Llevo varios días leyendo y escuchando en los medios de comunicación que los mercados necesitan recortes socio-económicos para que se calmen y no hundan el presente de Grecia, Irlanda, Portugal, España, Italia o Bélgica en la miseria. Nadie ha sido capaz de decirnos “qué es eso de los mercados”, que en realidad no son más que simples inversores, versus empresarios, versus especuladores a la caza del euro más fresco.
En un continente supuestamente transparente, seguimos sin saber quiénes están detrás de las agencias de calificación que siguen tumbando economías occidentales. Seguimos sin saber quiénes controlan las grandes inversiones y quiénes compran las deudas de los países más pobres de Occidente. Ahora dicen que Grecia va a abandonar la moneda única. No me extrañaría.
El euro no nos ha traído más que empobrecimiento. Con el euro, los espabilados aprovecharon para subir los precios de los productos básicos, confundiendo 8.000 pesetas con 80 euros. Los tasadores de hipotecas exageraron la bondad de los edificios. Los jueces siguieron invirtiendo su tiempo en localizar, detener y castigar a los camellos. Los ladrones de guante blanco siguieron tomando el sol en las playas más paradisíacos. No entiendo porqué la policía, el poder judicial o la fiscalía no dedican más tiempo en localizar y destruir los paraísos fiscales y las guaridas de los especuladores. ¿La transparencia occidental? No, gracias. Todo está al servicio de algunos intereses ocultos.
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