sábado, 13 de junio de 2009

Mi visión acerca de las grandes religiones


La historia confirma que las grandes religiones no han podido conducir la humanidad por el recto camino que pregonan, ni han sabido satisfacer la sed de lo absoluto que se aloja en lo más profundo del ser humano. Las únicas creencias que mantienen su ritmo, con discreción, son las llamadas religiones tradicionales. Estas religiones siguen enseñando, como antaño, el equilibrio vital dentro del universo. Nos enseñan que el ser humano forma parte del universo, que cada elemento tiene su orden y su función, y que el equilibrio de todos los elementos es la única garantía de la estabilidad emocional y de todo el universo. Sus creencias discretas, casi intimistas, con ceremonias fundamentalmente familiares y tribales facilitan la cercanía necesaria en la relación con lo trascendental. La variedad de sus ritos abren la puerta a la creatividad de sus seguidores. Para muchas tradiciones orientales, hay que pasar por el olvido del sujeto para encaminarse hacia su recuperación en el seno de lo Absoluto. El sujeto debe salir de sí porque negándose uno se encuentra. El mundo es un ámbito de deseo y de sufrimiento pero es posible recuperar la paz mediante la reorientación del deseo. La iluminación es el único medio que endereza lo torcido.

Las llamadas religiones del libro (judaísmo, cristianismo e islam) se han politizado tanto que no resulta fácil seguir sus mensajes principales. Aunque el judaísmo no ha aspirado a convertirse en la referencia mundial al ser una creencia reservada al pueblo elegido, nadie puede ignorar que Israel es un Estado judío que basa sus principios en la Sagrada Escritura. Todo lo que ocurre en el entorno de la zona del Oriente Próximo refleja la lejanía de la mano de Dios en la tierra. Es muy difícil creer en la existencia de un Dios justo, pacífico, misericordioso y salvador en esa zona del mundo. Lo mismo ocurre en el campo del islam. Con sus aspiraciones políticas confunden las aspiraciones mundanas con las trascendentales, optando por un Dios guerrero y vengativo, un Dios reacio al perdón y a la vida de quienes no se ajustan a las medidas de sus defensores. Sus seguidores ofrecen una imagen que atemorizan a los infieles y no dudan en condenar al exilio a quienes no piensen como ellos. Al mezclar los intereses políticos con los religiosos resulta muy difícil saber dónde termina lo mundano y dónde empieza lo divino. Un Dios que se confunde con el mal no puede ser ofrecido como remedio a los males de la humanidad. Es exactamente lo que le sucede al cristianismo. Su mensajero enseña que hay que morir para que otro vivan mejor, que no hay que condenar a nadie, y que sobre todo hay que perdonar y dar oportunidad a todos. Habla de un Dios que deja noventa y nueve ovejas para ir a buscar uno perdido, un padre que perdona a un hijo prodigo. Pero sus herederos oficiales se fueron por un camino distinto, sobre todo desde que confundieron el trono con el altar, la ética con la moral, y levantaron su dedo como él único que puede enseñar el camino de la salvación. Lo peor que le ha podido pasar a la iglesia católica ha sido convertir su misión principal en la construcción de la cristiandad. En el cristianismo es muy difícil saber qué es lo que pertenece a César y que es lo que pertenece a Dios. Y la confusión es el territorio de la perdición. Por eso podemos entender acontecimientos como la inquisición, la evangelización de los indígenas o el silencio de Dios en el holocausto o en los distintos genocidios que sacuden de vez en cuando a pueblos supuestamente cristianos. Todo ello refleja que el mensaje principal del cristianismo ha sido prostituido y sustituido por un mensaje profundamente mundano. Cuesta descubrir los pasos de Jesús en los grandes templos que todos tenemos en mente.

martes, 9 de junio de 2009

Teoría de la periferia



Partiendo del hecho de que el ser humano es un ser en situación, entendemos que cuando se encuentra en el centro recibe muchos golpes y muchas veces resulta necesario situarse en la periferia, siquiera para evitar ser el blanco de los demás. Por experiencia sabemos que en un grupo de personas que pasan mucho tiempo juntos suelen tener alguien en el centro, lo que popularmente se llama la persona que lleva la voz cantante. Durante un tiempo se convierte en una base de datos donde acude todo el mundo buscando reafirmación. Si algo no va bien, ahí está ella para arreglarlo. A menudo goza de un reconocimiento sincero y agradecido de sus compañeros. Y como no quiere decepcionarlos, invierte todas sus energías para seguir ocupando su centro. Pero por muy válida que sea y por muy líder que se considere, tendrá momentos de debilidad en que necesite descansar un rato. Vive de cara al público hasta que una mañana se levanta agotada y empieza su hundimiento. Esta persona no supo que el centro no es un lugar ideal para crecer humanamente. Tiene que ser un paso para visualizar la globalidad, pero a la hora de la verdad se vive mejor en la periferia. En el centro se gasta mucha energía para canalizar todas las fuerzas que circulan alrededor, y solo se saca provecho si se es consciente de su función estratégica. Si ves que empiezas a ser el centro de las alabanzas de tus vecinos o compañeros, piensa que no tardarás en estar en boca de todo el mundo. Puede que al principio te sientas cómodo de llevar la voz cantante, pero no olvides que eres el blanco de todo el mundo porque tu visibilidad es tu mayor enemigo. Al igual que tus capacidades están al descubierto, tus defectos son más visibles. Y no olvides que una sola manchita es suficiente para que una camisa se vaya al cubo de ropa sucia. Desgraciadamente, para el común de los mortales un defecto suele ocultar todo un campo lleno de bondades.

domingo, 7 de junio de 2009

La teoría de la hibernación


Hace poco me llamó un amigo que hacía tiempo que no se comunicaba conmigo. Cuando le pregunté porqué no había respondido a los mensajes que le fui dejando en su buzón me contestó que había estado hibernando. Me quedé pensando sobre el término hibernar aplicado a la vida cotidiana. Me di cuenta que la hibernación es un recurso en el ámbito sanativo y en el campo informático.

Los diccionarios suelen definir la hibernación como un estado de aletargamiento con disminución general de las funciones metabólicas y temperaturas a que están sujetos algunos animales durante la estación invernal. La hibernación sería una reducción de las funciones orgánicas por medio de sustancias químicas. Un paciente hiberna con fuentes anestésicas o terapéuticas en espera de una cura. Es un estado de tránsito comparable al coma inducido para que el cerebro gaste la menos energía posible a la espera de que los demás órganos se recuperen sin la presión del cerebro agobiado y desesperado que continuamente lanza mensajes de socorros sin respuestas. Es lo mismo que hacen los psiquiatras cuando nos encuentran angustiosos y presionados. Nos recetan las pastillas para calmar temporalmente la angustia depresiva mientras recuperamos el equilibro vital.

