domingo, 3 de agosto de 2008

Lección de amistad


La amistad es como el aire que respiramos: da vida cuando existe, asfixia cuando escasea y mata cuando desaparece. Es libre, fiel, dulce, frágil y escaso como el aire. No tiene calificativos, no necesita de glosas ni de alabanzas. Es el patrimonio exclusivo de los amigos. No es comprensible si no está encarnada, y cuando lo está, los espectadores no saben ni pueden apreciar sus bailes cariñosamente emergentes en dos corazones que se unen por arte de magia.

La amistad es espontánea como el aire que respiramos. Cuando se le canaliza, ahoga a sus dueños sin quererlo. A veces sorprende con sus delicados detalles. Al unir a dos personas, a menudo se permite guiar sus sentimientos, muy a pesar de sus buenas intenciones. Sorprende para probar su esencia, sorprende para cuestionar su fortaleza, sorprende para enamorar. Se bloquea cuando los amigos optan por el olvido de sus desconciertos, o cuando huyen de su espejo, o cuando simplemente no se sienten capaces de superar algún que otro tropiezo inherente a la debilidad humana.

El camino de la amistad no es ni vertical ni horizontal. Es una cadena de escalones que hay que subir sin trampas ni prisas. Cada escalón tiene su función. Si no está integrado en el conjunto, rompe la armonía y al final provoca el derrumbe de toda la infraestructura.

La amistad es finita. Deseamos prolongarla en el tiempo como el aire que respiramos, pero su decaimiento resulta inevitable. Es que la amistad no está por encima del tiempo ni al margen del espacio. Por eso necesita una atención especial, sobre todo cuando se enfrenta a una lejanía espacio-temporal.

La amistad es como una joya sin precio pero amenazada por los compradores, los ladrones y los envidiosos. Todo descuido suele ser una auténtica amenaza a su pervivencia. Aunque tiene muchos pretendientes, no se vende ni se compra. Es un regalo de los dioses. Pretender forzar una amistad es como plantar un árbol sin raíces profundas en el desierto: al poco tiempo se seca.

El templo de la amistad son dos corazones que se descubren hermanados, hacen voto de fidelidad y vigilan la puerta de entrada con vigor. No todo el mundo merece asomarse a su templo, y mucho menos pretender profanarlo. Los enemigos de la amistad son abundantes. Por eso hay que protegerla. Los objetos de valor se guardan en la caja fuerte, se los visita todos los días, y si es necesario, se contrata guardias de seguridad para garantizar su integridad. Así es como ha de ser preservada la amistad.

Ninguna amistad se parece a la otra, ningún amigo es comparable a los demás. La amistad es irrepetible. Es un cuaderno con hojas blancas en las que los amigos van escribiendo sus historias, hasta llegar a sintetizarlas en la portada. Cada secreto, cada ilusión, cada pensamiento, cada suspiro, cada mirada, cada abrazo, cada acaricia, todo lo que los amigos hacen acaban afectando la esencia de su amistad.

La única lección de la amistad llega cuando dos amigos superan las primeras barreras. Del paraíso pasan al mundo real, donde el cuerpo cuenta tanto como el espíritu, donde la existencia consiste en un sinfín de fracasos y de éxitos, y sobre todo de autosuperación, integración y reconciliación. Los amigos lo son a pesar de las trampas de sus cuerpos, siguen jugando a pesar de los goles encajados por sorpresa, y aquello que parecía ser el final de un bonito paseo se convierte, a cada paso que dan, en el principio de una travesía en un océano llamado Amistad.

martes, 29 de julio de 2008

Barack Hussein Obama Jr.

Se pasea por las plazas públicas de varios países como si en sus manos estuviera la esperanza que todos necesitamos. Se analiza su discurso para ver si hay mensajes ocultos para los suyos. Se habla de su llegada al escenario político como un suceso que se produce de vez en cuando en muchas décadas. Se augura su final como la de un héroe que muere acribillado por un seguidor suyo que siente que el Mesías tiene que morir para que la salvación alcance toda la humanidad.

