Nelson Mandela ya está en los anales de la historia como el hombre que ha sabido encarnar mejor la sabiduría africana. Defendió la dignidad de los negros frente a los blancos que no querían compartir el destino de su pueblo sudafricano. Muy popular entre los suyos, admirado universalmente y respetado por las grandes figuras de la política internacional, Mandela es el icono de la lucha contra el apartheid. Preso durante 27 años, fue liberado en 1990 y trabajó estrechamente con el presidente reformista Frederik Klerk para liberar África de la política segregacionista blanca. Mientras en 1994 la humanidad se estremecía por los abominables acontecimientos de Rwanda, Mandela capitaneaba un gobierno de unidad nacional que logró poner pilares sólidos para el futuro de su pueblo.
Prisionero número 466/64
Prisionero número 466/64 durante 27 años en penosas
condiciones, Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid
dentro y fuera del país, una figura legendaria que representaba la falta de
libertad de todos los hombres negros sudafricanos. Cuando yo era chico,
recuerdo que todas las pizarras de todos los colegios rwandeses tenían una
frase, en su parte superior, que describía el apartheid como la
vergüenza para la humanidad. Más tarde me enteré que en la mayoría de los
países africanos se transmitía el mismo mensaje a la gente joven.
Tres
matrimonios
A parte de Mandela, yo no recuerdo a ningún presidente que
se haya casado con la viuda de un presidente de otro país. De su primera esposa
Evelyn Ntoko Mase se divorció en 1957 (Ntoko Mase falleció en 2004). Después de
38 años de matrimonio con Winnie Madikizela (Winnie Mandela) se separó
de ella por escándalos políticos en abril de 1992 y finalmente se divorció el
19 de marzo de 1996. En su 80º cumpleaños, el 18 de julio de 1998, contrajo
matrimonio con Graça Machel, la viuda de Samora Machel,
el antiguo presidente de Mozambique que murió en 1986 en un accidente de aviación.
Su ocupación actual
Mandela abandonó las instituciones políticas en 1999 con el
nombramiento de Mbeki el 16 de junio de 1999 como nuevo presidente. Entonces se
dedicó a sus fundaciones: Mandela Children’s Fund creada en 1995; Nelson
Mandela Foundation creada en 1999 y Mandela Rhodes Foundation
fundada en 2003. Se volcó en programas de atención a los niños huérfanos y
abandonados, la atención a los discapacitados, la educación de jóvenes y
adultos, la erradicación de las minas antipersonas, el tratamiento médico de
enfermedades endémicas y la lucha contra el sida, sin olvidar la convivencia
pacífica entre todos los pueblos.
Mandela, a punto de partir
Con su cabello completamente blanco y su mirada no tan
profunda, Mandela está llegando al final de su vida. 92 años, con 27 de ellos
en prisión, se nota. En el Mundial de Sudáfrica de este año, su imagen
recordaba a la del Papa Juan Pablo II pocos meses antes de su muerte. La
periodista Celia W. Dugger escribió en “International Herald Tribune”
que a Mandela ya no le funciona bien la memoria del presente. Se acuerda
perfectamente de los acontecimientos del pasado pero del presente retiene muy
poco. Tal vez por eso se cansa enseguida de hablar con la gente que no
recuerda. Y si no come acompañado, no prueba bocado. Cuando su mujer Graça
Machel (65 años) no puede comer con él avisa a su amigo George Bizos para
acompañarle. Juntos degustan su plato favorito (“queue de boeuf en sauce”)
mientras se preparan para cruzar plácidamente el río de la vida en cualquier
momento.