En el campo informático, hibernar un ordenador es apagarlo pero guardando en el disco duro la información sobre el estado en que se encuentra nuestro trabajo para poder reanudarlo en el mismo punto cuando estemos disponibles para seguir trabajando. Según el fabricante de los ordenadores, cuando el equipo se pone en hibernación, la información de la memoria se guarda en el disco duro. Cuando vuelve a encenderse el equipo, todos los programas y documentos que estaban abiertos cuando se hibernó se restauran en el escritorio. Es decir que durante la hibernación se guarda la información con seguridad en el estado en que se encuentra y no se gasta la energía. Esto no ocurre con la suspensión. Suspender el equipo es dejarlo en estado de bajo consumo, permitiendo al usuario reactivarlo con un simple movimiento del ratón o pulsando una tecla. Según el fabricante de los ordenadores, es aconsejable guardar el trabajo antes de poner el equipo en suspensión. Mientras el equipo esté suspendido, la información de la memoria del equipo no se guarda en el disco duro. Si hubiera alguna interrupción en el suministro eléctrico, la información de la memoria se perdería. Está claro que la suspensión gasta energía y no asegura que los datos estén a salvo durante ese estado. De ahí que en caso de necesidad sea preferible la hibernación: gastar menos energía sin renunciar o poner en peligro los logros adquiridos. Cuando uno se encuentra muy agobiado y la angustia persiste, es mejor hibernar durante un tiempo. Hibernando, no gastará energía y no hará daño ni a si mismo ni a los demás. Es una estrategia parecida a la supervivencia de las tortugas durante el invierno europeo: en lugar de poner sus vidas en peligro luchando desesperadamente contra las adversidades invernales, las tortugas se retiran bajo tierra a un lugar seguro a la espera del buen tiempo. Habrá quienes las llamen cobardes y prefieran tal vez la metamorfosis de las serpientes. Pero la metamorfosis no es supervivencia; es tal vez cambiar de imagen, es convertirse en algo o en alguien diferente, y para quienes tengan el registro memorial muy activo no es rentable ni aconsejable intentar convertirse en otro.

Podemos concluir que la diferencia entre hibernación y suspensión está en la cantidad de energía que se gasta. La hibernación no gasta nada. La suspensión gasta lo imprescindible para que no se pierda la información pero no es de fiar. Tanto la hibernación como la suspensión provocan situaciones similares a las que provocan invernar (pasar el invierno en algún lugar, en especial los animales como las golondrinas). Hibernar es un termino que se puede confundir con invernadero pero no significa lo mismo, ya que mientras la hibernación supone ahorro de energía, el invernadero es un lugar preparado artificialmente para cultivar las plantas fuera de su ambiente y clima habituales, provocando graves alteraciones para el ecosistema por su elevado coste energético.

En términos psicológicos, hibernar es un estado vital que puede ser útil para reorganizar o reajustar nuestros estados existenciales sin gastar mucha energía. Cuando el estrés se hace insoportable, cuando el desgaste psicológico es más que evidente, hay que hibernar durante un tiempo mientras se reajustan todos nuestros recursos de supervivencia. Hay que saber retirarse un tiempo mientras pasa la tempestad. Si no te sientes preparado para enfrentarte a una situación problemática, tómate un descanso. No te dediques a gastar tus energías inútilmente. No libres una batalla si de antemano sabes que no la vas a ganar. Si puedes ahorrar energía, hazlo. Es más que seguro que necesites tirar de ese ahorro más de una vez. Ahorrar energía no es más que equilibrar tus fuerzas vitales, evitar proyectos estériles y situaciones que no te aportan nada a tu riqueza interior. Se ahorra energía evitando dar vueltas a la misma situación, procurando no implicarse demasiado en lucubraciones que no se fundan en la realidad. Si entras en un edificio de varios pisos y no sabes a qué piso te diriges, lo más normal es que empieces preguntando a los que viven en los pisos de abajo. Seguro que habrá quienes prefieran empezar por arriba porque creen que es mejor gastar más energía al principio. Pero sabemos que los corredores de fondo suele gastar menos energía al comienzo de la carrera. Al principio suelen ser los últimos de la fila. No se ponen nerviosos porque conocen sus fuerzas. Y a medida que avanza la carrera se van adelantado a sus compañeros con el asombro de los espectadores. Su secreto está en la confianza en sí misma. Saben cuándo hay que gastar más energía, cuándo hay que descansar y cuándo hay que mantener el ritmo. Traslademos ese espíritu a nuestras preocupaciones habituales. Evitemos el desgaste psicológico sin necesidad. Identifiquemos la fuente de nuestro agobio para poder aislarla mientras buscamos tranquilamente cómo combatirla. Procuremos permanecer en el estrés el menor tiempo posible. Midamos nuestras fuerzas reales para poder repartirlas con equilibrio. Hibernemos cuando nos veamos al borde del colapso vital.

domingo, 24 de mayo de 2009

El mito de Sísifo


Muchas noches me duermo meditando El mito de Sísifo (Albert Camus, Alianza Editorial, 1999). Este libro de bolsillo que no llega a 200 páginas fue publicado en 1942, con el trasfondo de las dos guerras mundiales y el desencanto socio-existencial.

A Albert Camus se le suele incluir en los pensadores existencialistas, en la misma línea que nuestro Miguel de Unamuno, Jean Paul Sastre, Gabriel Marcel, Karl Jaspers o Soren Kirkegaard. André Gide, un profesor francés de filosofía dice que El mito de Sísifo es un libro de vida que todo ser que piensa debe leer. Es que “juzgar que la vida vale o no la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía” (p. 13).

De hecho, Sísifo mientras cumple su condena, un día sí y otro sí, juzga que todo está bien y que “una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir” (p. 14). Reconoce, como el gran Don Juan, que “si bastara con amar, las cosas serían demasiado sencillas” (93). Sísifo y Don Juan no están tristes porque saben lo que hay y no esperan nada (“los tristes tienen dos razones para estarlo, ignoran o esperan” (p. 94).

Sísifo fue condenado por los dioses a empujar eternamente una roca hasta lo alto de una montaña, desde donde la piedra volvía a caer por su propio peso. Pensaron, con cierta razón, que “no hay castigo más terrible que el trabajo inútil y sin esperanza” (p. 155). Para Camus, la condena de Sísifo es un “suplicio indecible en el cual todo ser se dedica a no rematar nada” (p. 156). Es terrible saber que “la noche no tiene fin” (p. 160) pero la “lucha por llegar a las cumbres basta para llenar un corazón de hombre. Hay que imaginarse a Sísifo feliz” (p. 160).

El mito de Sísifo, ¡he aquí un texto que nos enseña que no es triste pensar sobre la vida y la muerte! No es triste ni “coñazo” pensar sobre de dónde venimos, hacía dónde vamos y qué hacemos en este mundo. Jean Jacques Goldman, un cantante francés, dice en “On ira”, que no hay que vivir como si un día no nos llegará la muerte. Es curioso cómo la referencia de la muerte hace renacer la semilla de la sencillez y bondad. Cuando uno vive como un dios inmortal le importa poco lo que pueda pasar a su alrededor. Un día la muerte llama a su puerta y le recuerda la caducidad de su vida y le brinda una oportunidad pensar sobre su vida. De repente “un hijo de puta” se convierte en la encarnación de la generosidad y dedica el resto de su vida a ser “buena gente”. Si quieres oír mi reflexión sobre la vida y la muerte, visita mi video en Youtube (http://www.youtube.com/watch?v=tQOaOx4fUg0&feature=channel_page) o busca “vida y muerte segun ayu”.

domingo, 17 de mayo de 2009

Antonio Vega

Viendo los homenajes que ha recibido este “chico triste y solitario” nadie puede poner en duda su creatividad en el ámbito de la música. Con sus canciones románticas, intimistas y existencialistas, Antonio Vega puso música a los sentimientos de toda una generación española que acababa de salir desencantada de una dictadura y caminaba hacia lo desconocido. Por si acaso, había que vivir al día y aprovechar al máximo los momentos del placer, aunque sólo fueran puntuales. La generación de los ochenta, con su movida madrileña, tenía prisa para vivir y para morir. Muchos bebieron de la copa de la vida con tanta intensidad que al final se quedaron exhaustos antes de tiempo. Preguntado como visualizaba su funeral, Antonio Vega contestó que se veía montado en una motocicleta y atravesando a toda pastilla las calles madrileñas que llevan al cementerio. Tenía prisa para vivir y para marcharse. Tal vez por eso probó suerte en experiencias de vértigo. Supongo que aquellos que lograron aceptar que la copa de la vida contiene dulzura y amargura y aceptaron trabajar de día y descansar de noche cantan ahora “sin prisas” (Sabina). En los años ochenta la música reflejaba la vida de muchos. Hoy por hoy la música esconde fuertes intereses económicos camuflados en el deber de proteger la propiedad intelectual. En cualquier caso, que el “chico triste y solitario” de la ciudad siga teniendo sitio en nuestra memoria. ¡Descanse en paz!

domingo, 10 de mayo de 2009

Caminar en el túnel

¿Cómo acompañar a alguien con dificultades?