En Barak Obama, el bendecido por la divinidad según su nombre, echan raíces los dos colores de la humanidad que la historia ha estado separando durante mucho tiempo: el color negro y el color blanco. De padre africano intelectualmente brillante pero familiarmente desastroso, y de madre blanca que por amor es capaz de casarse tanto como un kenyano como con un indonesiano, Obama no nació de una familia casta ni tuvo una infancia familiar envidiable. Pero de una situación familiar que le podría haber lanzado a la marginación social aprendió a forjarse a sí mismo, aprovechando las pocas oportunidades que le brindaba la sociedad norteamericana, hasta convertirse en uno de los candidatos a la residencia norteamericana más carismático y más querido como el Kennedy de los años sesenta.

sábado, 19 de julio de 2008

La crisis de alimentos en África

En muchos países del África Negra los bancos de alimentos están vacíos. Las tiendas no tienen alimentos básicos como patatas, arroz, maíz, habichuelas o sorgo. Todo empezó cuando la administración norteamericana tuvo el plan maquiavélico de implantar el cultivo de las plantas transgénicas en África. Modificaron las semillas de arroz y de maíz para que crezcan incluso en las condiciones más adversas de la climatología africana. En el primer año convencieron a muchos gobiernos africanos de la bondad de estas semillas, y se las reglaron. Como muchos agricultores conservaron sus semillas, el plan norteamericano se prolongó por dos años más, hasta que las semillas autóctonas desaparecieron. Fue entonces dejaron de regalar las semillas, impusieron un precio alto y controlaron el cultivo de casi todo un continente: los campesinos cultivan cuándo y dónde dice el gobierno, con el visto bueno norteamericano. Y como era de esperar, el alimento se ha convertido en un elemento de presión y de control sobre los gobiernos locales. Pero como en todos los planes hay factores no controlables en los laboratorios ideológicos y estratégicos, el caos sembrado por la falta de alimento favorece el resurgimiento de guerrillas y el levantamiento del pueblo hambriento contra los gobiernos bendecidos por la administración norteamericana. En varios países africanos la protesta del pueblo mangoneado por sus dirigentes se está haciendo, cada vez con más violencia. La esperanza está depositada en el otoño que viene: si el pueblo no siembra lo que necesita, muchos dirigentes africanos se tendrán que ver con sus gentes y, por supuesto, la inmigración será un mal menor que los pueblos occidentales tendrán que soportar. O comemos todos, o morimos todos.

domingo, 13 de julio de 2008

Dios muere con la insensibilidad europea


Hace un par de semanas vimos cómo los ciudadanos de la católica Italia perseguían a los inmigrantes, quemaban sus pertenencias y detenían a cuántos podían. Que yo sepa, sólo el gobierno español protestó por esa violación de los derechos humanos. Los católicos, incluidos su jefe, no abrieron la boca. Supongo que estarían estudiando cómo perseguir a los homosexuales o a los rojos.

No es la primera vez que los católicos se esconden ante situaciones que reclaman su compromiso social o caritativo. Proclaman el amor al próximo como mensaje principal de su fundador pero en la práctica viven en el individualismo exagerado. A mi modo de ver, muchos de ellos son hipócritas. El mensaje de su fundador es humanista, pero sus actos son anti-humanos. Ciertamente, como escribió Gallot, un obispo francés que se declaró homosexual, el Dios que no sirve no sirve para nada.

sábado, 5 de julio de 2008

Inmigrantes

Hace un par de semanas el mundo entero fue testigo de la persecución de los inmigrantes en Sud África. Se los cazaba como se caza a los animales salvajes. Pocos se escandalizaron porque las mismas imágenes se habían contemplado en las fronteras de España con Marruecos, en la católica Italia o en los Estados Unidos de la libertad.

Alguien me dijo que lo que le extrañó de Sud África es que eran los mismos negros que perseguían a sus hermanos negros. Entendí que los blancos marroquíes o españoles pueden perseguir a los subsaharianos sin que nadie se escandalice, pero que jamás deben cazar a sus hermanos blancos. Lógico. Los medios de comunicación españoles no cesan de manipular la realidad de los inmigrantes para hacer ver que la amenaza no son los inmigrantes en sí, sino más bien los inmigrantes subsaharianos, aquellos que atraviesan El Estrecho para llegar al suelo europeo.

