, igual que los vecinos del Barrio de Aluche, el cierre de este centro carcelario (http://www.avaluche.com/spip.php?article488).

jueves, 13 de enero de 2011

Control policial de inmigrantes en Madrid

Es un secreto a voces que la policía nacional está realizando muchos controles de inmigrantes en Madrid, con el objetivo de detener a todo aquel que no tenga papeles. He hablado con varias personas: algunos me comentan que los controles son aleatorios; otros me aseguran que “van por ellos”. Algunos dicen que los controles no distinguen entre españoles y extranjeros (aunque el objetivo sea la detención de inmigrantes ilegales), pero otros juran y perjuran que en esta caza al inmigrante, el negro es el blanco perfecto (perdonad la ironía). De hecho, el centro de detención de los ilegales de Aluche está lleno de subsaharianos. Un voluntario que da clase de español a los sin papeles me comentó que un alumno suyo fue detenido en el Metro Madrid por un policía que iba de paisanos. Al parecer la detención de un ilegal proporciona buenos incentivos, como aquellos de las multas de tráfico: cuanto más ilegales detenga, más cobra. Así, los responsables políticos utilizan los cuerpos de seguridad que en lugar de proteger y socorrer, se preocupan por fichar y cobrar incentivos (conozco antiguos compañeros de trabajo que opositaron e ingresaron en el cuerpo y no les creo capaz de detener un inmigrante por el simple hecho de no tener papeles, a no ser que estén obedeciendo órdenes superiores).

Es curioso que sea un gobierno socialista el que fomente la detención de ilegales. He oído por radios (Ser Madrid) denuncias de este tipo. He oído uno de los policías que custodian el centro de detención de Aluche diciendo que no tenían medios adecuados para gestionar adecuadamente un centro que no es ni cárcel ni centro de día, que allí conviven gente de muchas nacionalidades que no tienen más delitos que no tener residencia legal en España. De modo que ZP ha hecho el giro también en esto de la inmigración: pasó de la regularización masiva a la detención masiva. Estoy seguro que no lo hace ZP sino sus delegados que, queriendo conseguir votos electorales, aparcan la caridad humana. Pero acaban consiguiendo lo contrario: que la izquierda se sienta decepcionada. En cualquier caso, me quedo con las imágenes de la Guardia Civil arriesgando su vida por salvar a los ilegales en el Estrecho. Un Guardia Civil que se quita su uniforme para calentar a una mujer embarazada a punto de congelarse. Ejemplos de este tipo los vemos, con frecuencia, en el Telediario. Lástima que no cobren incentivos por salvar “vidas ilegales”. Por eso tenemos que alabar estos actos heroicos sin olvidar denunciar todo lo que suene a acoso policial, aunque sea legal. La ley que no es humana se expone a la objeción de conciencia, ¿no?
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http://www.diagonalperiodico.net/Acoso-policial-contra-los.html
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domingo, 9 de enero de 2011

Reflexiones para el compañero Zapatero

Cuando ZP declaró en la cámara baja que iba a llevar a cabo las reformas económicas, le costara lo que le costara, no se estaba dirigiendo a la oposición sino a su electorado. Y así se entendió. A partir de ese momento, los pasos hacia el divorcio entre ZP y sus simpatizantes se intensificaron, tanto que hoy su electorado no sería movilizado por su discurso sino por las actuaciones de Rajoy. Es decir que sólo el rechazo a las políticas del Partido Popular puede movilizar el electorado socialista. Pero esperar este milagro es un poco ingenuo, más que nada porque Rajoy no se caracteriza por rabiar al adversario. De hecho, antes de que sus estrategas le aconsejaran –acertadamente- permanecer en la tumbona a la espera del suicidio social de ZP, Rajoy ya era ambiguo en sus posturas. El único titular que da es que no hay titular. Recordamos su moda de grabar en un video casero sus mensajes y distribuirlos a las agencias de noticias. Si alguna vez ofrece una rueda de prensa, no admite preguntas de los periodistas. Ha asumido la postura real: no implicarse en los asuntos de actualidad le ahorra disgustos. Lo más llamativo es que sus adversarios políticos, sabiéndolo, no sean capaces de elaborar una estrategia que le obligue a levantarse de la tumbona y mojarse en las aguas turbias que se expanden por el territorio nacional.