El camino de la sabiduría vital no es ninguna novedad. Las prácticas psicológicas en tiempos de depresión o de pérdida del gusto por la vida siguen el camino que la sabiduría popular y las reflexiones filosóficas y teológicas fueron trazando durante mucho tiempo. Sócrates instaba a sus discípulos a conocerse a si mismo si querían caminar por la senda de la verdad; los psiquiatras nos ayudan a realizar el camino interior desde el diván con el fin de centrarnos en nuestros objetivos vitales. Los grandes padres espirituales de la Iglesia sabían acompañar a sus discípulos en el camino del encuentro con el Redentor; los profesionales de la psicología nos acompañan para centrar nuestras preocupaciones en lo más importante. Voy a compartir con los navegantes una reflexión sobre cómo acompañar a una persona que está perdiendo el gusto por la vida. Primero facilitaré un texto para pensar (o meditar) y después ofreceré pautas de comprensión. Supongo que al ser un texto largo, sólo unos pocos seguirán su lectura hasta el final. Lo entiendo.



1. Los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35).

“13 Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que dista sesenta estadios de Jerusalén, 14 y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. 15 Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó a ellos y caminó a su lado; 16 pero sus ojos estaban como incapacitados para reconocerle. 17 Él les dijo: «¿De qué discutís por el camino?» Ellos se pararon con aire entristecido.
18 Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que han pasado allí éstos días?» 19 Él les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo; 20 cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.21 Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó. 22 El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro 23 y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él vivía. 24 Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
25 Él les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?» 27 Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.
28 Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.29 Pero ellos le rogaron insistentemente: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Entró, pues, y se quedó con ellos. 30 Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. 31 Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su vista.32 Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
33 Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, 34 que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!» 35 Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido al partir el pan”.


2. Jesús y los discípulos de Emaús

En el evangelio de San Lucas (Lc 24, 13-35) encontramos una historia de dos discípulos que se marchan de Jerusalén a Emaús, tristes y decepcionados por lo que habían vivido durante la pasión y la muerte de Jesús en la ciudad santa. Meses antes habían dejado todo para seguirle pensando que él atraería la salvación al pueblo. Esperaban ansiosamente su resurrección, pero ya van tres días y sólo pueden confirmar que su cuerpo ha desaparecido. Creyendo que todo se había acabado, decidieron volver a sus hogares. En el camino de vuelta a casa, misteriosamente se les unió un forastero que fue conversando con ellos acerca de lo que los profetas escribieron sobre ese Mesías crucificado. Cuando llegaron a su destino, los dos discípulos le rogaron hospedarse en su casa porque era ya de noche. El forastero se quedó con ellos y en el momento de la cena reveló su identidad y desapareció ante su asombro. Aunque era ya de noche, los dos discípulos se levantaron de la mesa y volvieron a Jerusalén para anunciar lo que acababan de experimentar.

La historia de los discípulos de Emaús es una historia pedagógica que intenta responder a la pregunta de cómo acompañar a una persona que acaba de perder la fe en alguien o en algo. Los discípulos de Emaús, después de asistir a la muerte de Jesús, su Salvador y no ser testigos de su resurrección se marchan decepcionados de Jerusalén. Se sienten desengañados, frustrados, quemados. Por eso aparece Jesús para consolarlos, animarlos y enviarlos a la misión. Veamos el procedimiento pedagógico que San Lucas utiliza para enseñarnos cómo aconsejar y acompañar a alguien que acaba de perder el gusto por la vida.

3. Primer paso: caminar
(Lc 24, 13-16): los discípulos iban caminando y Jesús se puso a caminar con ellos. Está claro que no hay posibilidad de superar un estado sin ponerse a andar. Si no te pones a caminar, nadie se une a tu camino porque las batallas perdidas no son atractivas para nadie. Cuando uno se pone a caminar, tarde o temprano encuentra el camino. O al menos cruzaron alguien que le ayuda a encontrar el camino. Por lo tanto, es necesario ponernos en camino para que tengamos posibilidad de encontrar respuestas a preguntas que nos impiden ver el horizonte con claridad. Los místicos hablarían de la necesidad de tener una experiencia del éxodo, como la tuvo el pueblo de Israel en Egipto. Ciertamente, sin una experiencia de éxodo no hay experiencia de liberación; sin la muerte no hay salvación; sin sacrificio no hay éxito. Si queremos salir de nuestra situación de crisis tenemos que aceptar que el sacrificio forma parte del camino del éxito, y sobre todo tenemos que ser conscientes de que la rendición o tirar la toalla es el certificado de la caducidad.

4. Segundo paso: contar
(Lc 24, 17-24): Jesús pregunta por la conversación de los discípulos entristecidos. Y los deja hablar y desahogarse. Es el mismo necesitado quien tiene que ir poniendo nombre a sus frustraciones. Como nadie es capaz de adivinar lo que nos está pasando, si no lo contamos nunca lo sabrá ni tendrá posibilidad de ayudarnos a ordenar nuestras experiencias. Quien necesita ser aconsejado tiene que contar lo que le está pasando. Lo importante no es la claridad de sus relatos sino su autenticidad. Se trata de contar la realidad de sus experiencias sin maquillarla. La tendencia habitual suele ser intentar esconder algunas vivencias que creemos no van a gustar a nuestro interlocutor, pero casi siempre el centro de la gravedad suele estar en lo que tendemos a callar. Cuando contamos nuestras vivencias nos damos cuenta que no está hecha sólo de fracasos sino también de éxito. Conocer nuestra historia es descubrir sus riquezas y pobrezas, descubrir las carencias y qué tipo de soluciones necesitan, descubrir lo que podemos ofrecer a los demás y lo que esperamos de los demás. Desahogarse es un estadio muy importante en la vida de cada uno de nosotros. Quien quiera acompañar a alguien tendrá que escuchar previamente sus fracasos y esperanzas. Sin este paso previo, lo más seguro es que construya su propio castillo en un terreno que no es suyo, condenándose al trabajo inútil y sin esperanza. Hay que dejar a los demás a que hablen de sus cosas, de sus fracasos y esperanzas y a partir de sus reservas vitales trazar un camino de posibles.