Pero la realidad es que el número más numeroso de los inmigrantes no son los subsaharianos, sino los latinoamericanos y europeos (peruanos, ecuatorianos, marroquíes y rumanos). Algún día alguien tendrá qué explicar porqué el racismo es su punto de partida para analizar el fenómeno de la inmigración.

sábado, 28 de junio de 2008

Los negros fueron (o ¿siguen?) esclavizados por los blancos

Los pueblos negroafricanos están marcados fundamentalmente por su encuentro con el hombre blanco a través de la trata de los negros, la colonización y el neocolonialismo.

Es cierto que la esclavitud y la servidumbre personal son instituciones conocidas universalmente y en casi todas las épocas. Pero el caso de que toda una raza negra fuera considerada como inferior a la raza blanca, se le condenaran a la esclavitud antropológica a través de su negación del ser, de los trabajos forzosos al servicio de los blancos, es un fenómeno especial. Es una herida que todavía sigue abierta en muchos pueblos africanos, y una humillación que condicionan su relación con las demás razas.

Los historiadores afirman que el número de negros comprados como maderas y llevados al continente americano para su explotación es espectacular. Desde el principio del siglo XVI hasta hace tan sólo 100 años, “entre diez y quince millones de africanos fueron sacados por la fuerza de África. A este tráfico occidental hay que añadir una cantidad semejante, o aún mayor, que los árabes sacaron por las costas orientales”(leer los libros de J. Cortés López). En América, la esclavitud de los indios fue rechazada por razones doctrinales, aunque ello no impedía su trabajo forzoso al servicio de los europeos. En cambio, la trata de los negros era legal, incluso a los ojos de los religiosos. De hecho, algunas congregaciones religiosas tuvieron esclavos negros. Incluso cuando en el siglo XIX, “los misioneros pasaron a ser los protagonistas de la lucha antiesclavitud, todavía permanecía en su subconsciente, la imagen de los “africanos subhumanos” que infectaba las relaciones euroafricanas como un virus” (Leer los estudios de J. Baur).

En la Conferencia de Berlín (1884-1885), los países europeos reunidos bajo pretextos humanitarios y antiesclavistas asentaron las bases “legales” para reemplazar la trata de negros por su colonización (leer los estudios de M. Unciti). Para justificar esta decisión político-económica, los políticos europeos se dotaron de una ideología propia basada en varios argumentos: “atraso moral del indígena, mala explotación de las tierras, derecho de protección al débil, deber de la civilización, derecho al libre comercio y circulación, etc. Una vez que se justificó la presencia se invocaron los títulos de ocupación que suelen resumirse en tres: cesión contractual, adquisición mediante guerra justa e interés superior por la paz.” (J. Cortés López). Según Baur, “a los ojos de la Europa colonizadora, los africanos eran salvajes a los que había que civilizar, hijos malditos de Cam a los que había que salvar, niños grandotes a los que había que educar. Para ellos no existía una cultura africana, sólo costumbres tribales; ni tampoco religión, sólo supersticiones estúpidas y cultos diabólicos. Nada le quedaba al africano de lo que pudiese sentirse orgulloso. Fue estigmatizado con un complejo de inferioridad. Ante sus amos europeos, la servidumbre era su mayor virtud”.

Las ambiciones colonizadoras europeas configuraron la sociedad africana sin tener en cuenta los límites que los propios africanos han establecido en sus territorios. Así, los europeos rompieron los moldes tradicionales y condujeron a África hacia la pérdida de su identidad antropológica. Las políticas colonialistas, tan alejadas de los verdaderos intereses de los africanos y de los intereses de sus culturas milenarias o seculares, están en la base de los conflictos étnicos que, de tiempo en tiempo, sacuden a las naciones africanas desde su acceso a la “independencia” (M. Unciti).

