domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Cómo dinamitar la clase media española?

MANIOBRA DE DISTRACCIÓN
Según la doctrina del shock, para que una sociedad funcione económicamente debe haber solamente dos clases sociales. Dicho de otra forma, la clase media española debe desaparecer. Así de simple es la doctrina que impera en los círculos económicos más influyentes en las sociedades occidentales. Sus voceros van de tertulianos en los distintos medios de comunicación (bien pagados por sus amos) para defender que un servicio gestionado por un funcionario se acaba arruinando y que la clase política sobra en España. Hay quienes les creen. Un compañero (de formación económica) me decía que la clase política sobra.  Pero cuando le preguntaba por quién debe mandarnos (porque alguien tiene que mandar), se aferraba al argumentario de que los políticos son corruptos y no me contestaba. Hablo de una persona que tiene dos licenciaturas universitarias.
 
El mensaje de la doctrina del shock, maravillosamente analizado por la periodista Naomi Klein en su libro La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre (2007), deja claro que el estado del bienestar no es más que parte de los restos del socialismo romántico en capa caída.
 
 
Naomi Klein habla del “capitalismo del desastre”, una teoría económica desarrollada en la Escuela de Chicago bajo el economista Milton Fredman. Sus ideas fueron asumidas y ejecutadas en varios países como el Chile de Pinochet, la Argentina de Videla, el Reino Unido de Margaret Thatcher, los Estados Unidos de Ronald Reagan, la Rusia de Yeltsin o la Irak post-Sadam Hussein.
 
La doctrina del shock necesita un desastre (da igual que el desastre sea natural como el huracán katrina,  provocado como la guerra de Irak o irreal como el exagerado terrorismo internacional y sus armas químicas). Thatcher llevó a su país a la llamada guerra de las Malvinas por defender un islote que, en realidad no le preocupaba lo más mínimo (es como si Aznar nos hubiera convocado para defender el islote del Perejil). Ganada la guerra, “la dama de hierro” alcanzó una popularidad que le permitió actuar con absoluta libertad a la hora de vender todo lo público susceptible de ser vendido.
 
Pero, ¿cómo hacer desaparecer la clase media en una España en la que la clase media era la más amplia? Dinamitando el estado de bienestar: provocar un gran número de desempleados que dependan subsidiariamente del estado o de la caridad de Caritas y Cruz Roja; excluir gran parte del pueblo de los beneficios del estado de bienestar y privatizar la mayoría de los servicios públicos. Creo que nos suena a todos las tres actuaciones del gobierno de Rajoy que seguiré desarrollando en las siguientes entradas:
 
-privatizar los servicios públicos como la educación y la sanidad;
-limitar el acceso a ciertos servicios estatales como la justicia;
-retirar cualquier tipo de ayuda o becas para los más necesitados.
 
Frente a estas actuaciones encaminadas a dinamitar la clase media española sólo cabe una actitud: elaborar bien un relato de los hechos y desmontar las mentiras de nuestros actuales dirigentes. Los maestros madrileños no lo consiguieron; los trabajadores sanitarios parecen conseguirlo. En cambio, jueces y fiscales han caído en su propia trampa: según se ha sabido, pidieron al ministro Gallardón imponer tasas judiciales a los ciudadanos para financiar sus planes de jubilación; el ministro les hizo caso pero aprovechó para quitarles algunos beneficios que ya chirriaban para una casta con los sueldos más elevados del estado. Y ahora pretenden manifestarse con la excusa de que defienden nuestro bienestar. Lamentable. Yo me quedo con los maestros y el personal sanitario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente reflexión