5. Tercer paso: concretar
(Lc 24, 25-27): vivimos en un mundo aprisado en el que es muy difícil contar con calma nuestras vivencias. Incluso cuando logramos que alguien nos escuche, aparecen muchas circunstancias que provocan ruido a nuestro alrededor. En esta historia de Emaús el camino y el atardecer favorecen la escucha activa. Una vez que los discípulos han terminado de contar sus vivencias interviene Jesús para concretar y ordenar los hechos. Llamándoles insensatos deja muy claro que él sabe lo que dice. De hecho lo demuestra cuando ofrece las claves para entender lo que ha pasado. Les explica lo que dice la Sagrada Escritura y lo que predijeron los profetas. La confusión de los discípulos es tal que a pesar de las claras explicaciones de Jesús no entienden nada. Pero ya no hay tiempo para que él siga centrando sus experiencias porque están llegando a su destino. A veces cuando el mensaje no llega con claridad hay que tomar un descanso para volver a reflexionar sobre todo el procedimiento. Por eso Jesús no insiste con pesadez sobre sus explicaciones. De hecho se dispone a despedirse de ellos cuando le invitan a hospedarse en su casa porque la noche está cayendo sobre la ciudad.

6. Cuarto paso: comer
(Lc 24, 28-32): hay que invitar a nuestro acompañante para que se deje sentir uno de entre nosotros, forme parte de nuestro destino y celebre con nosotros nuestros éxitos y fracasos. Si no le invitamos seguirá adelante y perderemos nuestra oportunidad. A veces cuando uno se siente deprimido o desorientado tiende a autoaislarse, se adentra en un callejón sin salida y vive de la autocompasión en su castillo blindado. No se da cuenta que si sigue cerrando sus puertas, tarde o temprano la gente se cansará de esperar a que les abra y se irá con la música a otras partes. Esto es lógico porque no es el acompañante el que necesita ser acompañado. Hay quienes creen que el mundo está en deuda con ellos y espera todo de todo el mundo a cambio de nada. Pero el camino del egoísmo, igual que el de la mentira, está condenado al fracaso. Alguien dijo que para todas las generaciones confundidas, el primer criterio es el bienestar del yo. Pero si realmente queremos que el bien revierta en nuestro destino tenemos que ser generosos con los demás y tener la invitación siempre preparada, incluso para los forasteros. Aunque parezca mentira, la generosidad genera regeneración. Cuando los discípulos de Emaús comparten el pan con Jesús se les abren los ojos y le reconocen. Desaparecen el miedo, la tristeza y las frustraciones. Cuando experimentas un encuentro creativo se te abren un abanico de los posibles y empiezas a consentir los sueños que antaño ahuyentabas con tu pesimismo.

7. Quinto paso: compartir
(Lc 24, 33-35): curados por la fuerza de Jesús, los discípulos se encuentran en condiciones de volver a Jerusalén y contar lo que ha sucedido. Es la misión. Están ansiosos de anunciar a sus compañeros que Jesús está vivo y que no hay motivos de desesperanza. Curiosamente cuando llegan a Jerusalén descubren que sus compañeros ya han tenido la visita de Jesús. Tanto los que habían abandonado la comunidad como aquellos que se quedaron comparten gozosamente la buena noticia. No hay rencor entre ellos. Los antiguos desertores son reintegrados otra vez porque han descubierto el motor de sus vidas y se dan cuenta que la crisis crea oportunidad de superación y nos enseñan que el camino de la humanidad es una cadena de solidaridad. Cuando se levantan los caídos reciben la misión de cuidar a los demás. Por eso decíamos que el egoísmo resta fuerza al proyecto común y no es nada creativo. Es de bien nacido ser agradecido. Cuando el enfermo recupera fuerza no se marcha a atender sus asuntos: se dispone para cuidar a quienes están peor que él. El soldado que se recupera de las heridas no se va a emborracharse: limpia su arma y se une a los compañeros en el campo de batalla. Muchas veces se nos olvida que nos debemos a los demás, desde que nacemos hasta que morimos. Si rompemos esta cadena de solidaridad nos estaremos condenando al camino solitario y estaremos condenando a nuestros compañeros al fracaso. La alegría o el éxito que no se celebra en comunidad es una desgracia. Por eso los discípulos de Emaús vuelven a Jerusalén para compartir su alegría. Saben que el optimismo infunde optimismo, que los demás necesitan a veces oír que los sueños se cumplen para que sigan soñando.

8. Conclusión
El poeta dijo que se hace el camino al andar. Caminar es abrirse a nuevas presencias regeneradoras y a nuevas propuestas creativas. Vivir es ensayar continuamente caminos y formas nuevas, tantear las distintas posibilidades que luego pueden abocar al fracaso o al éxito. Como dijimos, el éxito y el fracaso son las dos caras de una misma moneda. Es evidente, pues, que el éxito lleva consigo una gran dosis de riesgo y sacrificio. Cuando el empresario invierte en un proyecto es consciente de que lo mismo que puede tener interés también puede perderlo todo. Pero si no invierte nada nunca lo sabrá. Lo prudente es equilibrar inversiones y ahorros, por si acaso, y creer que el viento debe y puede ir a nuestro favor.

sábado, 2 de mayo de 2009

Sobre la crisis económica

1.-Me sigue asombrando la capacidad que tiene el capitalismo para echar la culpa a los demás sin despreciar ninguna oportunidad para enriquecerse más. ¡Ahora la culpa es de los trabajadores porque algunos pocos cobran 45 días de indemnización por año trabajado cuando van al paro! No oigo los dirigentes del Partido Popular pronunciándose claramente sobre este aspecto laboral. No sé si están de acuerdos con quienes sostienen que los contratos basuras contribuyen a crear puestos de trabajo. No sé si saben que en muchas empresas estás trabajando 5 o 10 años, y cuando llega el momento de echarte a la calle tus jefes de siempre no te dan ni 5 minutos para despedirte de tus compañeros. Como me comentaba alguien, somos un número para los empresarios. Habrá quienes tengan la tentación de afirmar que los empresarios tratan a los trabajadores que “sobran en la plantilla” como la basura que hay que sacar fuera de la ciudad.

2.-Me entristece saber que los defensores del capitalismo suelen estar sentados en los primeros bancos de los grandes templos, y normalmente suelen aplaudir los sermones de los curas. La señora Aguirre se declara oficialmente capitalista-liberal y es de comunión casi diaria. Cito a la presidenta de la Comunidad de Madrid porque ella confiesa públicamente su fe económica y religiosa. En general, las grandes religiones occidentales (judaísmo, cristianismo e islam) parecen sentirse cómodas en casa del capitalismo. Sólo de vez en cuando algunos se autoexcluyen del banquete capitalista como Monseñor Amigo. Este buen hombre no entiende cómo los empresarios quieren recortar los pocos derechos que les quedan a los trabajadores, cuando todo el mundo sabe que es la codicia de los empresarios la que nos ha llevado a la ruina laboral.

3.-A mi modo de entender, la crisis de los valores humanos ha llevado consigo la avaricia económica, provocando inmediatamente la quiebra del sistema financiero y el derrumbamiento de la esperanza de muchos que aguardaban un futuro mejor gracias al buen estado del mercado laboral. Los Estados han tenido que acudir al rescate del capital privado, lo que supone una escandalosa contradicción de los principios capitalistas. ¡Quienes pedían a gritos la expulsión de los Estados en el sistema financiero están rogando desesperadamente su aval! Es el mundo al revés.