En sus últimos trabajos, el africanista español, Gerardo González Calvo, denuncia que “los pueblos de África vuelven a sufrir en sus carnes una nueva esclavitud, más sutil pero no por eso menos dramático, que la padecida entre los siglos XVI y XIX”. Según este Director de una de las revistas más prestigiosas sobre la información y la documentación africana, Mundo Negro, “se vuelve a caer en la trampa del ser superior, porque el blanco occidental se sigue presentando como el hombre eficaz y defensor a ultranza de la humanidad doliente. Para ello sigue apareciendo como modelo de referencia, como el rico que sale al encuentro del pobre para darle parte de su riqueza, aunque se trate sólo de unas migajas que no alteran ni el ritmo de vida, ni el inmoderado consumo que mueve la implacable rueda de la producción”. Pero la verdad es que los negroafricanos siguen estando excluidos de los cenáculos en los que se reparten los poderes y las riquezas de su continente (leelr los estudios de E. Mveng). Esta situación ha sido calificada por E. Mveng de “pobreza antropológica”. En efecto, “África es el único lugar donde la pobreza no constituye un fenómeno socioeconómico. Es la condición humana, en su raíz profunda, la que se ha visto tarada, traumatizada, empobrecida. La pobreza africana es una pobreza antropológica. Entre nosotros, la condición humana es una condición de precariedad, de endeblez. (...) Esta situación abarca al hombre, a todo hombre, a todos los hombres, a todos los niveles”.

En otro estudio, Mveng vuelve a insistir en esta idea: cuando el ser humano está privado no ya sólo de los bienes de orden material, espiritual, moral, intelectual, cultural o sociológica, sino de todo lo que constituye el fundamento de su ser en el mundo y de la especificidad de su “ipseidad” en cuanto individuo; cuando el ser humano está privado de su identidad, de su dignidad, de libertad, de su pensamiento, de su historia, de su lengua, de su universo de fe y de su creatividad profunda, de todos sus derechos, de sus esperanzas, de sus ambiciones, incluso de su manera de amar y de existir; cuando se ve privado de todo esto, cae en un tipo de pobreza que no tiene que ver sólo con los bienes exteriores o inferiores, sino con el ser, con la esencia, con la dignidad misma de la persona humana: esta pobreza es una pobreza antropológica. Se trata de una indigencia del ser heredada de siglos de esclavitud, de colonización y neocolonialismo, que ha excluido los pueblos negroafricanos de la historia y del mapa del mundo (Cfr. Cfr. MVENG, E., “Pauperización y liberación. Acercamiento teológico respecto a África y al Tercer Mundo”, en ROSINO GIBELLINI (ed), Itinerarios de la teología africana (Verbo Divino, Estella 2001) 227-242, p. 230).

En las condiciones actuales, el hombre negroafricano está despersonalizado: obligado a romper con las raíces históricas de su personalidad (trata de negros y colonización), a vivir aislado y abandonado (neocolonialismo y neocapitalismo), vive apresado por el complejo de inseguridad y de dependencia. Lo que busca es esencialmente la salvación, es decir, la integridad, la seguridad, la perennidad de la vida y de la liberación total y definitiva de las amenazas de la muerte. Por eso, en contextos negroafricanos, “la misión de la religión es liberarnos del reinado de la inseguridad, de la incertidumbre, de la inquietud, o sea, proporcionarnos la seguridad, la certeza y la paz” (E. Mveng).

sábado, 21 de junio de 2008

Análisis de la canción Là-bas

1. La vida del autor

La madre de Jean-Jacques Goldman, Ruth Ambrunn, nació en Munich (Alemania); su padre, Alter Mojze Goldman, nació en Lublin (Polonia). Ambos fueron héroes de la resistencia en la segunda guerra mundial. Tuvieron cuatro hijos. Uno de los cuatro, Pierre Goldman, murió asesinado por su militancia en la extrema izquierda.