El fracaso actual de los estrategas del PSOE merece un monumento. Se dan cuenta que van perdiendo los votos pero no diseñan ningún plan. Quitan del gobierno a la vicepresidenta, la única que seguían gozando de la simpatía de los militantes, pero sólo consiguen atraer la atención durante un día. Eliminan a los ministerios de la igualdad y de la vivienda, los únicos que conservaban su carácter social y no gastaban mucho dinero. Hacen un guiño a la izquierda con el nombramiento de Rosa Aguilar con un discurso ya agotado. Estimulan las especulaciones sobre la sucesión de ZP para ahorrarle el desgaste, pero Rajoy responde que le da igual quien suceda a ZP porque la política del PSOE es económicamente liberal, por tanto, anti-social. ZP se arropa de ministros que, aunque puedan ser buenos gestores, sus discursos en los meeting son como las homilías de muchos curas: puro trámite. Apremia a los “perdedores”: Trinidad que perdió frente a Gallardón y frente a Gómez; Pajín que no pudo con las agrupaciones socialistas; Miguel Sebastián que fue arrasado por Gallardón; o Aguilar que abandonó la alcaldía de Córdoba sin justificarse ante su electorado. En fin, el único ministro que sigue teniendo un discurso creíble para los suyos es Blanco. El resto, ni con sus excesos gestuales son capaces de llamar la atención en un auditorio. Seguro que son buenos gestores. Pero no son buenos oradores públicos. Rubalcaba (con quien discrepo sobre su política de identificación policial y masiva de los pobres inmigrantes [pobres en ambos sentidos] y no entiendo porqué demonios tiene que hacer una política inmigratoria propia de un partido conservador. ¿Es que no se da cuenta que ha conseguido meter miedo a los ilegales con sus controles policiales que, a veces, tienen un sello racial-negro en Madrid?) es un buen orador parlamentario pero en un meeting no moviliza al público como Blanco. En los pocos actos electorales en que participó en Catalunya lo atestiguan.

El Partido Popular sabe que España está esperando un salvador y que ese salvador difícilmente puede surgir de las filas del PSOE. Es cierto que Rajoy no entusiasma mucho pero tampoco molesta a nadie. Sólo provoca perplejidad: su liderazgo se alimenta del suicidio de ZP. Los pocos adversarios que tiene están dentro de su partido: Aguirre, Cascos y simpatizantes del aznarismo. Sabe que el PSOE no tiene líder. Sabe que Pajín no pudo organizar las agrupaciones socialistas. Sabe que Iglesias puede enfriar los ánimos pero no puede entusiasmar a los militantes que se sienten traicionados por la actual política anti-social. Los cargos electos contemplan perplejos cómo peligran sus puestos. Si hay menos diputados y senadores socialistas, si el PSOE pierde alcaldías, no será por los militantes. Los responsables son diputados, senadores, concejales y cargos del partido que no hacen nada para optimizar los recursos de los militantes que aún creen que el Partido (no este gobierno) puede ganar las próximas elecciones. Nadie duda que Alfonso Guerra y Pepe Blanco entendían a sus militantes y los inyectaban una dosis de entusiasmo electoral. Pero ya no están en sus puestos. El discurso de Alfonso suena a tiempos de antaño; la dialéctica de Blanco es ministerial; las declaraciones de Felipe González son a destiempo; y ZP no tiene discurso ante los compañeros que le miran y le preguntan porqué ha cambiado tanto, por desgracia del partido.

viernes, 7 de enero de 2011

El mito de Sísifo (según Albert Camus)

Albert Camus comienza su libro (El mito de Sísifo) afirmando acertadamente que “juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía”. Casi siempre que solicito una impresión personal acerca de esta afirmación, quienes se encuentran en mi círculo de relaciones reaccionan con rechazo diciendo que no están de acuerdo porque la vida es maravillosa y siempre merece ser vivida. Cuando profundizamos más en nuestra conversación vemos que en ningún momento ellos se han interrogado serenamente sobre el sentido de la vida. Les recuerdo la posibilidad y la crudeza de la muerte.

Coincidimos con la sabiduría popular que dice que los muertos descansan en paz. Aceptamos que el mero hecho de contemplar la posibilidad de la muerte como un descanso eterno redimensiona el sentido de la vida (el que asiste serenamente al moribundo le cierra los ojos mientras susurra el “descanse en paz”). La muerte, o sea, el descansar en paz se convierte en un deseo, una oración, un consuelo. Pero no deja de ser frustrante que no podamos oír y agradecer los mejores deseos de nuestros seres queridos. Cuando los vivos sueltan el “descanse en paz” se rebelan, consciente o inconscientemente, contra la vida terrenal y ponen toda su esperanza en la muerte. Tal vez por eso los cristianos profesan que la muerte es redentora. Posiblemente sea la mejor forma que tenemos para reconocer la fragilidad de esta vida caduca

http://www.arretetonchar.fr/albert-camus-le-mythe-de-sisyphe-andr%C3%A9-comte-sponville/