Sobre la gripe de los cerdos

La alarma social sigue. Sin embargo creo que el número de los infectados o fallecidos por causa del virus gripal no debería crear la alarma social. Además todos aquellos que han sido tratados adecuadamente se están recuperando en menos de una semana. Entiendo que se debe tomar todas las medidas posibles para evitar más contagios. También entiendo, viendo la implicación y el miedo de la sociedad occidental, que si alguien quiere curar y prevenir la malaria, tendrá que infectar a muchos ciudadanos del Norte. Afirmar esto parece una irresponsabilidad, incluso puede parecer una barata demagogia. Pero lo que está claro es que con la inmigración y con los movimientos del capital en este mundo globalizado, las enfermedades del Sur van a viajar al Norte muy a menudo. Estoy seguro que cuando los responsables del Intituto Pasteur de París caigan en manos de la malaria no tardarán en sacar al mercado una eficaz vacuna contra la malaria. Es cuestión de tiempo. En un futuro no lejano, las enfermedades viajarán a todos los rincones del mundo sin pasar por ningún control fronterizo.

domingo, 1 de marzo de 2009

Bob Marley (II)

No sé porqué motivos en la colección discográfica de los negroafricanos encuentro siempre las canciones de Bob Marley. No sé si es por el ritmo lento y pegadizo de su música o por su mensaje de una inminente liberación, que no es otra cosa que la propia emancipación, tal como se refleja en Redemption song.

Lo que hace que Bob Marley sea especial para muchos negroafricanos no es su infancia, ni su estética, ni su amor incondicional al continente negro donde le hubiera gustado descansar eternamente (“Bob hubiera preferido reposar en el continente africano más que en una isla donde sus antecesores fueron llevados como esclavos”, dijo su viuda Rita Marley) ni mucho menos su defensa a la marihuana. Lo que hace especial a Bob Marley para muchos de nosotros es su forma de ver la vida, su cosmovisión holística.

Ahora que el mundo cristiano se prepara para la purificación cuaresmal y se vuelve a meditar los textos del Antiguo Testamento en los que los profetas piden a los gobernantes consolar al pueblo, escuchar canciones como No woman cry o Three little birds, es increíblemente reconfortante.

En Babilon by bus, Bob Marley, igual que muchos críticos, cree que el origen del mal está en el mundo occidental, un mundo lleno de pecados sociales, principalmente la falta de solidaridad, el individualismo exacerbado, el capitalismo irracional, el nacionalismo y el gran desconocido europeísmo. Por eso compara Occidente con Babilonia. Hablamos de un mundo que cierra sus fronteras negando, de esta manera, el amor universal (One love).

Las canciones de Bob Marley transmiten un mensaje de esperanza. No todo está perdido. Babilonia es un lugar de pecado, pero también es, paradójicamente, un lugar de arrepentimiento. Recordemos que el rey David canta en uno de sus salmos que a las orillas del río Babilonia el pueblo solía sentarse y llorar por su falta de fidelidad a su Libertador. Babilonia es una oportunidad para deshacerse del pasado y entrar en la tierra prometida. Europa, con sus valores nobles del humanismo y del cristianismo puede iluminar el mundo.

Bob Marley cree en la necesidad de un éxodo espiritual (Exodus fue un single que sonó mucho en las emisoras occidentales) para poder cambiar este mundo violento poblado por ratas. Preconiza una humanidad unida (One love), con una estabilidad emocional (Satisfy my soul). Tal vez Bob Marley predique un mundo idílico y demasiado romántico, pero todos soñamos con una patria común en la que el color de la piel, la fe o la ideología nos sean obstáculos para darnos la mano y cantar juntos el himno de la redención.

El rey del reggae, el inmortal Bob Marley sigue vivo en nuestros corazones, como defendía un compañero de clase allá en 1989. A Prudence, esté donde esté, dedico su Bufflo solder.

sábado, 21 de febrero de 2009

Bob Marley (I)


No sé porqué motivos en la colección discográfica de los negroafricanos encuentro siempre las canciones de Bob Marley. No sé si es por el ritmo lento y pegadizo de su música o por su mensaje de una inminente liberación, que no es otra cosa que la propia emancipación, tal como se refleja en Redemption song.

Las distintas biografías coinciden en algunos hechos. Bob Marley nació el 6 de febrero de 1945 en Nine Miles, una pequeña localidad al norte de la isla de Jamaica. Hijo de una negra jamaicana de 18 años y un capitán del ejército británico de 50 años que nunca se ocupó de su familia y al que nunca conoció, creció en las dificultades económicas como la mayoría de los jamaicanos de los años cincuenta. Todavía joven probó suerte en varias profesiones (planta de automóvil, empresa de fundición) hasta que se encontró con un viejo profesor de música y con un par de amigos fundaron la banda de los Wailers. Poco a poco Bob Marley se fue convirtiendo en un pacifista no político en Jamaica y un auténtico propulsor de la fe rastafari, sobre todo después de la visita del emperador etíope, Haile Selassie (Ras Safari Makkonen) que encarnaba la vieja profecía de la liberación del pueblo negro esclavizado por el mundo blanco (para el tema de las conflictivas relaciones entre blancos y negros tengo varias reflexiones en este blog, en las entradas anteriores)

Por sus compromisos pacifistas, Bob Marley fue gravemente herido en un atentado (algunas fuentes dicen que el atentado fue llevado a cabo por la CIA) en 1976. Las biografías cuenta que dos días después del atentado, Bob se montó en la tarima y cantó en el Parque de los Héroes Nacionales de Kingston con el fin de promover la paz, ya que los gangsters estaban sembrando terror y muerte en las calles de la capital jamaicana. Cuando le preguntaron porqué después del atentado, con las heridas aún calientes, subía al podium para cantar, contestó: “La gente que está tratando de hacer este mundo peor no se toma ni un día libre, ¿cómo podría tomarlo yo? Hay que iluminar en la oscuridad”. Después del concierto se estableció en Inglaterra.

En abril de 1978 volvió a Jamaica para el "One Love Peace Concert". Logró que el primer ministro y el líder de la oposición se diesen la mano en el escenario. Fue entonces invitado para ir a la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, para recibir la Medalla de la Paz. A finales de año, Bob Marley viajó a África y visitó Kenya y Etiopía, hogar espiritual del rastafari. De vuelta a Europa lanzó su noveno álbum en verano de 1979, con “Zimbabwe”, una canción que pedía la independencia de Rodesia (Zimbabwe actual); Africa unite, una canción que pedía la unidad de los pueblos africanos, y Survival, una canción de homenaje a la causa Panafricana de los padres de la independencia en África. Para Bob Marley, había muchos disturbios en el mundo, mucho mal en la humanidad (Trouble in the world). Cuando Zimbabwe logró su independencia, Bob Marley volvió a África para celebrarlo en abril de 1980. Por entonces preconizaba una rebelión mundial contra las injusticias y los males de este mundo. En el álbum Uprising incluyó uno de los mejores himnos de la redención, Redemption song. Fue una época de optimismo y éxitos en lo referente al reggae.

Pero la enfermedad no tardó en aparecer en su vida a consecuencias de una herida que se había hecho en el dedo jugando al fútbol. A pesar de haber sido tratada en Miami, la herida continuó reproduciéndose. En 1980 se convirtió en cáncer y comenzó a propagarse por todo el cuerpo. Bob Marley logró controlar la enfermedad durante ocho meses gracias un tratamiento en una clínica alemana que usaba remedios naturales y no tóxicos. A comienzos de mayo dejó Alemania para volver a Jamaica pero nunca llegó vivo a su país natal porque falleció en un hospital de Miami el 11 de mayo de 1981. El 21 de mayo de 1981 recibió un funeral oficial del pueblo jamaicano. Después del funeral (al que asistió tanto el Primer Ministro como el líder de la oposición) el cuerpo de Bob fue llevado a Nine Miles, en el norte de la isla, donde ahora descansa en un mausoleo. Tenía 36 años. Su viuda ha manifestado, en varias ocasiones, su deseo de exhumar los restos de su marido para enterrarlos en Etiopía, donde el emperador Haile Selassie cedió unas tierras a un grupo de rastafaris jamaicanos.

jueves, 12 de febrero de 2009

Lidia y David se casan



Querida compañera Lidia, este sábado (día de los enamorados) te unes oficialmente a David en el Ayuntamiento de Salamanca. Tus compañeros llevábamos algunos meses esperando este acontecimiento. Te acordarás de nuestras bromas, tomas de posturas acerca de si hay que casarse o no, si es mejor casarse por la iglesia o por lo civil. Yo siempre he creído que si la gente opina sobre un tema es porque le resulta interesante. Está claro que tú has sido importante para tus compañeros de curro, con tus puntos de vista sobre las incidencias y los procedimientos. Aprovechando todo este tiempo que llevamos sentados bajo los mismos focos de la plataforma, me permito darte mis impresiones finales sobre el casarse.