2. Mensaje principal

Cuando los sueños se hacen cortos, el cambio deja de ser una opción; empiezas a soñar con un mundo diferente, y aunque nadie quiere verte marchar, acabas inmigrando para no morir frustrado. Là-bas, una de las mejores letras escritas sobre la inmigración, nos coloca ante el drama de la inmigración. Un inmigrante no puede elegir entre ser o no ser; no puede elegir entre morir o vivir; no puede optar entre ser de aquí o ser de allá; un inmigrante no tiene opción. Sólo es consciente de que la vida merece ser vivida. Incluso acepta morir viviendo.

3. Cuando los sueños se hacen cortos

El camino de los inmigrantes empieza cuando los sueños se hacen cortos (“ici, nos rêves sont étroits”); cuando lo habitual se hace agobiante; cuando los interrogantes se hacen cada vez más con desesperación y enfrentarse al futuro se hace urgente, entonces inmigrar se convierte en el objetivo más importante de la vida.

4. Empiezas a soñar con un mundo diferente

El inmigrante es un aventurero en el mejor de los sentidos; es un auténtico soñador que abandona su hogar sin la esperanza de una tierra nueva. Hay quienes creen que ser inmigrante es tener ganas de fastidiar al próximo, quitar trabajo a los nativos, destruir sus buenas costumbres y dormir a pierna suelta como el ex ministro español, Cañete. Al inmigrante le hace falta tener aguante y valor, creer que nada es imposible si se tiene fuerza y fe (“si tu as la force et la foi, l'or est à portée de tes doigts”): fuerza para aguantar muchas tempestades y fe en la generosidad de muchos nativos que aceptan compartir sus oportunidades con los demás.

5. Nadie de los tuyos quiere verte inmigrar

La voz de tu conciencia y la voz de tus más allegados buscan cómo atarte a tu mundo de siempre; temen que lo desconocido te haga daño. Te hablan de tempestades y naufragios, del fuego, del demonio y del espejismo para que no emprendas el viaje (“il y’a des tempêtes et des naufrages; le feu, les diables et les mirages). No creen en ti porque te ven frágil, indefenso sin su ayuda; te hablan de las cosas maravillosas que aun no has descubierto en tu tierra: hacer el amor con tu pareja, convertirte en marido y padre, pero tú sigues pensando en marcharte (“on a tant d'amour à faire, tant de bonheur à venir. Je te veux mari et père, et toi, tu rêves de partir”).

6. El cambio deja de ser una opción

Para un inmigrante, el cambio no es una opción. En su mundo todo está perdido de antemano. No puede cambiar nada en su tierra porque todo depende de dónde se nace y él no ha nacido en un pueblo de oportunidades (“ici, tout est joué d'avance et l'on n'y peut rien changer. Tout dépend de ta naissance et moi je ne suis pas bien né”).

7. Acabas inmigrando para no morir frustrado

Sólo inmigra quien teme morir frustrado, sin haber cumplido sus sueños. Y todo sabemos que el ser humano es sueño de su infancia y proyectos de sus amantes. Por eso para que el inmigrante encuentre una cierta estabilidad emocional y afectiva necesita cumplir sus sueños junto a los suyos. Como eso es una posibilidad en manos de unos pocos, el inmigrante se queda siempre a medio camino: no es de aquí ni es de allá. Pero eso no importa mucho. Lo que quiere es tener oportunidad, derechos y orgullo (“j' aurai ma chance, j'aurai mes droits, et la fierté qu'ici je n'ai pas”); puede que los suyos le pierdan si se marcha, pero lo seguro es que se perderá si no inmigra cuanto antes (“je te perdrai peut-être là-bas, mais je me perds si je reste là”). Todo será a la vez nuevo y salvaje pero más bonito de lo que se haya imaginado (“beau comme n' imagine pas”).