Creo que se casan aquellos que no temen confiarse sus corazones con todo lo que puedan esconder, lo bueno y lo malo; se casan aquellos que desean estrecharse en un vínculo cuya única ley es la confianza recíproca; se casan aquellos que quieren que su entorno sepa que ya han empezado a compartir sus dones y aprovechan el potencial mágico de cada uno para reafirmar el gozo de estar y trabajar juntos en un hogar creativo. Se casan aquellos que no temen el fracaso. Se casan aquellos que confían en el éxito.
¡Vivan los novios!

Lección de amistad



(Por el día de los enamorados)

1.- La amistad es como el aire que respiramos: da vida cuando existe, asfixia cuando escasea y mata cuando desaparece. Es libre, fiel, dulce, frágil y escaso como el aire. No tiene calificativos, no necesita de glosas ni de alabanzas. Es el patrimonio exclusivo de los amigos. No es comprensible si no está encarnada, y cuando lo está, los espectadores no saben ni pueden apreciar sus bailes cariñosamente emergentes en dos corazones que se unen por arte de magia.

2.- La amistad es espontánea como el aire que respiramos. Cuando se le canaliza, ahoga a sus dueños sin quererlo. A veces sorprende con sus delicados detalles. Al unir a dos personas, a menudo se permite guiar sus sentimientos, muy a pesar de sus buenas intenciones. Sorprende para probar su esencia, sorprende para cuestionar su fortaleza, sorprende para enamorar. Se bloquea cuando los amigos optan por el olvido de sus desconciertos, o cuando huyen de su espejo, o cuando simplemente no se sienten capaces de superar algún que otro tropiezo inherente a la debilidad.

3.- El camino de la amistad no es ni vertical ni horizontal. Es una cadena de escalones que hay que subir sin trampas ni prisas. Cada escalón tiene su función. Si no está integrado en el conjunto, rompe la armonía y al final provoca el derrumbe de toda la infraestructura.

4.- La amistad es finita. Deseamos prolongarla en el tiempo como el aire que respiramos, pero su decaimiento resulta inevitable. Es que la amistad no está por encima del tiempo ni al margen del espacio. Por eso necesita una atención especial, sobre todo cuando se enfrenta a una lejanía espacio-temporal.

5.- La amistad es como una joya sin precio pero amenazada por los compradores, los ladrones y los envidiosos. Todo descuido suele ser una auténtica amenaza a su pervivencia. Aunque tiene muchos pretendientes, no se vende ni se compra. Es un regalo de los dioses. Pretender forzar una amistad es como plantar un árbol sin raíces profundas en el desierto: al poco tiempo se seca.

6.- El templo de la amistad son dos corazones que se descubren hermanados, hacen voto de fidelidad y vigilan la puerta de entrada con vigor. No todo el mundo merece asomarse a su templo, y mucho menos pretender profanarlo. Los enemigos de la amistad son abundantes. Por eso hay que protegerla. Los objetos de valor se guardan en la caja fuerte, se los visita todos los días, y si es necesario, se contrata guardias de seguridad para garantizar su ser. Así es como ha de ser preservada la amistad.

7.- Ninguna amistad se parece a la otra, ningún amigo es comparable a los demás. La amistad es irrepetible. Es un cuaderno con hojas blancas en las que los amigos van escribiendo sus historias, hasta llegar a sintetizarlas en la portada. Cada secreto, cada ilusión, cada pensamiento, cada suspiro, cada mirada, cada abrazo, cada acaricia, todo lo que los amigos hacen acaban afectando la esencia de su amistad.

8.- Los pilares de una amistad han de ser fuertes. No basta una palabra para regar su jardín. Se precisa una mirada distinta de las demás, una caricia que en silencio lo dice todo, un abrazo que hacen que físicamente los corazones se unan, un beso que resume la complicidad de dos amigos en un mundo abstracto. Ya he dicho que una amistad no encarnada deja mucho que desear, pues los amigos son espíritus corpóreos. Una amistad que se mueve en la esfera de las mentes o de los espíritus se evapora con el tiempo.

9.- La única lección de la amistad llega cuando dos amigos superan las primeras barreras. Del paraíso pasan al mundo real, donde el cuerpo cuenta tanto como el espíritu, donde la existencia consiste en un sinfín de fracasos y de éxitos, y sobre todo de autosuperación, integración y reconciliación. Los amigos lo son a pesar de las trampas de sus cuerpos, siguen jugando a pesar de los goles encajados por sorpresa, y aquello que parecía ser el final de un bonito paseo se convierte, a cada paso que dan, en el principio de una travesía en un océano llamado Amistad.

domingo, 8 de febrero de 2009

Eutanasia o suicidio


Hace un par de semanas estuve dialogando con dos compañeras de trabajo acerca del suicidio. L y P sostenían que el suicidio es un acto de cobardía porque siempre hay razones para vivir. Yo sostenía que cuando uno decide suicidarse conscientemente es porque se siente extraño y extranjero en este mundo, reconoce la inutilidad de la costumbre de vivir y la valentía de morir.

De nuestra conversación quedó claro que aunque L y P están en contra del suicidio, son muy benévolas con la eutanasia. Tienen lo que podríamos llamar una postura pasiva: no están en contra de la eutanasia, pero tampoco son sus defensoras. Creen que hay que ser comprensivo con quienes deciden poner fin a una vida que carece de un mínimo de calidad. Yo estoy de acuerdo con ellas. Pero hay preguntas que no están contestadas: ¿Quién tiene la autoridad moral para decir que tal vida o tal otra no merece ser vivida porque carece de calidad? ¿El enfermo, su familia, los médicos, la autoridad religiosa, los políticos, los moralistas o el sentido común?

En Italia, son los familiares de Eluana quienes han solicitado que los médicos desconecten la máquina que le estaba alimentando, basándose, al parecer, en un testamento de la misma Eluana. El gobierno de Berlusconi y la jerarquía católica se han opuesto a esta eutanasia. La opinión pública italiana está dividida entre quienes apoyan la decisión de la familia de Luana de que una vida sin calidad no es vida, y quienes defienden que la fuente de la vida es Dios y ningún humano tiene poder para darla o quitarla. Incluso Berlusconi, con su humor peculiar, sostiene que aunque Eluana está en coma podría concebir y dar luz a un hijo. La gravedad del asunto me impide hacerme preguntas sobre la sugerencia de el Cavaliere.

En grosso modo, lo que más me interesa del asunto es el sentido de la vida, es decir, cuándo juzgamos que tal vida merece la pena de ser vivida y tal otra merece ser rechazada. Decía Albert Camus que lo que llamamos una razón de vivir es al mismo tiempo una excelente razón de morir. Supongamos que la razón de vivir de Felipe es ver crecer sanamente a su hijo Juan. En el momento en que Juan se hace mayor (ya no digamos si se muere), su padre Felipe ya no pinta nada. Puede irse en paz, como el justo y anciano Simeón cuando recibió en sus manos al niño Jesús. L y P pedirían a Felipe que busque otros motivos para vivir. Sin defender la pasión de morir voluntariamente, yo sería bastante permisivo en el asunto. Evitaría ser como Schopenhauer que hacía el elogio del suicidio ante una mesa bien provista. No es bueno hacer bromas con la tragedia, a no ser que seamos Berlusconi que no ve nada malo en que una mujer en coma se quede embarazada, por supuesto, mediante métodos naturales.

Condenado a dos años de cárcel por robar un trozo de pan


Leo en los medios de comunicación que un ciudadano francés, hambriento, desesperado y sin medios económicos, entró en una panadería de Barcelona para robar algo de comer, pero sólo consiguió llevarse la mitad de una barra de pan porque la otra mitad se quedó en manos de la dependienta que seguramente acabó tirándola a la basura. Si el asunto no fuera dramático, diría que este ciudadano está de suerte porque al menos en prisión conseguirá muchos trozos de pan sin tener que robarlos.

Cuando leí esta noticia me surgieron varias preguntas.
1- ¿Por qué este ciudadano, en lugar de robar por fuerza un trozo de pan, no intentó pedirlo gratis a la dependienta o a los clientes? ¿De verdad somos tan inhumanos que no somos capaces de dar un panecito a un hambriento?
2- A este ciudadano le acusan de robo por fuerza porque estuvo forcejando con la dependienta hasta conseguir sólo la mitad del pan. Me pregunto porqué la dependienta arriesgó su vida por un pan que aunque hubiera conseguido recuperar no lo iba a vender a nadie por estar bastante manoseado. ¡La gravedad del asunto lo confirma el hecho de que no asistiera al juicio porque realmente acusar a alguien de haber robado un trozo de pan no resulta nada fácil!
3- Supongo que son las fuerzas de seguridad quienes denunciaron los hechos. Sin comentario. Supongo que su eficacia en el asunto es consecuencia de que actúan con la misma eficacia cuando la vida de las mujeres maltratadas está en peligro. Por supuesto doy por hecho que en sus comisarías no torturan a nadie ni forcejan con ningún detenido.
4- El juez dictó 2 años de cárcel por robar un trozo de pan. ¿Cuántos años se dictan contra los terroristas, los violadores o los asesinos? Aplicar la ley sin sentido común es más fácil que seguir los principios éticos.

Si los medios de comunicación nos han contado la verdad, dedico este poema al ciudadano condenado por robar un trozo de pan.

http://meneame.net/story/mendigo-badalona-afronta-ano-medio-carcel-robar-media-barra-pan
http://www.20minutos.es/noticia/447074/0/mendigo/pan/robo/
http://www.elpais.com/articulo/espana/Carcel/robar/barra/pan/elpepuesp/20090130elpepunac_15/Tes


Pregunto al viento

A lo largo de mis años infantiles he soñado con grandezas.
A lo largo de mi adolescencia he intentado posar de modelo.
A lo largo de mis días melancólicos he visto cañas doblegadas
y encinas gigantescas. Y por colmo,
si ayer mendigaba trozos de pan en el pórtico de la panadería,
hoy estoy invitado al banquete de categoría.
Harto de caminar sin cortar distancias
Pregunto al viento dónde se encuentran ricos y pobres,
y me responde que donde sobran migajas de pan.
Migajas como banco de esperanza para unos, y
depósito de emergencia para otros.
En las migajas de pan se encuentran ricos y pobres,
unos para prevenir, otros para sobrevivir.
Migajas de pan, ¡fuente de barbaridades!
¡Migajas de pan al precio de oro!
Migajas de pan que sobran para unos y faltan para los demás.

sábado, 31 de enero de 2009

Hasta nunca, Sr. Bush

La acumulación de fracasos en la era presidencial de Bush, si no fuera porque se ha llevado por delante millones de vidas inocentes, merecería un monumento. ¡Nunca un presidente había hecho tan poco en tanto tiempo! El sorprendente mérito de Bush es que se ha dedicado a no acabar nada.

Todos recordamos las primeras reacciones de Bush al enterarse del brutal atentado de las Torres Gemelas. No tuvo la serenidad ni la audacia necesarias para diagnosticar los acontecimientos más graves en la reciente historia de los Estados Unidos de América. Al contrario, empezó una huída hacía ninguna parte. Ordenó destruir una fábrica de medicamentos en Sudán con la convicción de que allí se escondían terroristas. Mandó su ejército a Afganistán para destruir todo lo que encontraba por el camino, pero aún así no vio rastros de Bin Laden. En plena guerra contra los talibanes elaboró el eje del mal (Corea del Norte, Irán e Irak). Le pareció más fácil vencer a Sadam Hussein y se inventó las armas de destrucción masiva, y animado por sus entusiastas Aznar y Blair inició una guerra absurda que nunca acabó. Rechazó las medidas mundiales para luchar contra el cambio climático; no vio con buenos ojos las medidas para luchar contra la pobreza en el mundo; y no le pareció que los derechos humanos estuvieran en peligro, ni siquiera en el Guantánamo.

Hago memoria y no encuentro nada bueno en la administración Bush. Fue un hombre prepotente, arrogante, rencoroso, poco o nada inteligente; un hombre que quiso someter el mundo entero a sus caprichos primitivos pero que ni siquiera sabía cómo empezar. Insisto en que Bush no ha acabado nada que haya empezado. Al contrario: se dedicó a esparcir el mal a su alrededor. Nos deja varios regalos: un sistema financiero corrupto, agotado, moribundo; el ocaso de los derechos humanos y las libertades públicas (piénsese en los escáneres que están en algunos aeropuertos y que analizan incluso el tamaño y la forma de nuestras partes íntimas); una guerra en la franja de Gaza de la que no supo su existencia; en fin, hagan ustedes mismos la lista porque es interminable.

Aunque el sucesor de Bush tuviera un bastón mágico en sus manos, no podría limpiar todas las basuras que le han dejado. Le toca reorganizar el sistema financiero, crear los puestos de trabajo, acabar las guerras de Irak y Afganistán, mediar en los conflictos de Líbano, Palestina, Sudán, Congo, etc.; limpiar la imagen norteamericano en el mundo; luchar contra el cambio climático; defender los derechos humanos y reestablecer los puentes de la política internacional. Tengo esperanza en las buenas intenciones de Obama, pero soy consciente, como ustedes, que la herencia que tiene en sus manos huele tan mal que milagrosamente podría hacerla desaparecer y devolvernos la elegancia y el orgullo de ser humano. En cualquier caso, es un alivio poder decir ¡Hasta nunca Sr. Bush! ¡Qué la bondad de la humanidad tenga contigo lo que nunca tuviste con tus víctimas!

sábado, 17 de enero de 2009

María del Carmen O: in memoriam (12 enero 2009)