8. Conclusión

Uno de los fenómenos sociales mundiales de mayor actualidad es la inmigración. Mientras los dirigentes de los países del tercer mundo fomentan el éxodo con sus caprichos e incompetencia, los del primer mundo blindan sus fronteras sin temor a violar los derechos más elementales que proclaman a cuatro vientos. Quieren detener a cualquier que busque oportunidad en su tierra. Sin embargo son conscientes del envejecimiento de su población y de la necesidad de una mano de obra barata. Hace poco me comentaba alguien que venía de Barcelona que se asombró de la ausencia de los catalanes en su ciudad. Los duros trabajos en hoteles, restaurantes y bares están en manos de inmigrantes, mientras los nativos exploran sus montañas y mares. Tal vez haya algo de exageración, igual que cuando se acusan a los inmigrantes de quitar trabajo a los nativos, cuando todo el mundo sabe que ellos hacen los trabajos que rechazan los demás. Nadie se imagina esos jóvenes de extrema derecha recogiendo patatas y aceitunas en el campo, limpiando las calles de su ciudad o paseando a sus abuelos en los parques y jardines de su ciudad. Pero son muchos quienes hablan sin tener argumentos, destrozan sin tener motivos, defienden sin tener ideales, y viven sin pensar en manos de quién depositará sus sueños. Lo que parece cierto es que tras escuchar Là-bas, uno sí que se atreve a confiar en la música de Jean-Jacques Goldman.

miércoles, 11 de junio de 2008

Acerca de Jean- Jacques Goldman

La vida del autor

La madre de Jean-Jacques Goldman, Ruth Ambrunn, nació en Munich (Alemania); su padre, Alter Mojze Goldman, nació en Lublin (Polonia). Ambos fueron héroes de la resistencia en la segunda guerra mundial. Tuvieron cuatro hijos. Uno de los cuatro, Pierre Goldman, murió asesinado por su militancia en la extrema izquierda.

Mensaje principal

Cuando los sueños se hacen cortos, el cambio deja de ser una opción; empiezas a soñar con un mundo diferente, y aunque nadie quiere verte marchar, acabas inmigrando para no morir frustrado. Là-bas, una de las mejores letras escritas sobre la inmigración, nos coloca ante el drama de la inmigración. Un inmigrante no puede elegir entre ser o no ser; no puede elegir entre morir o vivir; no puede optar entre ser de aquí o de allá; un inmigrante no tiene opción. Sólo es consciente de que la vida merece ser vivida, incluso acepta morir viviendo

domingo, 25 de mayo de 2008

Os doy otra canción (Là-bas)

Là-bas
Tout est neuf et tout est sauvage
Libre continent sans grillage.
Ici, nos rêves sont étroits:
C'est pour ça que j'irai là-bas.

Là-bas
Faut du cœur et faut du courage
Mais tout est possible à mon âge;
Si tu as la force et la foi
L'or est à portée de tes doigts:
C'est pour ça que j'irai là-bas.

N'y va pas :
Y'a des tempêtes et des naufrages,
Le feu, les diables et les mirages;
Je te sais si fragile parfois,
Reste au creux de moi.

On a tant d'amour à faire,
Tant de bonheur à venir;
Je te veux mari et père
Et toi, tu rêves de partir.

Ici, tout est joué d'avance
Et l'on n'y peut rien changer,
Tout dépend de ta naissance
Et moi je ne suis pas bien né.

Là-bas
Loin de nos vies, de nos villages
J'oublierai ta voix, ton visage;
J'ai beau te serrer dans mes bras
Tu m'échappes déjà, là-bas.

J'aurai ma chance, j'aurai mes droits
N'y va pas;
Et la fierté qu'ici je n'ai pas
Là-bas;
Tout ce que tu mérites est à toi
N'y va pas;
Ici, les autres imposent leur loi
Là-bas;
Je te perdrai peut-être là-bas
N'y va pas;
Mais je me perds si je reste là
Là-bas;
La vie ne m'a pas laissé le choix
N'y va pas;
Toi et moi, ce sera là-bas ou pas
Là-bas;
Tout est neuf et tout est sauvage
N'y va pas;
Libre continent sans grillage
Là-bas;
Beau comme n'imagine pas
N'y va pas;
Ici, même nos rêves sont étroits
Là-bas;
C'est pour ça que j'irai là-bas
N'y va pas;
On ne m'a pas laissé le choix.
Je me perds si je reste là:
C'est pour ça que j'irai là-bas.

N'y vas pas
Là-bas.