En esta semana que se acaba, una buena amiga fue llamada por Dios para descansar junto a él. La mitad de su vida la había pasado en enfrentamientos continuos contra las adversidades de una enfermedad cada vez más frecuente en nuestra sociedad. Pero hace, aproximadamente un año, la misma enfermedad reapareció con más virulencia y atacando a órganos vitales que hasta entonces había respetado. Y nuestra querida Mari no pudo contra su fuerza. De hecho nadie puede con ella. El saberlo no es ningún consuelo. El consuelo es que Mari no perdió su buen humor incluso en los momentos más críticos, cuando el amanecer tardaba siglos y el atardecer le llegaba cuando ya no le quedaba fuerza para contemplarlo. Cuando nos vimos antes de las fiestas navideñas me transmitió una especie de resignación heroica ante lo que parecía inminente. Pudimos bromear cómo lo hacíamos antaño. Hace unos diez años que nos conocimos cuando estaba removiendo cielos y tierras para ayudar a buscar papeles de residencia para un joven africano que se encontraba en la encrucijada de volver a su pueblo como un fracasado o quedarse en España como un luchador. Por supuesto que este joven sigue sus luchas en el norte de España y se encuentra feliz. Poco a poco Mari se fue convirtiendo en la madrina de los centroafricanos en Salamanca. Por eso cuando pienso en su estado actual me siento feliz porque ella ha sido una mujer ejemplar, una luchadora y una buena amiga. Lo sabe su familia. A ella dedico las siguientes palabras:

“La vida de un ser humano tiene tres dimensiones. La primera dimensión es esta vida que llevamos en la tierra. Por experiencia propia sabemos que es una vida frágil, una vida pasajera, una vida caduca. La realidad es que tarde o temprano nos alcanza a todos la muerte terrenal, la muerte física, la muerte biológica. Y a veces da la sensación de que todo se acaba. Pero no es cierto. No es cierto porque los muertos viven en los corazones de los suyos, en los recuerdos de los vivientes. Por eso recordar es volver a colocar en el corazón, es decir amar. Y amar es crear, amar es recrear, en definitiva, amar es dar vida nueva. Amar a una persona equivale a decirle: tú no morirás nunca. Por eso la tercera dimensión para quienes creemos en Jesucristo es que los muertos viven en Cristo. Es lo que nos dice y nos confirma el apóstol San Pablo. Si morimos en Cristo, si realmente creemos en su muerte y resurrección, no cabe duda de que viviremos con él eternamente. Esto se cree o no se cree. Ante la caducidad de esta vida terrenal, Dios responde con la promesa de una vida eterna. Por eso el cristiano como Cristo muere para resucitar. La muerte no es el final del camino. La muerte es la puerta necesaria que nos lleva a Dios. Al final de la vida terrena no está el vació. Al final de la vida terrena no está un túnel sin salida como dicen algunas leyendas. Al final de la vida nos espera Jesús con los brazos abiertos. Al final de la vida nos espera todas aquellas personas con quienes hemos compartido gozosamente esta vida aquí en la tierra. Al final de todo, cuando Dios pronuncie el nombre personal de cada uno de nosotros, no estaremos solos. Estaremos con los nuestros y con Jesús”.

Descanse en paz, querida Mari.

domingo, 11 de enero de 2009

ONU: un organismo que no sirve, no sirve para nada

Un obispo francés, Gallo, hace un par de años escribió un libro con el titulo “Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada”. Fue expulsado de su diócesis por el Papa Juan Pablo II. En realidad este obispo, que más tarde se declaró homosexual, criticaba la pasividad de la Iglesia ante tantas injusticias mundiales. No se puede predicar el amor universal, la gratuidad, el perdón y no ser compasivos con los más débiles de este mundo. Esta reflexión es aplicable a la ONU, un organismo sin sentido y sin fuerza moral, al servicio de los intereses y caprichos de Estados Unidos y sus aliados. Si hay un organismo pervertido en este momento, éste es la ONU. Y si hay un organismo que debería desaparecer ya, éste es la ONU. Reto a todo el mundo para que me demuestre una misión en la que la ONU haya tenido éxito. Lo que no deja de sorprenderme es que con tantos fracasos este organismo siga llamándose Organización de las Naciones Unidas, cuando realmente es el fiel reflejo de las naciones divididas. Fracasó en los Balcanes, en Rwanda, en Sierra Leona, en Angola, en Liberia; está fracasando en Congo, en Mali, en Sudán, en Afganistán, en Palestina, etc. La lista es interminable.

La ONU es un cadáver maloliente que molesta a todo el mundo y que nadie quiere enterrar. Lo dice la gente que han estado muy cerca de sus despachos. Los misioneros se quejaron amargamente cuando vieron sus actuaciones contra los refugiados rwandeses en Congo en los años 1994. Lo único que interesaba a sus funcionarios era que las televisiones sacaran su bandera en la entrada de los campos de refugiados. Con razón Emma Bonino, la Comisaria de la Unión Europea en los años 1996 afirmó que la bandera de la ONU era el auténtico cadáver que encontraba en los campos de refugiados. Esta italiana, con el cuerpo frágil como el de la vicepresidenta española, no se mordía la lengua cuando tenía que decir la verdad. Contestando a los periodistas europeos que querían saber cómo los militares habían logrado matar a los serbios que habían encontrado refugio en el cuartel general de la ONU en 1996, harta de la frialdad de la comunidad internacional en los conflictos bélicos, les contestó que “s’il y a un cadavre dans toute cette histoire, c’est bien le drapeau des Nations Unies”. Estaba convencida, igual que la mayoría de los ciudadanos occidentales, que “rien ne bouge si les Etats-Unis ne bougent pas”, y que la bandera de la ONU es el primer cadáver que se encuentra en los conflictos armados (consultar las declaraciones en el periódico francés, Libération, del 26 de noviembre de 1996).

martes, 6 de enero de 2009

¿A qué te recuerdan las matanzas de Gaza?

Hay quienes dicen que el estado judío sigue pervirtiendo adrede el sentido de la religiosidad católica. Es que mientras se celebra el aniversario del nacimiento del “Príncipe de la Paz”, Israel aprovecha para navegar en el sentido contrario, fiel a su “Dios Guerrero y Vengativo”, tal como se autonombra en el Antiguo Testamento. Sus soldados se prepararon para recibir al Salvador desde sus tanques y buques de guerra, matando a niños inocentes como en el tiempo de Jesús con la matanza de los niños inocentes por parte de Herodes. El Adviento, tiempo de espera para los católicos, fue un tiempo de sembrar odios entre los palestinos. Lo más curioso de esta triste historia es que los dirigentes judíos, apoyados por más del 70 % de la población, defienden las masacres de niños inocentes como víctimas colaterales.

Si miramos la historia, encontramos paralelismo en varios episodios en los que inocentes fueron utilizados por dirigentes asesinos, con el asombro de que casi todo el país les estaba brindando un apoyo incondicional. Son muchos quienes se preguntan cómo los alemanes fueron atrapados por un discurso irracional de Hitler y no se manifestaron en contra de sus planes bélicos. Un gran número de científicos, pensadores y religiosos se colocaron detrás del caudillo para matar a los judíos inocentes. Hoy, Estados Unidos y más del 70 % de la población judía se colocan detrás del ejército hebreo para matar a niños inocentes palestinos, por si acaso mañana se les ocurre convertirse en terroristas. Son las maravillas de la guerra preventiva. Algunos iluminados son capaces de ver diferencias entre las guerras: unas serían buenas, otras malas, dependiendo de la motivación. La guerra en la franja de Gaza sería una guerra buena para algunos. Para otros, la guerra es una maldición en manos de unos malos dirigentes. En Alemania de Hitler, todo un ejército aplastó sin piedad a muchos judíos desarmados. En la franja de Gaza, el todopoderoso ejército hebreo está aplastando, con arrogancia, a todo un pueblo de refugiados palestinos armados con piedras. David contra Goliat, asesinos contra inocentes. Mientras tanto, los ejecutivos de la ONU siguen disfrutando con el dinero de los contribuyentes.