Tout est neuf et tout est sauvage…
Ici les autres imposent leurs lois

Tout est neuf et tout est sauvage...
Libre continent sans grillage.

(Jean-Jacques Goldman, Là-bas)

jueves, 8 de mayo de 2008

Nadie quiere bailar conmigo

-Hablar por hablar, buenas noches.
-Sí, hola. Soy Mar. ¿Me escuchas?
-Sí, te escuchamos, Mar. Cuéntanos tu experiencia.
-Mire usted, quería compartir con tus radio-oyentes mi historia, para ver si alguien me puede aconsejar.
-Te escuchamos, Mar.
-Mire usted, desde hace un par de meses nadie quiere bailar conmigo. Cuando entro en escena la gente se va; las emisoras se apagan y todo el mundo, incluidos mis amigos, me hacen el vacío. Y la verdad es que estoy cansado de bailar solo. Mire usted, antes todo el mundo me adoraba. Yo era el centro de mis allegados y el blanco de mis detractores. Yo era gente normal. Ahora todos pasan de mí. Dicen, por lo bajín, que ya no valgo nada; que soy un fracasado; que debería quitarme de en medio antes de que lo hagan ellos. Antes me llamaban don, pero ahora me llaman ese señor. Y por colmo, uno de mis guardaespaldas acaba de abandonarme sin más explicación que una declaración en un medio de comunicación. Dice que tiene una buena oferta económica: no me extraña. Yo le pagaba 9 mil euros al mes, y ahora va a cobrar 43 mil euros. Me decía que estaba conmigo porque quería servir a nuestra empresa lo mejor posible. Pero claro. Con una salida de este tipo, a uno le queda dudas si realmente lo que quería, desde el principio, no era ganar dinero a costa de los ciudadanos. La verdad es que todos los que estaban conmigo hace unos cuantos años, han acabado trabajando por otros y ganando más dinero que lo que yo les pagaba. La persona que me puso al frente de la empresa anda por Estados Unidos, América Latina y Europa del Este diciendo tonterías pero cobrando una barbaridad. Otros muchos siguieron su camino: aprovecharon sus puestos de confianza en nuestra empresa para buscar trabajo en el sector privado que paga mejor.
-Mar, perdona que te corte. ¿Conoces a don Mariano Rajoy, el presidente del Partido Popular?
-Puede que sí, puede que no. Pero eso no tiene importancia, ¿no? O ¿sí?
-Te lo pregunto porque tenéis una historia parecida. Los oyentes recordarán que el Sr. Rajoy fue colocado al frente del Partido Popular por su antecesor en el cargo, el sr. Aznar. Todos sabemos que las conferencias del sr. Aznar están bien pagadas por empresas multinacionales, aunque el contenido de sus análisis es muy habitual en el sector de la albañilería. Sus ex ministros están bien colocados en empresas privadas: Rato, Mata, Piqué, Palacios, Zaplana, bueno. No quiero aburrir a los oyentes con los nombres porque saben a qué me refiero.
-Mire usted, puede que Zaplana vaya a cobrar un millón de euros al año en una empresa publica privatizada por Aznar; pero eso no quiere decir que Zaplana haya trabajado en mi empresa. O ¿sí?
-Mar, perdona un momento. Es que están llegando los servicios informativos con una noticia muy importante sobre los cambios en el Partido Popular, con la posible dimisión del sr. Rajoy.
-Joder, ¡vaya tropa! Ni mi mujer ya guarda secreto. ¿Desde cuándo tiene el teléfono de la Ser?
-¿Cómo dices, Mar? ¿Qué tu mujer llama a la Ser? Puede que sí, puede que no. Aquí en el Chat todos sospechan que es usted don Mariano Rajoy.
-¿Y usted se fía de ellos?
-Mar. Perdona. Tú has llamado para que los oyentes te aconsejen sobre tu experiencia. Supongo que será porque te fías de sus opiniones. O ¿no?
-Pi piiii. Pi piiiii.
-Se ha cortado la comunicación. No sé si Mar ha colgado. En fin, os dejo los servicios informativos con esa posible dimisión del Sr. Rajoy.